The Diary of a Teenage Girl. Marielle Heller.




Ficha técnica:


Título original: The Diary of a Teenage Girl.
País: Estados Unidos.
Año: 2015.
Duración: 106 minutos.

Dirección: Marielle Heller.
Guión: Marielle Heller, basado en la novela de Phoebe Gloeckner.
Casting: Nina Henninger, C.S.A.
Dirección de Fotografía: Brandon Trost.
Música: Nate Heller; supervisor: Howard Paar.
Editores: Marie.Hélène Dozo y Koen Timmerman.
Animación y Artwork original : Sara Gunnarsdóttir.

Diseño de Vestuario: Carmen Grande.

Productores: Anne Carey, Bert Hamelinck, Madeleine Samit, Miranda Bailey.
Productores ejecutivos: Michael Sagol, Amanda Marshall, Jorma Taccone, Amy Naulokas.
Co-productores: Corentin de Saedeleer, Debbie Brubaker.
Diseño de producción: Jonah Markowitz.
Compañías: Sony Pictures Classics, Caviar, Gold Iron Pictures, Archer Gray Productions


Intérpretes:


Bel Powley: Minnie Goetza,
Alexander Skarsgard: Monoe Rutheford,
Christopher Meloni: Pascal, el padre,
Kristen Wiig: Carlotte, la madre,
Abby Wait: Gretel,
...

Sinopsis:


En 1976, en San Francisco, Minnie Goetze (Bel Powley) viven en el cruce de caminos entre el fin del movimiento hippie y el nacimiento del punk rock. Como la mayor parte de las adolescentes. Minnie desea amor, aceptación y un lugar en el mundo. Inicia una compleja relación sexual con el novio de su madre (Christen Wiig), "el hombre más guapo del mundo", Monroe Rutherford (Alexander Skarsgard). A partir de ahí seremos testigos de un relato inteligente, provocativo y sin prejuicios sobre el despertar sexual y artístico de una chica.

Premios:  


2015: Festival de Sundance: Sección oficial
2015: Premios Independent Spirit: Mejor ópera prima
2015: Premios Gotham: Mejor actriz (Bel Powley). 4 nominaciones
2015: Festival de Gijón: Mejor dirección artística
2015: Sindicato de Directores (DGA): Nominado a mejor nuevo director
2015: Festival de Edinburgo: Mejor film internacional Mostrar 1 premios más


Críticas:


El género indie (no el cine independiente) es muy del gusto de la crítica que reniega de lo que denominan blockbuster o mainstream por la aplicación a sus películas de las últimas innovaciones tecnológicas en imagen y sonido. Con una visión similar a la de los ludistas en vísperas de la revolución industrial, optan por un cine contenido, realizado, al menos aparentemente, con pocos recursos, y con unos protagonistas jóvenes, educados en escuelas y universidades privadas, que no salen de la gran matriz hasta después de la graduación y la realización de un master caro. Unas producciones que, al parecer, sólo satisfacen a los críticos y a los que se reconocen en el retrato, jóvenes rodeados de  máquinas de escribir antiguas, vinilos y otros objetos vintage. El propio cartel anuncia no sólo qué vamos a ver, sino en qué estilo está realizado.

Los creadores de opinión, que se ven a sí mismos como 'top crítics', a muchos de los cuales les gusta elaborar largos artículos cargados de datos eruditos, y que apenas profundizan en sus críticas, han dado el visto bueno al film. Ahora veremos con qué argumentos:

