La matanza de Texas. Tobe Hopper. In memoriam.
Todo parece más trágico por tratarse de jóvenes, pero aunque sus vidas hubieran sido largas, jamás hubiesen imaginado que se podía ver tanto horror y locura como vieron ese día.
Ficha técnica:
País: Estados Unidos.
Año: 1974.
Duración: 83 minutos.
Dirección: Tobe Hooper.
Guión: Kim Henkel y Tobe Hooper.
Dirección de Fotografía: Daniel Pearl; adicional: Tobe Hooper.
Score musical: Tobe Hooper y Wayne Bell.
Edición: Larry Carroll, Sallye Richardson.
Director artístico: Robert A. Burns.
Maquillaje de los abuelos: W.E. Barnes; general: Dorothy Pearl.
Productores: Tobe Hooper, Lou Peraino.
Productores asociados: Kim Benkel y Richard Saenz.
Diseño de producción: Robert A. Burns.
Compañías: Vortex/Henkel/Hooper Production
Intérpretes:
Marilyn Burns: Sally,
Allen Danziger: Jerry,
Paul A. Partain: Franklin,
William Vail: Kirk,
Teri McMinn: Pam,
Edwin Neal: Hitchiker,
Jim Siedow: Hombre viejo,
Gunnar Hansen: Leatherface,
John Dugar: abuelo.
John Larroquette: narración.
Sinopsis:
Tras enterarse por la radio que la tumba de su abuelo había sido profanada, Sally Hardesty (Marilyn Burns) y su hermano parapléjico Franklin (Paul A. Partain) viajan por una carretera de Texas hacia el cementerio para examinar los daños; ambos son acompañados por el novio de Sally, Jerry (Allen Danzinger), su amigo Kirk (William Vail), y la novia de Kirk, Pam (Teri McMinn). Después de comprobar que la tumba está intacta, se detienen en una gasolinera, pero descubren que no hay combustible. Los jóvenes deciden continuar hacia la antigua casa de los Hardesty, pero son detenidos por un autoestopista (Edwin Neal), quien se corta a sí mismo y a Franklin con una navaja. Inmediatamente lo expulsan de la furgoneta y el sujeto deja una mancha de sangre en el costado del vehículo... (Wikipedia)
Comentario:
Film de culto que introdujo una nueva imaginería de fuerte impacto emocional en las películas del género; la sierra mecánica, que posteriormente veremos arraigada con fuerza en películas de Sam Raimi (trilogía de Evil Dead) , y que llegan hasta la actualidad con esa novia ensangrentada producto de la imaginación de Paco Plaza en Rec3.Génesis (2012), provista de esta arma mortífera. Otros demonios del hombre tienen presencia en la película, como el temor de recoger auto-estopistas en las carreteras, muy usual en la década de los 70; la presencia del canibalismo y esas aparentes salchichas, vomitivas para los vegetarianos o veganistas en auge, fumadores de hierba; la familia de Leatherface no sólo consumía carne, sino que sentía cierta preferencia por la humana, dejando montones de enormes huesos por el suelo de la casa, un auténtico cementerio en la superficie.
Tobe Hooper plantea el enfrentamiento campo-ciudad, pero con una particularidad: los aldeanos han emigrado a la ciudad y han abandonado sus casas, ahora arruinadas e inhabitables. Dos jóvenes del lugar , una chica y su hermano inválido, son avisados de la profanación de las tumbas de sus antepasados y acuden a la llamada, pero se trata de una falsa alarma. Ya en el lugar, recorren los lugares de su infancia, en los que son ahora unos extraños, de costumbres capitolinas y moral 'ligera', y serán objeto de la crueldad de los hillibillies, fronterizos, primitivos y nada humanos. La secuencia de la gasolinera supone un aviso de lo que les espera si se adentran en un territorio vedado al forastero.
Realizada con muy pocos recursos, dejó una huella imperecedera en grandes realizadores del género, del que se sirvieron para analizar los tiempos que les tocó vivir sin dogmatismos, convirtiéndose en referentes de cineastas actuales. Años después Jonathan Demme dio vida a un famoso canibal, Hannibal Lecter, que cubría su cara con una máscara, no para sustituir su piel deteriorada por la de sus víctimas, sino para protegerlas de sus mordiscos asesinos; un psicópata sofisticado y distinguido, un psiquiatra de ciudad que se cebaba en los hillibillies, pero que respetaba a Clarice, una mujer procedente de este medio, porque era inteligente y sensible a su discurso. Norman Bates tuvo mucho que ver en el diseño de estos personajes.
Tobe Hooper plantea el enfrentamiento campo-ciudad, pero con una particularidad: los aldeanos han emigrado a la ciudad y han abandonado sus casas, ahora arruinadas e inhabitables. Dos jóvenes del lugar , una chica y su hermano inválido, son avisados de la profanación de las tumbas de sus antepasados y acuden a la llamada, pero se trata de una falsa alarma. Ya en el lugar, recorren los lugares de su infancia, en los que son ahora unos extraños, de costumbres capitolinas y moral 'ligera', y serán objeto de la crueldad de los hillibillies, fronterizos, primitivos y nada humanos. La secuencia de la gasolinera supone un aviso de lo que les espera si se adentran en un territorio vedado al forastero.
Realizada con muy pocos recursos, dejó una huella imperecedera en grandes realizadores del género, del que se sirvieron para analizar los tiempos que les tocó vivir sin dogmatismos, convirtiéndose en referentes de cineastas actuales. Años después Jonathan Demme dio vida a un famoso canibal, Hannibal Lecter, que cubría su cara con una máscara, no para sustituir su piel deteriorada por la de sus víctimas, sino para protegerlas de sus mordiscos asesinos; un psicópata sofisticado y distinguido, un psiquiatra de ciudad que se cebaba en los hillibillies, pero que respetaba a Clarice, una mujer procedente de este medio, porque era inteligente y sensible a su discurso. Norman Bates tuvo mucho que ver en el diseño de estos personajes.
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