Sam Shepard. In memoriam.





Los hombres vivimos como si fuéramos inmortales, nos recordaba Enrique Tierno Galván, pero de repente se presenta en nuestras vidas una terrible enfermedad de nombre femenino, la ELA, que arruina todas nuestras esperanzas y nos incapacita en todos los aspectos de nuestra existencia cotidiana. Este es el terrible trance en que se ha visto Sam Shepard hasta que le ha llegado la muerte,

Shepard, dramaturgo,  director, actor y...músico (la pasión secreta de muchos hombres que destacan en otras áreas), y uno de los autores más importantes de Estados Unidos en los últimos 50 años, reescribió, según Luís Martínez, el sueño americano, desde un perspectiva libre e independiente, una aportación por la que será recordado. Es verdaderamente curioso el trasvase que se da, con frecuencia, entre los que militan en las diferentes formas de expresión: unos empiezan dando salida a sus inquietudes en la música y de ahí pasan al cine o la literatura. Otros realizan el viaje a la inversa, de la literatura  a la música, (conocemos ejemplos para nosotros notables). Lo suyo fue la batería, la vida descontrolada y el compadreo con Bob Dylan, que compaginó con guiones como los de Paris-Texas, el film que dirigió Win Wenders, un director de culto para ciertos sectores,en  la década de los 70.

El hombre polifacético fue también dramaturgo, considerado por los estadounidenses como uno de los más importantes del siglo XX en su país, heredero de los grandes autores norteamericanos; prestó su imagen en películas como 'Elegidos para la gloria', 'Magnolias de acero' o el 'El informe Pelíkano', aunque su faceta más relevante fue la de autor teatral, cuyas obras se estudian en todos los niveles educativos americanos y se han representado en los teatros más importantes de USA,  en especial en Broadway y el Off-Broadway. Interesa su visión pop y contracultural  de su país, un tema que aborda con un lenguaje provocativo y salvaje, y un gusto por el teatro del absurdo, que tiene como protagonistas a los auténticos losers del sueño americano, que encarnan historias difíciles de clasificar.

Nos ha dejado un hombre polifacético, atractivo, (así lo califica Luís Martínez), lo que le permitió dejar huella en los papeles que encarnó para el cine, inquieto y comprometido con su tiempo, cuyas formas molestaron a los críticos más canónicos y tradicionales por la ausencia de una estructura convencional y el lenguaje provocativo de sus largos monólogos.Recibió el Premio Pulitzer por su obra Buried Child.


IN MEMORIAM




Comentarios

Entradas populares