Sunshine. Danny Boyle. Crítica.






Ficha técnica:

Título original: Sunshine.
País: Reino Unido.
Año: 2007.
Duración: 103 minutos aproximadamente.


Dirección: Danny Boyle.
Guión: Alex Garland.
Casting: Donna Isaacson y Gail Stevens, C.D.G.
Dirección de Fotografía: Alwin  Küchler, B.S.C.
Música:  John Murphy y Underworld.
Edición: Chris Gill.
Supervisor efectos visuales: Tom Wood.

Vestuario: Suttirat Anne Larlarb.

Producción: Andrew McDonald.
Co-Producción: Bernard Bellew.
Diseño de Producción: Mark Tildesley.
Compañías:  20th Century Fox, Fox Searchlight Pictures &  DNA Films asociados con UK Film, e Ingenious Film Partners.Council.


Intérpretes:

Rose Byrne: Cassey,
Cliff Curtis: Searle,
Chris Evans: Mace,
Troy Garity: Harvey
Cillian Murphy: Capa,
Hiroyuki Sanada: Kaneda
Mark Strong : Pinbacker,
Benedict Wong: Trey,
Michelle Yeoh: Corazón.


Sinopsis:


Nunca has visto nada igual. Sunshine es  una obra de ciencia-ficción increiblemente original del revolucionario director Danny Boyle (Trainspotting, 28 días después ). Estamos en el año 2057, el sol se apaga y la humanidad se enfrenta a su extinción. La última esperanza de la Tierra es un valeroso grupo  de ocho hombres y mujeres que se dirigen al sol con la misión de reactivar la estrella agonizante mediante una enorme explosión nuclear.

Pero ya muy avanzado su viaje, cuando han perdido contacto por radio con la tierra, comienzan los problemas, y el equipo se ve obligado a  debatirse, no sólo por salvar sus propias vidas, sino por salvar las de todos nosotros. Llena de sorpresas y sobresaltos  y con un increíble final, esta trrepidante carrera hacia el sol es una aventura cinematográfica inusitada que te dejará boquiabierta.


Crítica.


Danny Boyle parte de un presupuesto filosófico-religioso, un ya casi tópico o lugar común cinematográfico, al que Jordi Costa (Diario El País)  llama con pedanterÍa 'sensible exploración de las inquietudes humanistas del género', como haciendo un guiño a los que están en el ajo, es decir, a los más enterados. Y es que desde la 'Torre de Babel' el hombre se ha empeñado en competir con Dios, o con los dioses, y ya se sabe qué le pasó a Icaro ( uno, dos o diecisiete): que pagó con su vida su soberbia y osadía. Pero al director se le va la pinza y quiere profundizar en la tragedia de la tripulación añadiendo la máxima judeo-cristiana de 'que polvo eres y en polvo te convertirás', de tal forma que cuando los exploradores llegan a la nave Icarus I, está llena de polvo humano. Una voz en off advierte de que no podemos desafiar a Dios. Aunque el hombre tozudo le gana la batalla y reaviva la llama solar. Vemos a Corazón, una de las mujeres que interviene en la expedición, emocionada al ver un brote verde; momentos antes hemos visto un microclima  de un bosque frondoso en la Icarus I, pero la suma de ambas imágenes no nos permite interpretar, como hacen algunos, que las plantas son las que proporcionan el oxígeno a la  nave, sino  que el pequeño brote ha surgido por la mayor cercanía al calor que le proporciona el sol, frente a  la tierra congelada de la que proceden los hombres y que vemos en la  última  imagen,  un lugar convertido en una gélida tundra  en la  que ya no crece ni el musgo, de  cuyo suelo,  tan helado como todo el planeta, al que se va acercando la cámara, vemos emerger unos restos, a modo de cromlech, y un edificio al fondo del encuadre, tras un grupo de árboles quemados por el frio, con la forma del Guggenheim de Bilbao. No sé si la empanada la llevo yo o el Danny Boyle.  Lo cietro es que parece todo un homenaje a Star Trek. La ira de Khan, una película de culto del cine de ciencia-ficción, cuyo sentido es dar vida a un planeta muerto, proyecto con fines similares a losque mueven la historia del film.

Hay algo que tienen muy claro todos los tripulantes de la nave  Icaro II, y es que si es preciso deben  dar su vida por la humanidad. Sin embargo tienen un dilema moral importante: Qué hacer si es necesario diezmar al equipo para que el resto sobreviva  y cumpla su misión. Se vota la cuestión, pero cuando llega el momento de ejecutar la orden y liquidar al pobre japonés,  tienen la suerte de que éste se ha anticipado y ha aplicado el código de honor de su pueblo, que le exige el suicidio ante un error semejante.  La cuestión es  que ha desviado la nave de su curso  cumpliendo la orden de Capa (Cillian Murphy) para encontrarse con la fracasada  Icarus I  con el objetivo de  rescatar su bomba para disponer de más explosivo,  se ha  olvidado  de activar los escudos.

La backstory  no carece de  interés: el sol se está apagando y una segunda nave,- la primera fracasó-, debe  hacer estallar una bomba en el sol y producir una especie de big bang que reactive su combustión. Lo malo es que hay que rellenar casi dos horas sin más ideas que ésta, y a veces da la impresión de que ni el director sabe que está haciendo, aparte de acumular  imágenes de apariencia muy futurista pero sin una lógica que  haga verosímil el relato visual. La última imagen es delirante, y uno se pregunta: ¿Cuánto tiempo tarda un hombre en morir a temperaturas infinititamente inferiores ? Buscando en la red otras opiniones, para comprobarme a mí misma que no estaba en un momento alicaído y no me entusiasmaba demasiado la historia y su realización, me he encontrado una crítica muy,  muy divertida de un espectador, que no me resisto a compartir con los demás. La ciencia-ficción es un género en el que los directores se juegan gran parte de su prestigio, y lo mismo que ocurre con el western, son muchos los que pretenden hacer una buena película por la que se les recuerde y que acabe convirtiéndose en una obra de culto, como La Guerra de las Galaxias, Blade Runner o Alien. Está claro que no todos lo consiguen.





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