Tobe Hopper. In memoriam.

Se están yendo los maestros del terror. Ayer fue Wes Craven, después George A.Romero y ahora Tobe Hopper. Sólo hay que mirar sus sonriente rostro cargado de bonhomía, para entender que quien nos hizo pasar tanto miedo también nos enseñó cosas de la vida y nos procuró ratos estupendos, andaba cargado de las mejores intenciones para el espectador que se atrevía a ver sus películas.

Nadie ha olvidado 'La matanza de Texas', (1974), basada en hechos reales, ese cuento horrible que advierte a quienes no andan avisados que todos el mundo no es bueno, o Poltergeist (1982), producida por Steven Spielberg, que metía el dedo en la llaga provocada por el complejo de culpa norteamericano, que, no sólo no respetó los poblados indios, sino que construyó urbanizaciones encima de sus tumbas, un sentimiento que Hartung lleva a su pintura gestual. Pero también abordó el problema de las brujas y las matanzas de Salem en  Salem's Lot, una miniserie televisiva. Grandes cineastas que nos han transmitido el sentimiento del pecado original de los habitantes del nuevo mundo como nadie.

Ellos se han ido, pero una y otra vez volveremos a ver sus películas y nos conectaremos de nuevo con sus creaciones y las ventanas que nos abrían al mundo, que giraban en torno a nuestros sueños, y, en especial, a nuestras pesadillas. ¿Cuántos estarán viendo esta noche 'La matanza de Texas' o cuántos la verán mañana? Todos nos iremos tarde o temprano, pero ellos se sirvieron de la muerte para alertar a los vivos y ahora les ha llegado su turno. Esta mañana conocíamos su óbito  a través de páginas de su país; la noticia ha llegado tarde a España y nos hemos reprimido. Ya confirmada nos dolemos por el hecho.

IN MEMORIAM