En América. Jim Sheridhan.






Ficha técnica:


Título original: In América.
 País: Irlanda/ Gran Bretaña.
 Año: 2002.
 Duración: 103 minutos.

Dirección: Jim Sheridan ("En el nombre del padre).
Guión: Jim Sheridan,Naomi Sheridan, Kirsten Sheridan.
Casting: Avy Kaufman
Dirección de Fotografía: Declan Quinn
Música: Gavin Friday Maurice Seezer
Edición: Naomi Geragthy
Dirección artística: Susie Cullen

Diseño de Vestuario: Eimer Mhaoldomhnaigh
Maquillaje: Angel De Angelis

Producción: Jim Sheridan y Arthur Lappin
Productor asociado: Nye Heron.
Productor en línea (New York): Meredith Zamsky
Diseño de producción: Mark Geragthy.
Compañías: Coproducción Irlanda-GB . Hell's Kitchen Films / Fox Searchlight Pictures, Irish Film Industry, East of Harlem (UK) Ltd., Gobierno de Irlanda; distribuidora: Hispano FoxFilms, s.a.e.

Intérpretes:


Samantha Morton : Sarah,
Paddy Considine: Johnny,
Djimon Hounsou: Mateo,
Sarah Bolger: Christie,
Emma Bolger : Ariel,
Neal Jones : Oficial de Inmigración,
Randall Carlton: Oficial de Inmigración,
Ciaran Cronin : Frankie,
Juan Carlos Hernández : Papo,
Nye Heron: Hombre ciego

Premios. 


2003: 3 nominaciones al Mejor actor de reparto, actriz, guión original
2003: 2 nominaciones al Globo de Oro: Mejor canción original, guión
2003: National Board of Review : Mejor guión original


Sinopsis. 


Un actor de cine llega a los EE.UU, en una nueva oleada de emigración, huyendo de un pasado lleno de nostalgia y buscando oportunidades en el Nuevo Mundo. En América aprenderá que las cosas son difíciles y no ayudan a superar el trauma que arrastra la familia consigo.

 Comentario.


En ocasiones sentimos la necesidad de volver la vista atrás y re-visionar , (en el sentido de volver a ver), un film que nos impactó cuando se estrenó, y en el que ahora percibimos ciertas conexiones con el film de Hayao Miyazaki, 'Mi vecino Totoro', aunque la película tuvo un tratamiento desigual de la crítica, 'En América' es uno de ellos. Un film autobiográfico, un cinta sobre la pérdida de un ser querido, en la vida real, Frankie, el hermano del director, que falleció a causa de un tumor cerebral, y de búsqueda de un renacer a la paz espiritual en el entonces considerado mundo de las oportunidades, cuando nadie hablaba con fuerza de crisis como las de Lehman Brothers o City Group; una obra que buscaba realzar la contradicción de sensibilidades entre los adultos, Jhonny y Sarah, y las niñas Christy y Ariel, unos irlandeses a los que muchos norteamericanos no reconocen ya como sus antepasados. Pero también es una reflexión sobre el cine hecha desde el propio cine: las dificultades para abrirse camino en el mundo del celuloide y el hambre y la precariedad, que empañan el viaje. 

La llegada de la familia a un barrio con edificios de cierta envergadura pero en plena decadencia, de esos que tantas veces nos muestra el cine, nos sumerge en un mundo de marginación y pobreza, de violencia estructural y cultural, pero a la vez de respeto entre los vecinos, en el que hasta la carencia de techo y su ocupación por las palomas es vista por las niñas, con la ayuda de un buen storyteller como el padre, como algo mágico. Imaginación portentosa fomentada por el propio cine, y en especial por el mago por excelencia Steven Spielberg y su film ET, que inspira las secuencias mas entrañables y emotivas del film.


¿Quién no recuerda aquella secuencia en la que el padre se gasta el dinero del alquiler en un juego de feria, para que su hija disfrute del codiciado premio, el muñeco de trapo del famoso alienígena, y no quede defraudada ante su progenitor? . Igualmente memorable es la secuencia final en la que la hija mayor apaga definitivamente su cámara doméstica y le hace comprender al padre el significado de aquellos versos de Terence Williams, en los que nos recuerda que la belleza de las imágenes que constituyen nuestro pasado queda en el recuerdo y que, en beneficio de la felicidad que buscan, ha llegado la hora de decir adiós, mientras le muestra una imagen-imaginaria pasando delante de la luna.

Pero el film construye una diégesis mucho más compleja; la magia, que anida en las mentes infantiles, se combina con la realidad de la emigración, la jerarquía que se establece entre el hombre blanco y el de color, la carencia de un estado del bienestar en América, que produce la mayor injusticia social, como es la discriminación entre quien debe morir por falta de recursos, y el que está destinado a salvarse. La pareja, que arrastra el trauma de un hijo perdido, deposita su esperanza en un nuevo alumbramiento, pero ante el mínimo incidente no dispone de recursos para financiar la asistencia hospitalaria; de nuevo la solución vendrá de la mano de la magia. 'El hombre que grita', un vecino de color, encerrado en su habitación de pintor, que conecta con las niñas en la fiesta de Halloween, cuando ellas llaman a su puerta a pedir 'truco o trato', les proporcionará los medios necesarios, en una alternancia de secuencias en las que confluyen el alfa y la omega, el fin de una vida y el comienzo de otra, al término de las cuales Jhonny descubre que la factura ha sido pagada por el hombre que ha muerto.


Sheridan, que colabora con sus hijas en la confección de un guión que, en parte, les atañe, profundiza psicológicamente en los personajes que pululan en estos ghettos donde reina la pobreza, la escasez de recursos, en los que hasta el yonki que intenta atracar a Johnny es mirado con compasión. Unos tienen más oportunidades que otros, como es el caso del protagonista, pero nunca olvidará a estos hombres y mujeres a los que nunca llega una porción del pastel por pequeña que sea, a las que se refiere Theodor W.Adorno en su formulación  de la Dialéctica Negativa, según la cual el movimiento dialéctico del pensamiento no termina en una síntesis superior de los opuestos, sino que deja las contradicciones con toda su crudeza en la realidad. Son personas que no cuentan en las estadísticas de la renta per capita, pero que le ayudaron cuando tenía que arrastrar penosamente un antiguo aparato de aire acondicionado para poder soportar el calor en el destartalado apartamento.


Una mirada compasiva, sin rabia, solidaria, en la que cuentan los seres humanos más que su condición, y en la que las niñas sí son inocentes y además susceptibles de ser atrapadas por la magia, aunque nada ñoñas, pues saben ver que los trajes que llevan a la fiesta del colegio han sido confeccionados en casa, a diferencia de los de sus compañeras. Sheridan dota de dignidad a los habitantes de estos suburbios, en medio de los cuales los niños se mueven con seguridad y reciben el cariño e incluso las enseñanzas de gente que tiene mucho que aportar, como el 'Hombre que grita'. Film muy recomendable para recuperar la esperanza en el ser humano.



 

Comentarios

Entradas populares