El emigrante. Sebastián Almeida.








Ficha técnica:


Título original: El emigrante.
País: España.
Año: 1958.
Duración: 8o minutos.

Dirección: Sebastián Almeida.
Guión: argumento original y diálogos de Antonio Quintero.
Operador Jefe: Ricardo Albiñana.
Música: Maestro Juan Solano.
Montador: Ramón Quadreny.
Decorador y ambientador: Roman Calatayud.
Sonidos: Klangfilm. Parlo Films S.A.

Maquillador jefe: Adrián Jaramillo,
Peluquera: Hipolita López.
Encargados del Vestuario: Clotilde Gijon y Manuel Pérez. Vestuario: Cornejo.
Muebles: Miró.

Director general de producción: Miguel Fernández Alonso.
Compañías productoras: Fidel Osete Producciones Cinematográficas  Vértice.

Intérpretes:


Juanito Valderrama
Julio Nuñez
Dolores Abril
Silvia Solar
Frncisco Piquer
Rogelio Madrid
José Marco
Emilio Fabregas
José María Caffarel

Bailarines: 


Paco de Ronda
Gitanillo Rubio
Juan Abaicin
Curro Carmona
Churumbel de Córdoba
Alfonso Vargas
Rafael Castro

Guitarristas:


José María Pardo
Narciso Camacho
Juan Rodríguez
Venceslao Giménez
Beltrán Espinosa
Rafael López
Juan Pastor

Canciones (grabadas por Montilla) :


"España tierra bendita"; "A Cádiez le hechaban (con h ¿? ) flores", "Novia de un amigo mío"...y con letra de Antonio Quintero y música de Juan Solano;  'El emigrante', con letra y música de J. Valderrama, M.Pitto y M.Serrapi.



Sinopsis:



Mientras Cádiz celebra su famoso Carnaval, en la cubierta de un barco, don Joaquín, un viejo emigrante, contempla la ciudad y escucha emocionado, el lejano eco de las fiestas. No quiere bajar a tierra porque teme enfrentarse a la ausencia total de seres queridos. ¡Ha sido emigrante tantos años! Hace mucho que no ha vuelto a su Cádiz y también entonces la ciudad estaba de fiesta cuando él y sus compañeros llegaron repatriados de la campaña de Cuba.



Crítica:



Hoy, día 24 de septiembre, a seis o siete días del reto catalán, una cadena emite este film. No hay valoraciones de la película a la que los usuarios de internet suspenden con un 4,0, una media obtenida de 160 espectadores que han decidido manifestarse y calificar la cinta, que incorpora dos críticas, una de ellas inflamada de amor patrio, muy en boga en los últimos tiempos. Comienza con una secuencia de lo más casposa, en la que se echa del trabajo a un 'bala perdida' que intenta desclasarse y se ve de bruces en la calle, pero se encuentra un obstáculo en el camino: los soldados que vienen de Cuba, que más que combatientes parecen presidiarios, con un traje de rayas que no les protege ni de un modesto cinturón blanco de judo infantil, pero que son el emblema de la decencia y el honor.

La acción se ubica en Cádiz, con una fotografía y un tratamiento del color espantoso, a tan solo quince años de que George Lucas hiciera una de las películas mejor iluminada de la historia del cine, American Grafitti, y en sus calles y locales muy alejados del glamour hollywoodiense, pulularan individuos con un 'careto' que aterroriza más que Vicent Pice interpretando a Drácula. Ignoro qué pensarán los jóvenes de una de las pruebas más evidentes de que del imperio español no quedaba ni el recuerdo. Se me dirá que Estados Unidos era el imperio actual, pero ¿ por qué lo perdimos todo? Es imposible explicarse por qué hombres poderosos que dirigían las empresas relacionadas con la 'industria' del cine y no tenían problemas para despedir a los inútiles, como queda claro al principio del film, no podían evitar que aparecieran sonoras faltas de ortografía en los créditos o que sus técnicos no tuvieran la mínima destreza para conseguir sincronizar las bocas de los cantantes con los discos que constituían el escore musical para hacer algo creíble que las canciones salieran de sus bocas.

No sé que pueden pensar los jóvenes españoles que hacen cola para ver las denostadas 'Guerra de las Galaxias', 'El Señor de los Anillos', las adaptaciones de Marvel o Kingsman, cuando vean cómo vivían sus ancestros en 1958,  tan solo hace 59 años, y aceptaban galanes como Juanito Valderrama disfrazado de andaluz. El contexto es el de los Carnavales de Cádiz, aunque es de suponer que con chirigotas mucho menos atrevidas. El relato se ubica en el proceso de independencia de Cuba  que comenzó con la Guerra de los diez años (1868-1878), la Guerra Chiquita (1879.188) que precedió a la Guerra Necesaria y la Hispano-Estadounidense (1895-1898) tras las que se produjo la independencia definitiva de la isla, un hecho que  provocó una gran depresión en amplios sectores españoles y que unió a una generación de escritores, la del 98. Pero el film parece ajeno a unos acontecimientos que afectaban a sus personajes, unos soldados zarapastrosos, muchos de cuyos compañeros habían perdido la vida. Hay una diferencia entre los señores y los plebeyos: los primeros se enrolaban porque querían, los segundos porque los obligan, lo que parece ser un demérito.

Mas este no es el asunto central, ni siquiera entra en él de pasada, sino una historia de cantantes, amistades, lealtades, amores y desamores, de señores colonialistas y empleados agradecidos, que no saben ni leer, como confiesa Juanito Valderrama de su propia novia. Mas el film encierra un gran misterio: ¿Por qué se llama 'El emigrante'? ¿Son acaso emigrantes los soldados que envían a guerras fuera de su país? el subtexto no habla de emigración sino de procesos de independencia.  Narrada en forma de flashbacks, mantiene en la ignorancia al espectador de lo que sucede fuera de España, y se limita a mostrar las fiestas de Cádiz, un lugar del que no se mueve la cámara, y  una época (1958) en la que se hacía reinas de las fiestas más importantes del país a hijas de personajes destacados de la política nacional, en este caso el embajador de Estados Unidos. Con la llegada de la democracia se acabaron estas prácticas.





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