Blue the face. Crítica.






Ficha técnica, sinopsis, lo que se dice, cartel y trailer (Pinchad aquí).


Crítica:



Paul Auster, Wayne Wang, como guionista el primero y directores ambos, construyen un relato jalonado de testimonios de habitantes de Brooklyn, que se manifiestan sobre el orgullo de pertenecer a una comunidad que defiende su forma de ser sin complejos, desgranando el verdadero sentido del aserto. Esta comunidad sabe lo que hace y actúa en consecuencia, sin dejar de creer en ello y defenderlo física, espiritualmente o de cualquier otra manera, e incluso a pagar un precio por sus creencias lo que se supone ir de frente y actuar según sus principios. Otros vecinos se quejan de la presencia, por otra parte, de bolsas de plástico en los árboles que produce un impacto ambiental y debe ser combatida, una seña de identidad que convive con el número de gofres belgas.

Pero se da la gran paradoja de que cinco años antes Kevin Smith iniciara su saga Clerks, cuyos protagonistas eran dependientes del Quick  Stop, un establecimiento con dos secciones, una de Groceries (tabaco, bebidas, comida-basura, leche...) y otra de venta y alquiler de películas, jóvenes que habían crecido con 'La Guerra de las Galaxias' y que competían con la siguiente generación, fan de 'El Señor de los Anillos'. En la puerta 'Bob el Silencioso', interpretado por el propio Kevin Smith, y su bizarro compañero Jay, interpretado por Jason Mewes, dos camellos de tres al cuarto que venden drogas en el local.

A pesar de que Blue the Face se realizó en 1995, cinco años después que Smith iniciara su saga en 1990, se retrotrae, tanto formal como discursivamente y por la aparente falta de recursos, al Brooklyn de los años 60, en el que participan personajes destacados, nacidos en este distrito que, junto con otros cuatro, constituye la ciudad de New York,  antes de ser aburguesado mediante el proceso de gentrificación, entre ellos Lou Reed, poeta, cantante, guitarrista y compositor de rock, considerado el padre de este movimiento musical alternativo alternativo, que formó parte del grupo The Velvet Underground y que actúa como narrador de partes del discurso pero también  cineastas destacados del género independiente como Jim Jarmush.

Los personajes que frecuentan el establecimiento de Victor Argo, generalmente ausente y suplido por Auggie Wren (Harvey Keitel), un empleado fiel y un buen amigo, son deportistas de élite, que forman parte de una cantera, reclutada en los bajos fondos, o músicos de jazz y blues que ejecutan sus sonidos en la calle, a los que frecuenta el joven Michael Fox. La tienda que vende periódicos, tabaco,  groceries, se convierte en un club social improvisado en el que reina la fraternidad, la igualdad y la felicidad que proporcionan esos pequeños momentos en los que hombres y mujeres se abren a los demás y se olvidan por un momento de sus conflictos personales. Un pequeño pedacito de humanidad que se llevan las grandes superficies comerciales. Un film, un trocito de utopía que no podemos despreciar y del que podemos disfrutar estos días en el videoclub de ONO.




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