Jordi Costa comienza su artículo con una farragosa introducción sobre la que denomina 'airada trinchera feminista underground' Wimmen's Comix, creada en 1972 (ha llovido mucho desde entonces gracias a aportaciones como las de Donna Haraway o Laura Muvey, o la radical Gayle Rubin y pocos ignoran la eliminación de fronteras entre lo privado y lo publico; lo privado también es político, lo que permite a los poderes del estado inmiscuirse en la violencia de género, que algunos llaman 'doméstica', porque se produce en el seno del hogar, la domus latina) y no nos vamos a escandalizar con la rebeldía de  disidentes como Aline Kominski, que creó su propia publicación, Twisted Sisters, que es omnipresente en el film, (luego se habla en los mismos círculos del elitismo de la burguesía blanca de la costa Este de Estados Unidos, a la que representaba Hillary Clinton), en cuyo ámbito cultural se desarrolló la novelista en la que se basa el guión de la película: Phoebe Gloeckner (su madre fue pareja ocasional de uno de los miembros de los Cheap Suit Serenaders, la banda de dibujantes músicos comandada por Crumb). Ya metido en harina, informa a quien le pueda interesar que :"Hay, pues, toda una genealogía de la autoficción femenina desembocando en esta película valiente, rica y desbordante que, recogiendo el testigo de su fuente de inspiración, combina imagen real con imaginativas interferencias animadas que, en ocasiones, replican con mucho conocimiento de causa tanto el trazo de la Kominsky como el de Phoebe Gloeckner. La película no es tan explícita como la historieta, pero su representación franca, directa y libre de todo corsé moralista de la sexualidad adolescente resulta tremendamente refrescante por lo inusual de su registro en el contexto del cine comercial. (1)

Edu Galán, sin entrar en tanto tecnicismo (se podría profundizar mucho más, en caso de resultar de interés), camina por los mismos derroteros de la prensa de papel analógica: "En un triángulo amoroso en el que los adultos no son tan adultos y las adolescentes no son tan adolescentes, se hace fuerte The Diary…: ahí resplandecen las contradicciones, las inseguridades y las pocas ilusiones que permitían escapar de semejante jaula. No deja tregua este hondísimo filme. (2) Nada que ignore quien se relaciona con los jóvenes de hoy, incluso quienes superan con mucho los veinte años, desconoce esta realidad.

En Estados Unidos se da la misma sintonía, con críticas mucho más matizadas y menos entusiastas, más cercanos a los caucus feministas que se producen en las Universidades o en círculos culturales cercanos a determinadas publicaciones. Todd McCarthy (The Hollywood Reporter) mantiene cierta distancia cuando afirma que : "En este debut valiente, íntimo y tranquilo, Marielle Heller logra casi todo los que los jóvenes cineastas independientes dicen que quieren hacer cuando empiecen: crear un trabajo fresco, personal y distintivo con su propia 'voz'. (en Filmaffinity); Peter Travers (Rolling Stone) y Rodrigo Perez de Indiwire ponen el acento en la interpretación de Marielle Heller; Tom Long (Detroit News ) la define como  "poderosa, agotadora, eufórica, perversa y ciertamente honesta (...) Una mirada a la llegada de una adolescente a la edad adulta contada completamente desde su punto de vista"...

Lástima que tanta profundización en la cultura del momento no atrape masivamente a los jóvenes, a los que estas producciones parecen dirigirse, y se vayan en masa a ver las películas que denosta Rotten Tomatoes. ¿Será porque la revolución tecnológica ha abierto la brecha social y muchos jóvenes prefieren soñar con sus mitos a alienarse con corrientes culturales que no los representan? Por otro lado, a pesar de lo escabroso del tema, al menos en apariencia, no es algo que no pueden asumir con normalidad las grandes compañías norteamericanas, hollywoodienses o no.

Comentario:


Más que una habitación de una adolescente de pantalones mal-acampanado de 1976, parece la de una chica de 2017, un espacio en una casa de apariencia más europea  que norteamericana. Culmina su historia diciendo: "A mí, ahora, todo me parece diferente" ¡Valgo más que tú, hijo de puta! Siempre he pensado que quería ser como mi madre, pero ella necesita un hombre para vivir y yo no. Puede que nadie me quiera jamás, pero quizá no se trate de que otra persona te quiera." Unas conclusiones sabias para quien, como Cicerón llega al final de su trayecto y aconseja a los ancianos que, superado el deseo sexual, la lucha por ocupar un lugar en la sociedad y cualquier tipo de ambición, no hay nada que se pueda comparar a una vida dedicada al estudio y la contemplación, o al dibujo y el karma, pero lo que es dudoso es hacer responsable a los demás de nuestras propias decisiones, las que tomamos cuando nos acercamos a la edad legal para hacer lo que nos de la gana, y la de quien se queda atascado en ese momento, y menos pretender escribir o dibujar un libro para todas las chicas cuando se hagan mayores ¿cuando es eso? ¿A los 17, a los 18, a los 20..? ¿De auto-ayuda?

