Fenzes. Denzel Washington. Comentario.




LA SANGRE DE MI PADRE CIRCULABA POR MIS VENAS Y LO ÚNICO QUE ME SEPARABA DE ÉL ERAN UNOS CUANTOS AÑOS.

¿SIGUES TOCANDO?  CLARO, ESO ES PARA SIEMPRE



Ficha técnica, sinopsis, crítica, cartel y trailer. (Pinchad aquí)


Comentario:


Tras haber trabajado con directores innovadores y osados como Ridley Scott, Fuqua, Zemeckis, Spike Lee y otros que han desafiado a la prensa más tradicional y a los poderosos 'top critics' norteamericanos, cuando, con un equipo de lujo y una inversión de más de 51 millones de dólares, se pone delante de las cámaras y adapta un texto dramático al cine, opta por una puesta en escena canónica y convencional, en la que, si bien no se puede hablar de unidad de acción, toda la historia se desarrolla en un solo lugar, con breves y escasas incursiones de la cámara a una o dos estancias de la casa que habita Troy Maxson y su familia, constituida por su mujer, Rose, y sus dos hijos, Cory y Lyons, a los que acompaña un antiguo colega de la cárcel, Jim Bono (Stephen Henderson), y de forma intermitente, un hermano discapacitado, Gabriel, interpretado por Mykelti Williamson. Estos personajes apenas abandonan el proscenio, constituido por el modesto jardín ante el que Troy está levantando una valla de madera, para contentar a su esposa. Un muro anhelado para evitar que nadie huya del hogar, no para impedir que penetren intrusos en él.

Dos ideas constituirán el núcleo del relato, una gira en torno al hombre y la otra alrededor de la mujer. Troy es un hombre frío, rudo, que no sabe leer y pide un puesto como conductor de los camiones de basura, a pesar de que ni tiene ni puede tener un carnet de conducir; la vida lo ha tratado mal, le ha negado todo, hasta el extremo de que la pobre casa que habita con su familia la compró con la prestación que recibió su hermano por su invalidez. Ha tenido que robar e incluso matar para salir adelante y ha estado quince años en la cárcel. A pesar de estos antecedentes, el antiguo 'campeón' de béisbol no lucha porque sus hijos tengan un futuro mejor que él, sino que pretende hacerles entender que no pueden optar por otra cosa que trabajar en la recogida de basuras, donde 'él' puede colocarlos gracias a sus conocimientos. Quien tuvo que abandonar su hogar a los 14 años, tras pegarse con su padre, compitiendo por la misma chica, sabe que la sangre de su progenitor circula por sus venas y lo único que le separa de él son unos cuantos años. Más esta idiosincrasia no es propia únicamente de los negros, sino también de los blancos (ahora llamados afroamericanos los primeros y caucásicos los segundos, aunque no hayan nacido, ni unos, ni otros, en estos lugares y sean una mezcla de razas y etnias), y, del mismo modo que a él y a su padre tan sólo les separan unos cuantos años, a éste y al patriarca de Ford, el protagonista de ¡Qué verde era mi valle! los distancian unos cuantos más. Cuando ambos se sentaban a la mesa, el padre comía lo mejor de lo que en ella había y lo que quedaba se destinaba al resto de la familia.

Pero Cory y Lyons no solo tienen un padre, sino también una madre, que los protege de quien, a pesar de haber soñado durante su juventud con dedicar su vida al deporte, tiene todos los prejuicios, no sólo propios de su pueblo, sino bastante más universales, respecto a cualquier actividad relacionada con el trabajo productivo. En casa de Troy las cosas está muy claras: el hombre lleva el dinero a casa y se lo entrega a su mujer, lo que lo convierte en el patriarca indiscutible, mientras la mujer se dedica al cuidado de los suyos, lo que incluye apoyar las ilusiones de sus dos hijos: la de dedicarse a la música del mayor, y al deporte del pequeño. Lyons , el primogénito, ya no vive en casa, aunque acude el día de cobro a pedirle dinero a su padre (10 dólares); el pequeño será quien reproduzca la historia de Troy, se pegará con él y tendrá que abandonar la casa, aunque los años que lo separan de su padre le permiten apartarse de la trayectoria que siguen muchos de los suyos, e ingresará en los marines, una forma clara de desclasamiento. Cuando ambos hermanos se encuentran Cory le pregunta a Lyons si todavía se sigue dedicando a la música. Este le contesta: "Claro, eso es para siempre".

