La hora del cambio.
Ficha técnica:
Título original: L'ora legale.
País: Italia.
Año: 2017.
Duración: 92 minutos.
Dirección: Salvatore Ficarra, Valentino Picone.
Guión: Salvatore Ficarra, Valentino Picone, Edoardo De Angelis, Nicola Guaglianone, Fabrizio Testini.
Dirección de Fotografía: Ferran Paredes.
Compañías: Tramp Ltd./Medusa Film.
Sinopsis:
Los habitantes de un pueblo imaginario de Sicilia, Pietrammare, eligen a un alcalde que promete orden y legalidad en el lugar, pero lo cierto es que toda la ciudad y el país entero están llenos de corrupción y deshonestidad. El nuevo alcalde, Natoli, pretende cambiar todos los malos hábitos, pero su política acaba siendo vista como una amenaza por los vecinos.
Filmaffinity incorpora en su página una sinopsis que se aproxima más al título del film: "Los vecinos del pequeño pueblo siciliano de Pietrammare viven acostumbrados al caos que conlleva “saltarse la ley”, pero están hartos. Las carreteras tienen socavones, el tráfico es insufrible, la basura se acumula en las aceras y no hay día que un vecino no pise un excremento de perro. Tampoco les falta un gran puerto... sin barcos, y una fábrica altamente contaminante. Pero parece que ha llegado la hora del cambio: en las elecciones, un nuevo alcalde ha salido victorioso y viene con la firme intención de cumplir todo su programa electoral."
A nadie se le escapa que es en sí mismo un populismo el hecho muy extendido de que un político prometa que va a cumplir su programa electoral, cuando, a lo sumo consigue el 30% de los votos de los ciudadanos. Para hacer posible su promesa debía conseguir un porcentaje de apoyos más amplio, y la colaboración de los poderes fácticos, el sueño de Marx que nunca se cumplió, sin tener en cuenta que nunca imaginó que iba a contar para sus proyectos con la colaboración de las fuerzas vivas.
La crítica ha sido condescendiente con este pequeño film, muy del gusto de las masas y generalmente triunfador de la taquilla. Rubén Romero, aunque reconoce que tiene difícil traspasar las fronteras nacionales y triunfar en países donde no se siente de igual forma que en los que los ingleses denominan PIGS la mofa y el escarnio de la nueva vieja política, un panprma que describe de forma desgarradora: "Para los que no están puestos en actualidad transalpina: están en crisis y ha surgido un nuevo partido (Cinco Estrellas) considerado antisistema por los tradicionales. ¿Les suena? El filme parodia lo difícil que le resulta todo a un partido con ganas de cambiar las cosas: básicamente, porque acaba por ser odiado por los que le votaron, quienes prefieren seguir siendo robados por los de siempre." (1)
Un planteamiento similar defiende Nazareno Brega: "La sátira de Ficarra y Picone no tiene nada que ver con Nanni Moretti, quien dedicó buena parte de su carrera a la comedia y la política. En La hora del cambio nadie grita consigna política alguna y ni siquiera se discuten las distintas visiones. Ficarra y Picone prefieren apoyarse en la inmediatez de los gags que exponen la vulgaridad del pueblito y buscan que el espectador se sienta reflejado y se vea a sí mismo en pantalla como parte del gatopardismo de una sociedad con más ganas de quejarse que de mejorar." (2)
(1) La hora del cambio. Cinemanía, 7 de julio de 2017.
(2) "La hora del cambio": Fábula moderna y política. Diario Clarín, 2 de agosto de 2017.
(3) La revolución moral del alcalde. Diario 'El País', 10 de agosto de 2017.
Filmaffinity incorpora en su página una sinopsis que se aproxima más al título del film: "Los vecinos del pequeño pueblo siciliano de Pietrammare viven acostumbrados al caos que conlleva “saltarse la ley”, pero están hartos. Las carreteras tienen socavones, el tráfico es insufrible, la basura se acumula en las aceras y no hay día que un vecino no pise un excremento de perro. Tampoco les falta un gran puerto... sin barcos, y una fábrica altamente contaminante. Pero parece que ha llegado la hora del cambio: en las elecciones, un nuevo alcalde ha salido victorioso y viene con la firme intención de cumplir todo su programa electoral."
Crítica:
A nadie se le escapa que es en sí mismo un populismo el hecho muy extendido de que un político prometa que va a cumplir su programa electoral, cuando, a lo sumo consigue el 30% de los votos de los ciudadanos. Para hacer posible su promesa debía conseguir un porcentaje de apoyos más amplio, y la colaboración de los poderes fácticos, el sueño de Marx que nunca se cumplió, sin tener en cuenta que nunca imaginó que iba a contar para sus proyectos con la colaboración de las fuerzas vivas.
La crítica ha sido condescendiente con este pequeño film, muy del gusto de las masas y generalmente triunfador de la taquilla. Rubén Romero, aunque reconoce que tiene difícil traspasar las fronteras nacionales y triunfar en países donde no se siente de igual forma que en los que los ingleses denominan PIGS la mofa y el escarnio de la nueva vieja política, un panprma que describe de forma desgarradora: "Para los que no están puestos en actualidad transalpina: están en crisis y ha surgido un nuevo partido (Cinco Estrellas) considerado antisistema por los tradicionales. ¿Les suena? El filme parodia lo difícil que le resulta todo a un partido con ganas de cambiar las cosas: básicamente, porque acaba por ser odiado por los que le votaron, quienes prefieren seguir siendo robados por los de siempre." (1)
Un planteamiento similar defiende Nazareno Brega: "La sátira de Ficarra y Picone no tiene nada que ver con Nanni Moretti, quien dedicó buena parte de su carrera a la comedia y la política. En La hora del cambio nadie grita consigna política alguna y ni siquiera se discuten las distintas visiones. Ficarra y Picone prefieren apoyarse en la inmediatez de los gags que exponen la vulgaridad del pueblito y buscan que el espectador se sienta reflejado y se vea a sí mismo en pantalla como parte del gatopardismo de una sociedad con más ganas de quejarse que de mejorar." (2)
Javier Ocaña valora mejor la película de Salvatore Ficarra y Valentino Picone: " En su quinto largometraje, Salvatore Ficarra y Valentino Picone, también protagonistas, cómicos televisivos de gran tirón popular, parecen haberse imbuido del espíritu crítico de las grandes comedias a la italiana de los años 60, indagado en el punzante humor cotidiano de los maestros Monicelli, Risi, Steno, Comencini y compañía, y han compuesto con La hora del cambio una película jocosamente lapidaria: la corrupción no sale de los de arriba, está institucionalizada desde abajo, forma parte del arraigo social." (3) No es la primera vez que el cine, desde Norteamérica hasta sus antípodas, ha denunciado este hecho con mayor o menor sutileza.
(2) "La hora del cambio": Fábula moderna y política. Diario Clarín, 2 de agosto de 2017.
(3) La revolución moral del alcalde. Diario 'El País', 10 de agosto de 2017.
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