Los misteriosos asesinatos de Limehouse. Críticas.






Ficha técnica, sinopsis, cartel y trailer (Pinchad aquí)






Críticas:



Las críticas son abundantes y muy positivas en el Reino Unido, más tibias en Estados Unidos y España, y muy negativa la de Javier Ocaña del diario 'El País', para quien, el film del cineasta de origen español, nacido en Miami, Juan Carlos Medina, basada en la novela de Peter Ackroyd "Dan Lenon and the Limehouse Golem" (1994), "no pasa del postizo cóctel de referencias políticas, literarias y sociales, alrededor de una serie de crímenes. El sorprendentemente nefasto guion de Jane Goldman, que en Kick-ass (2010), X-Men: Primera generación (2011) y Kingsman: servicio secreto (2014) había demostrado su buena mano para el efervescente entretenimiento juvenil, está demasiado compartimentado, sin que fluya ni sorprenda en momento alguno su fusión de relato en tiempo presente y sus innumerables (y falsos) flashbacks con cada uno de los puntos de vista de los sospechosos de los crímenes. Lo peor que le puede pasar a una intriga asentada en un cluedo (un whodunit, un quién lo hizo) es que el espectador acabe desentendiéndose de su resolución. Y aquí eso ocurre ya en la primera media hora." 1






Tiene cierta razón este crítico cuando denuncia el interés de Medina por abarcar demasiados aspectos de una sociedad que iniciaba, precedida de doctrinas filosóficas que intentaban explicar el nuevo mundo que surgía con la invención de la máquina de vapor y que afectaba, desde los sentimientos individuales más íntimos de hombres, mujeres y niños sometidos, esclavizados en largas jornadas laborales, liberados de la protección sobre sus conciencias de una religión que los había abandonado a su suerte, y que empezaban a confiar en nuevas ideologías que volvían su mirada a las masas de antiguos siervos, convertidos en proletarios, basadas en gran parte en el racionalismo y la lógica de pensadores como Hume que defendían una concepción 'nueva' de la naturaleza humana, según el cual el hombre no es solo un ser racional, sino también pulsional, instintivo o disposicional, que favorecía, no sólo el desarrollo de ideologías como la de Marx o Bakunin, que se unen a los colectivos que la burguesía acomodada considera un riesgo: revolucionarios, prostitutas, títeres, homosexuales, escritores. Un clima que favorece el nacimiento de una policía que resuelve los asesinatos de forma indiciaria, como Scotland Yard, afincados en su sede gótica de Victoria Embankment, el inicio de una forma de periodismo o literatura de intriga que precede al héroe nacional, Sherlock Holmes. La concentración de población en ciudades que se van haciendo populosas, en las que surgen los primeros teatros que, con el tiempo, favorecerán el surgimiento del West End.





Pero hay un elemento nuevo: el papel que desempeña la mujer en esta historia. Lizzie, una niña nacida en los bajos fondos, que ayuda a su madre a entregar sus encargos de costura a los marineros, y no sólo ha sufrido los abusos de éstos, sino el intento de castración por parte de su madre cuando intuye que ha sido violada, cuya muerte supone para la joven una liberación, pues puede abandonar por fin su 'hogar', y los trabajos que ha realizado mientras permanecía en él, entre ellos cavar fosas para los muertos, primero con sus propias manos y más tarde con una azada. Esta pobre chica sabe leer y sueña con ser actriz, y en su camino se van cruzando una serie de hombres, cada uno de ellos sospechosos de los crímenes que se van produciendo en torno al teatro, falsos indicios que se pierden tras una pequeña investigación y que no sirven para dar relevancia al personaje femenino que aspira a pasar a la posteridad. El actor más admirado del momento, Dan Leno, que también entra en el círculo de sospechosos, le advierte de algo que muchas féminas no han entendido todavía: si quieres legar la imagen más fiel de ti misma, coge tú el cincel. También buscará al hombre, el inspector John Kildare, al que quiere asociar su nombre para pasar con honor a la posteridad. El director ha querido jugar a la imposibilidad de disociar la ficción de la realidad en este gran teatro del mundo, en el que el espectador establece una unidad indisoluble entre el personaje y el actor que lo representa, que puede ser sustituido de inmediato si adopta una apariencia similar.





A Jordan Hoffman le satisface el hecho de que, cuando el público británico andaba un tanto saturado de presenciar asesinatos de prostitutas en el Londres de 1880, asesinadas por psicópatas, el cineasta de formación angloamericana y origen español, le da un giro diferente a la historia. 3 Otros alaban a los actores protagonistas: Trevor Johnson (Time Out), que destaca el trabajo de Billy Naghy o David Sexton que alaba la actuación de Olivia Cooke de 22 años (London Evening Standard). En Estados Unidos rebajan el entusiasmo, poniendo el acento en lo que los norteamericanos son maestros: la mediocridad de los efectos especiales, demasiado evidentes (Leslie Felperin, The Hollywood Reporter); Dennis Harvey (Variety) cree , sin embargo, que el título falla en la creación de una atmósfera atractiva, a pesar de que las cuestiones técnicas y de diseño son de primer nivel...






Lo que sí es cierto es que Medina, a pesar de abordar un momento histórico tan apasionante, en el que se sentaron las bases científicas, tecnológicas e ideológicas que favorecieron el paso de la sociedad feudal a las democracias capitalistas, tras el ascenso de la burguesía al poder mediante una revolución en la que la clase ascendente, la burguesía, llegó a ejecutar al rey en Francia y con él a gran parte de la nobleza, ha partido de la  base de que los espectadores son capaces de entender una historia que da muchas cosas por sentadas, y que tiene un conocimiento aceptable de los sectores malditos de esta nueva sociedad que demandaba sangre, como una forma de entretenimiento, (recordemos a las mujeres que tejían a los pies de la guillotina), y que incluía entre sus demonios a escritores hambrientos, artistas disolutos, prostitutas, aspirantes a actriz, titiriteros, judíos y los que leían o escribían demasiado, como Karl Marx, que forma parte de la legión de los presuntos culpables, el golem que hay que buscar, encontrar y ahorcar. La guillotina no había penetrado en Inglaterra. Esta forma de contar y estructurar su historia resulta poco comprensible y brillante, el giro  final, aunque inesperado, falto de emoción, y, es posible que aburra a muchos espectadores, a pesar de no carecer de interés.









1. La palidez del infierno. Diario 'El País', 8 de septiembre de  2017.
2. La fundamentación del conocimiento de Hume. Universidad Complutense en Madrid.
3. La revisión de Golem de Limehouse - un misterio ascendente del asesinato de Victorian, 'The Guardian, 12 de septiembre de 2016.

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