La profesora. Comentario










LA CORRUPCIÓN SE MANTIENE PORQUE UNA PARTE DE LA SOCIEDAD TIENE INTERÉS EN ELLA.


Ficha técnica, sinopsis, premios, críticas, cartel, fotografías, trailer (pinchad aquí)


Comentario:


Jan Hrbejck realiza una de las películas más importantes de los últimos tiempos, en las que selecciona una de las células que constituyen el cuerpo social, la enseñanza, en un país bajo la órbita soviética, unos minutos antes de la caída del muro de Berlín, el llamado 'telón de acero' por los sectores conservadores, en 1983 (derribo simbólico de esta frontera en 1989, caída del régimen de los soviets del 11 de marzo de 1990 y diciembre de 1991), cuando los miembros del partido si lo veían no lo querían ver y funcionaban como si el sistema fuera eterno. En este contexto se sitúa la profesora Maria Drazdechova, que reparte, en un sistema de vasallaje basado en el temor de lo ciudadanos al poder del partido, prebendas y castigos, en base a la colaboración de los padres de sus alumnos en su propio y personal bienestar, arreglando los desperfectos que se producen en su casa, comprándole la comida, haciéndole dulces, peinándola, e incluso satisfaciéndola con servidumbres sexuales.

Sirviéndose de una fotografía desacralizadora, 'cotidianizante' e incluso, con frecuencia desoladora, arriesga en la puesta en escena en la que alterna  secuencias, que no se corresponden en el tiempo, en las que, o bien la profesora interroga a los niños sobre la profesión de los padres, o bien nos muestra la celebración de una asamblea de los progenitores de los niños, que se dividen entre representantes de las clases medias prósperas dentro del sistema (jueces, médicos, y sus aduladores),de las familias más desfavorecidas, a pesar de que disfrutan de un trabajo que les permite una forma de vida no muy inferior a la de los españoles que se encuentran en su situación, y la mayoría silenciosa, condicionada por el miedo a significarse y caer en desgracia.

¿Qué hace fuerte a la maestra? Su pertenencia al partido más poderoso porque era el único, que se estaba preparando para una transición que veía cercana, cambiando su piel como un camaleón y reubicando constantemente a sus miembros más corruptos en lugares diferentes a aquellos que habían arrasado con su voracidad insaciable. Hoy, Francia ha votado, y el país que realizó la Revolución Francesa en 1789, que llevó al poder a la clase social ascendente, la burguesía, que, a pesar de los continuos avances y retrocesos, se ha consolidado como tal, consiguiendo finalmente dejar reducida la representación del Ancien Régime a un nivel de mero testimonio sin acceso al poder, ha decidido ahora llevar a la presidencia del país a un hombre sin partido, procedente del socialismo, ministro de economía con Hollande, que se sitúa en el centro izquierda-centro derecha, y que se desprende de populismos de todo el arco ideológico y orilla. al menos de momento, a una gran parte de beneficiarios de la corrupción que asfixia a las poblaciones (Macron solo ha obtenido el 23,28 % de los votos, lo que lo obligará a cohabitar con parte de los corruptos). La prensa comienza a mostrar las heridas de los que temen perder sus pequeños feudos e integrarse en la masa perdedora.

De esto precisamente va la película. Los que no se pliegan a peinar a la maestra, llenar su nevera, dejar que los niños limpien su casa o satisfacer sus apetitos sexuales, no´sólo sufrirán la furia de la 'funcionaria', sino la de los padres que le prestan estos servicios a cambio de que sus hijos engorden ficticiamente sus notas, un auto-engaño claro porque la comparación de los resultados del grupo con los de los que tienen a su cargo otros profesores es demoledora. No sólo quieren acallar las protestas, sino que mantienen una actitud amenazante y humillante frente a quienes denuncian los abusos, alguno de los cuales, un paciente que goza de una minusvalía, acaba retirando con vergüenza su firma del escrito. Se podría afirmar que el film acaba con el final feliz que permite la realidad:"el corrupto siempre gana y, amparado por la impunidad, no abandona sus prácticas mafiosas', protegido por amplios sectores de la sociedad que sacan provecho de esta forma de actuar, que desvía los recursos de las masas a sectores de privilegiados; ésta es precisamente su fuerza: corromper con pequeños dones a sus vasallos. ¿Es este un final feliz?






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