El debate en torno al constructo socio-cultural que en los seminarios universitarios se denominó género, y que hacía referencia a una estructura social para las mujeres, según lo define Teresa de Lauretis ha sufrido múltiples revisiones a cargo de destacadas investigadoras que han hecho evolucionar la teoría, y me resisto a pensar que este film responda a una visión fílmica de la mujer hecha desde la propia mujer. La protagonista de la película no se desarrolla en un contexto patriarcal duro y lleno de prejuicios, sino todo lo contrario: está a cargo de una madre desprejuiciada, que tiene un novio guapo que mete en casa y del que se queda colgada la adolescente Minnie, que no sólo lo arrastra o se deja arrastrar por él a la cama, (se pueden introducir muchos matices) sino que le oculta que es virgen. Cuando se cansa de él, inmune a cualquier tipo de empatía o compasión lo deja tirado como una colilla y se va con una chica, hasta que ésta le defrauda también.

Hoy no vivimos los tiempos de William Shakespeare, ni podemos escribir y adaptar al teatro o la pantalla una historia de celos como la de Otelo, un representante de la violencia masculina, o un amor que vuelve loca a la mujer como el de Hamlet. Quien hace lo que hace en el film Monroe es acusado de pedófilo y puede dar con sus huesos en la cárcel, una situación por la que han pasado famosos como James Franco que fue señalado por coquetear con una menor en Instagram, Roman Polanski, quien no puede volver a Estados Unidos, acusado de drogar y violar a una menor de 13 años (Monroe y Minnie toman sustancias psicotrópicas juntos); Charles Chaplin fue acusado de mujeriego, lo cual no está castigado por la ley; Jerry Lee Lewis arruinó su carrera de roquero por casarse con una  menor de 15 años, (ved 'Gran bola de fuego'). La lista de quienes han tenido problemas por esto es larga: un miembro de los Rolling Ston, Charlie Chaplin o Michael Jackson... Por esta razón no se puede jugar como si determinadas actitudes fueran inocentes, o como si los que están a un lado y otro de la línea que establece la ley ignoraran esta situación, con independencia de cómo se sientan, según el matiz que introduce Edu Galan. Minnie se hace fotos después de satisfacerse (los jóvenes no le gustan porque van a complacerse a sí mismos, según la visión de la protagonista), pero Monroe no acepta que se las haga a él, porque es consciente de lo que comporta, aunque ignora que ella graba sus confesiones, dibuja penes, y cuenta sus historias, dejando un gran rastro de esta relación.

Marielle Heller se introduce por un camino espinoso consciente de que lo es. Y si el asunto no acaba en tragedia es porque la madre es librepensadora y no está dispuesta a denunciar a nadie. Monroe, no se niega a casarse con Minnie, de la que da la impresión de haberse enamorado, lo que le da una imagen capitidisminuida, aunque no parece asustado. No se entiende bien por qué la adolescente se siente mejor que él: ¿Porque ha aprendido a vivir sola, con su familia, - su madre y su hermana-, a los 18 años, y se ha hecho historietista como su admirada Aline Kominski? Su discurso no se distancia mucho del de Cicerón en su 'Canto a la vejez' pero suena un tanto extraño en una joven, que quizá culpe al amante de su madre por haber sucumbido a la tentación de una niña, a la que no le queda el más mínimo sentimiento de algo parecido a una lejana culpa, al menos por lo que respecta a su propia madre, otra mujer a la que hace daño directa e indirectamente. Es curioso que, cuando se relaciona sentimentalmente con otra chica, esta esté dispuesta a venderla por mucho menos que 30 monedas de plata. Al final es difícil distinguir qué  paradigma de mujer propone a una joven que comienza a caminar en la vida, aunque parece que la receta es la de formarse profesionalmente, algo útil para cualquier sexo, y la de no establecer relaciones estables. Pero puedo estar equivocada, aunque en lo que resulta más convincente es en que toda verdad que se intente establecer en la relación entre un hombre y una mujer debe ser puesta en cuestión, porque al fin y al cabo es una relación de poder, que siempre  debe ser examinada con cuidado, con independencia del sexo de los amantes. Especialmente cuando los protagonistas pertenecen a una clase media acomodada, en la que las dificultades para llegar a fin de mes no parecen existir.




(1) Impudicia y libertad. Diario 'El País', 26 de Noviembre de 2015.
(2) The Diary of a Teenage Girl, Cinemanía.


 

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