Los caballos de dios. DVD/. Blu ray

ISLAS DE POBREZA EN LA SOCIEDAD DEL BIENESTAR

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Si atendemos a las cifras macroeconómicas podemos llamarnos a engaño, como lo hacemos con frecuencia, algunos de manera consciente. Un dato que manejan los economistas, que eran los 'reyes del mambo' hasta que la revolución tecnológica en marcha los ha dejado fuera de juego y los ha sustituido por politólogos, nos llevamos tremendas sorpresas: Estados Unidos tiene una renta per capita de $57.466,79, Marruecos de 2.832,43 euros, y Europa ronda los 27.000 euros, unos desniveles muy exagerados, pero que no acaban de explicar lo que sucede en el film que dirige Nabil Ayouch, si no se tiene en cuenta de qué forma se distribuye la riqueza en cada país. En Estados Unidos la llamada white trash (basura blanca) provoca situaciones tan dramáticas o más como la que plantea el marroquí, de la que nos hace testigos Johnny Depp en su terrible largometraje 'El bravo', cuyo protagonista, convertido en un hombre-rata, vive con su familia en un estercolero, y vende su cuerpo a un millonario para que lo cace, con el objetivo de sacar as los suyos de esa miseria insoportable. La fiesta de despedida de sus vecinos y allegados es inolvidable.

Pero, en nuestros respectivos países todos conocemos enclaves de miseria absoluta, a los que se suma la inseguridad derivada de la delincuencia enquistada en estos lugares. Pero eso no parece justificar el lema del film, -'Nadie nace mártir' -, ya que el hombre no puede renunciar a su libre albedrío y buscar la solución que más le satisfaga, solo o solidarizándose con quien padece la misma situación. El jefe del grupo le dice a Yacine ( Abdelhakim Rachi ) que si entre las víctimas hay musulmanes también se convierten en mártires, una afirmación que hará a más de uno reflexionar. Por otra parte queda el daño colateral a las familias, una cuestión que planteó con dureza Jani Abu-Assad en Paradise Now, un film que plantea con toda su crudeza un tema que ilumina las actuaciones de alguno de los suicidas que han querido despedirse de su madre, desde la lejanía. Unos y otros son conscientes del dolor que van a producir, e incluso más de uno se arrepiente, aun a sabiendas de que más pronto que tarde va a caer en manos de la policía o de las células yihadistas.

Las  reacciones de los hombres ante la extrema pobreza han sido generalmente cruentas, e, incluso la clase dominante en la actualidad, la burguesía, llegó al poder utilizando la guillotina como instrumento para liquidar a la nobleza. Mas el uso de la violencia en la modernidad, cuando el hombre creía en una crecimiento sostenible, en un desarrollo sin posible vuelta atrás, la crisis provocada por el avance de la revolución tecnológica lo retrotrae a un modus vivendi  aun estatus económico-social similar al de la era preindustrial, una situación a la que se une el impacto medioambiental que producen los residuos de materiales no  degradables que ensucian cualquier núcleo de población, y en especial los amontonamientos de chabolas.