La última canción. Sean Mewshaw
LO QUE SE CONVIERTE EN UN SUEÑO CUANDO EL SUEÑO SE TERMINA.
Ficha técnica:
Título original: Tumbledown.
País: Estadis Unidos.
Año: 2016.
Duración: 99 minutos.
Dirección: Sean Mewshaw.
Guión: Desire Van Til, basado en una historia propia
Dirección de Fotografía: Séamus Tierney.
Música. Score: Daniel Hart; música: Damien Jurado; supervisor: Gary Calamar
Editores: Sandra Adair, A.C.E., Suzy Elmiger.
Coordinador de especialistas: Paul Marini.
Director artístico: Kevin Lang.
Decorador del set: Amy Morrison.
Diseño de Vestuario: Amela Baksic.
Estilista de peluquería: Lez Cecchini.
Responsable de maquillaje: Trish Seeney.
Productor: Kristin Hahn. Aaron Gilbert y Margot Hand
Co-productor: Erika Hampson
Productores ejecutivos: Desi Van Til, Mark Roberts, Sheldon Rabinowitz, Ross Jacobson, Jason Cloth, Alan Simpson, Jeff Uhl, John Raymonds.
Diseño de producción: Jane Ann Stewart.
Compañías productoras: Cannonball Films, Sierra Affinity, Bron Studios, Hahnscape Entertainment, Rusticator en asociación con Corner Piece Capital, LLC, CW Media Finance; distribución: DeAPlaneta
Intérpretes:
Rebecca Hall: Hannah,
Jason Sudeikis: Andrew,
Joe Manganiello: Curtis,
Dianna Agron, Finley,
Blythe Danner: Linda,
Griffin Dunne: Upton,,
Richard Masur: Bruce,
Sinopsis:
Hannah intenta seguir adelante con su vida tras la muerte de su marido, un famoso cantante de folk, escribiendo una biografía sobre él. Todo cambia cuando aparece un hombre, Andrew, un atrevido escritor de New York, se pone en contacto con ella para aportar su propia versión de la vida y muerte del músico. Ente ellos surgirá una gran atracción inesperada.
Críticas:
Un film indie, desangelado, desapasionado y sin calor, a pesar de girar en torno a la reconstrucción de la vida de un cantautor muerto en plena juventud; tanto los desplantes de su esposa, interpretada por Rebecca Hall, como la pasividad del escritor, profesor de universidad, encarnado por Jason Suedikis son desesperantes y restan todo el interés a una historia ubicada en el santuario, en plena montaña, del artista.
A pesar de que el film insiste en el accidente, Javier Ocaña persiste en el mito de los suicidas de la música e incluye a " Hunter Miles, aclamado cantante folk con un único disco, fallecido en la treintena de edad tras caer por un precipicio mientras caminaba por la montaña!, un personaje ficticio del que dice que es " protagonista (en ausencia) de La última canción, película de Sean Mewshaw que, al mismo tiempo, pretende partir del estereotipo del joven artista torturado que decide poner fin a sus días de vino y rosas, para después convertirse en feliz anomalía gracias a un tono que huye de la abatida tortura sentimental para abrazar el espíritu del melodrama con toques de comedia. A veces, incluso algo extemporánea, como en los instantes de slapstick, definitivamente fuera de onda a pesar de la simpatía general del conjunto." (1) Bien.
Alberto Luchini muestra total indiferencia, que se hace manifiesta en el propio título: " Hay películas, como esta ópera prima de Sean Mewshaw, que resultan absolutamente indefinibles: no es buena pero tampoco es rematadamente mala, no ofende a pesar de ser absolutamente inane e intrascendente, interesa más bien poco pero no aburre." (2)
Nando Salvá la machaca directamente: "Un requisito indispensable para dejarse convencer por esta película es tolerar a sus dos protagonistas, y eso no resulta fácil. Hannah (Rebecca Hall) está tan colgada de la memoria de su marido, un idolatrado cantante de folk, que se pasa los días deambulando por su tumba; Andrew (Jason Sudeikis) es un arrogante listillo que trata de escribir una biografía del fallecido. El encuentro entre ambos le sirve al director Sean Mewshaw para tratar de meditar sobre la herencia que los artistas dejan tanto a sus seres queridos como a sus fans, a través de una serie de morosas escenas en las que los personajes hablan del legado del muerto o se conmueven mientras escuchan su música." (3)
A pesar de que el film insiste en el accidente, Javier Ocaña persiste en el mito de los suicidas de la música e incluye a " Hunter Miles, aclamado cantante folk con un único disco, fallecido en la treintena de edad tras caer por un precipicio mientras caminaba por la montaña!, un personaje ficticio del que dice que es " protagonista (en ausencia) de La última canción, película de Sean Mewshaw que, al mismo tiempo, pretende partir del estereotipo del joven artista torturado que decide poner fin a sus días de vino y rosas, para después convertirse en feliz anomalía gracias a un tono que huye de la abatida tortura sentimental para abrazar el espíritu del melodrama con toques de comedia. A veces, incluso algo extemporánea, como en los instantes de slapstick, definitivamente fuera de onda a pesar de la simpatía general del conjunto." (1) Bien.
Alberto Luchini muestra total indiferencia, que se hace manifiesta en el propio título: " Hay películas, como esta ópera prima de Sean Mewshaw, que resultan absolutamente indefinibles: no es buena pero tampoco es rematadamente mala, no ofende a pesar de ser absolutamente inane e intrascendente, interesa más bien poco pero no aburre." (2)
Nando Salvá la machaca directamente: "Un requisito indispensable para dejarse convencer por esta película es tolerar a sus dos protagonistas, y eso no resulta fácil. Hannah (Rebecca Hall) está tan colgada de la memoria de su marido, un idolatrado cantante de folk, que se pasa los días deambulando por su tumba; Andrew (Jason Sudeikis) es un arrogante listillo que trata de escribir una biografía del fallecido. El encuentro entre ambos le sirve al director Sean Mewshaw para tratar de meditar sobre la herencia que los artistas dejan tanto a sus seres queridos como a sus fans, a través de una serie de morosas escenas en las que los personajes hablan del legado del muerto o se conmueven mientras escuchan su música." (3)
(1) Mitos suicidas de la música. Diario 'El País'. 30 de diciembre de 2016.
(2) 'La última canción': ni buena ni mala. Diario 'El Mundo', 27 de diciembre de 2016.
(3) 'La última canción': un largo y cursi estribillo pop. Diario 'El Periódico', 27 de diciembre de 2016.
(2) 'La última canción': ni buena ni mala. Diario 'El Mundo', 27 de diciembre de 2016.
(3) 'La última canción': un largo y cursi estribillo pop. Diario 'El Periódico', 27 de diciembre de 2016.
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