Pero ningún hombre es tan diferente a otro, por mucho  que los diferencien las condiciones sociales y económicas, como para no haber soñado nunca en un mundo mejor para él. Troy, por muy egoísta que parezca, busca una evasión del hogar, que para él supone un cúmulo de problemas, la parte amarga de la vida: cuidar de una esposa y unos hijos, mantenerlos, pagar las facturas y emborracharse una vez a la semana. Para nadie es esto suficiente, y se busca un romance extramatrimonial, una mujer a la que deja embarazada y con la que tiene una hija, sin percatarse de que, con su actitud, está dejando fuera de juego a su mujer, la madre de sus hijos, que no tiene posibilidad de buscar su propio desahogo y que ha sido su compañera durante el calvario que ha supuesto su vida. De este modo, la madre, el único ser del que se acuerda el hermano deficiente de Troy, que acude al cementerio cuando se encuentra solo y llora ante su tumba, se convierte en el soporte de toda la familia, y, es a ella a la que Denzel Washington  rinde un homenaje. La mujer que acabó perdonando a todos, a pesar de haberla humillado profundamente.

Un film sobre la condición humana y la segregación de que ha sido objeto el pueblo de Denzel Washington, que ha generado rencores y odios soterrados, y cuyos anhelos y miedos son los de cualquier hombre, habiendo calado en las comunidades negras la sociedad patriarcal en la que están inmersos, la que domina en Norteamérica, agravada por las condiciones económicas que sufre el colectivo a manos de la discriminación que ejercen quienes ayer eran sus 'amos'. Tan pronto como Troy y Bono dejan el camión de basura en la cochera, y se dirigen a sus casas, podemos observar que los suburbios donde viven tienen poco que ver con los que habitan los blancos. Sus calles son más populosas, en ellas juegan los niños de todas las etnias, pero sus jardines apenas merecen semejante nombre, y el escaso terreno de que disponen esas casas de ladrillo rojo, con los frigoríficos bajo una pequeña cornisa que los protege del agua y la nieve, los empujan directamente a invadir la vía pública y hacer de ella un lugar solidario, en el que apenas se puede concebir la presencia de Freddy Krueger; sus problemas son de otra índole. Troy quiso escapar de la monotonía y buscar la libertad fuera del hogar, un lujo que no pueden permitirse los de su clase y que él mismo niega a los miembros de su familia. Lo pagó muy caro. 

Esta historia, escrita por August Wilson pertenece al “Ciclo Pittsburgh,” conocida también como el “Ciclo Centenario”, una serie de diez obras que narra la experiencia de los afroamericanos en el siglo veinte. En "Fences", Wilson ubica la acción en la década de los cincuenta, 1957, y su protagonista, como hemos dicho antes, es un hombre desilusionado cuyo sueño había sido jugar al béisbol profesional en las ligas mayores, un sueño que nunca se realizó, ya que en este época solo podía jugar con las ligas negras debido a la barrera de color que existía en los deportes profesionales. Esta puede ser la razón que subyace en su oposición a que su hijo Cory (Chris Chalk) busque una carrera como futbolista profesional, (1) aunque no se puede negar que mucha gente cree que este sueño es inalcanzable para los pobres, a pesar de que han sido los más desfavorecidos los que han enriquecido cualquier manifestación artística. Temporalmente abarca el gobierno de John Fitzgeral Kennedy , que llegó al poder en enero de 1961. Su fotografía cuelga de una de las paredes de la modesta casa de Troy.

Un film que este fin de semana ha ofrecido el diario 'El País' y que constituye la opera prima de Denzel Washington como director.

(1) PODEROSA OBRA “FENCES” VUELVE A BROADWAY DENZEL WASHINGTON Y VIOLA DAVIS EN DRAMA DE AUGUST WILSON.  www. elconocedor.net.


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