Alien: el octavo pasajero. Ridley Scott.








Ficha técnica:


Título original: Alien.
País: Estados Unidos.
Año: 1979.
Duración: 117 minutos.

Dirección: Ridley Scott.
Guión: Dan O'Bannon, Ronald Shusett, 
Casting:
Dirección de Fotografía: Derek Vanlit.
Música: Jerry Goldsmith
Edición: David Crowther, Terry Rawlings, Peter Weatherley.
Dirección artística: Roger  Christian, Leslie Dilley.

Diseño de Vestuario: John Mollo.
Maquillaje: Pat Hay.
Peluquería: Sarah Monzani.



Productores: Gordon Carroll, David Giler, Walter Hill.
Productor ejecutivo: Ronald Shusett.
Diseño de producción: Michael Seymour.

Intérpretes:


Tom Skerritt : Dallas,
Sigourney Weaver : Ripley,
Veronica Cartwright : Lambert,
Harry Dean Stanton : Brett,
John Hurt : Kane,
Ian Holm : Ash,
Yaphet Kotto :Parker,
Bolaji Badejo : Alien,
Helen Horton Helen Horton: Madre,
resto de créditos por orden alfabético en Imdb-


Sinopsis:


Una escalofriante aventura va a tener lugar en la nave espacial 'Nostromo'. Siete astronautas, cinco hombres y dos mujeres, serán los protagonistas. De regreso a la Tierra, después de un vuelo espacial de reconocimiento, el ordenador de a bordo recibe un mensaje de procedencia desconocida que cambiará totalmente el rumbo del regreso. Al aterrizar forzosamente para reparar la máquina, detectan una extraña forma de vida que logrará introducirse en la nave...Acaba de subir el 8º pasajero, comenzando una terrible pesadilla, imposible de imaginar.


Comentario:


Ramón Cotarelo comienza su post 'Corral de pícaros' (Palinuro) de esta manera: " La realidad supera la ficción, dice el saber convencional, ignorando, por ejemplo, que gran parte de la realidad procede de la ficción. Si se duda, léase la Biblia. Pero, aceptado, la realidad nunca defrauda. Llega a desbordar la capacidad de los más sesudos analistas y hace desfallecer a los más audaces cronistas." Le debemos al género de ciencia-ficción la creación de todo un universo en torno a la posibilidad de existencia de vida en otros planetas, constructos totales pertenecientes incluso a otros sistemas solares, que han invadido de tal manera nuestro imaginario colectivo que somos incapaces de aceptar que nunca el hombre ha creado una nave nodriza rodeada de otras auxiliares con diferentes cometidos como las que vemos en el cine, porque, hasta el momento la ciencia sólo ha permitido enviar al espacio pequeñas cápsulas, propulsadas por cohetes más o menos modestos, que se desprenden de la cápsula que es poco más que la vaina que envuelve a varios o a un solo 'guisante'. Sin embargo el hombre contempla las imágenes de esas inmensas aeronaves con absoluta credulidad, dotándolas de tal verosimilitud que hace soñar a muchos jóvenes con llegar a ser astronautas.

En 'Alien: el octavo pasajero' Ridley Scott se erige como un artífice capaz de realizar su obra maestra, emulada, como veremos, no sólo por los cineastas del género que trabajan para el género, sino por otros que cultivan el género de terror como James Wan y sus acólitos, e incluso por quienes apenas realizan incursiones fuera del drama o la comedia. La estructura del film descansa en, al menos, tres pilares: la concepción de la nave como un personaje más, quizá el más importante de la trama, la presencia de un robot que cumple órdenes sin plantearse problemas de conciencia o complejos de culpa, y la sensibilidad a flor de piel de los humanos que se juegan la vida por salvar la de su gato. Por otro lado, la teniente Ripley, interpretada por Sigourney Weber,  comienza a apuntar como la mujer dotada de tobelookedatness, el atractivo suficiente para ser deseada por los machos terrestres o extraterrestres, y ser contemplada como la madre de una nueva raza, resultado de la unión de ambas especies.

Ridley Scott nos demuestra cómo se puede generar tensión mostrando y sin mostrar la causa que lo produce, con la trama y con las criaturas, sin abusar de la presencia de éstas. Comienza deconstruyendo los elementos que van a entrar en juego. En primer lugar la cámara penetra despacio y en silencio en cada una de las estancias y los pasillos en los que va a tener lugar la acción, vacías y despejadas, unas imágenes que evocan, revisadas en la actualidad, muchas otras que han venido después y son el reflejo de éstas; a continuación nos muestra a la tripulación de una nave comercial, cuya misión de 'reconocimiento' no se hace explícita, con la excepción de que, si en su viaje encuentra algunas especies ajenas al ecosistema existente en la Tierra, su protección y traslado a nuestro planeta será prioritario a la conservación de la tripulación, lo que explica la razón de la presencia de un robot en su seno, que es además el oficial científico de la nave, y que no tendrá escrúpulos para cumplir semejante orden.

Una obra imprescindible para entender no sólo el cine del género, sino muchas realizaciones posteriores ajenas a la ciencia.ficción y una de las mejores películas del cineasta norteamericano, que junto a Blade Runner (1982) crearon una nueva forma de ver la aventura espacial y los serios reparos morales y éticos que opone Scott al uso de seres humanos (clonados o no)  para engrosar las cuentas de resultados de las grandes empresas. Después vendrán muchas otras.algunas memorables, que recorrerán el mismo camino. Estas vacaciones ofrecen una buena oportunidad para repasar nuestros conocimientos acerca de los nuevos mitos que rigen la existencia de los hombres del siglo XX y XXI, arquetipos de comportamientos precisos que están conmoviendo los cimientos de nuestra sociedad en la transición a la era tecnológica; en 4000 años el hombre no aportó ninguna innovación que superara la de la rueda, que nació con las primeras ciudades. Desde que en la primera mitad del siglo XVIII el ingeniero mecánico James Watt  mejorara la máquina de Newcomen y construyera la primera máquina llamada de vapor y la aplicara a la industria y los transportes, (barcos y ferrocarriles), hasta el 23 de abril de 2017 (es decir, hoy) los avances se han sucedido con tal rapidez que han sido capaces por sí solos de generar una mitología de tal potencia que ha desplazado a Zeus, lanzador de rayos, a Cupido, dios del amor, o Marte, dios de la guerra . Ridley Scott convierte el cuerpo de Sigourney Weber en un imán de pasiones con independencia de la naturaleza del hombre o mujer afectado por la scoptofilia, que promete placer al voyeur, quedando en un lugar secundario el propósito de la posesión: engendrar un nuevo ser. Aunque Scott apenas nos deja ver a su alien entero, sino sólo de forma fragmentaria, vemos su silueta recortada en el espacio, cuando Ripley lo lanza de la Nostromo al exterior, lo que nos permite comprobar el resultado de la simbiosis. Todo un espectáculo insuperable.



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