Los surfistas nazis deben morir. Peter George.
Ficha técnica:
Título original: Surf Nazis Must Die.
País: Estados Unidos.
Año: 1987.
Duración: 83 minutos.
Dirección: Peter George.
Dirección segunda unidad: Robert Tinnell.
Casting: Sahara Productions, Mahmud Abudaber, Donna Besse.
Guión: Peter George y Jon Ayre, basada en la historia original de Jon Ayre y Peter George.
Director de fotografía: Rolf Kestermann
Dirección artística y diseño de Vestuario: Byrnadette di Santo.
Música original: John McCallum.
Departamento artístico: Jan Ove Hogman
Maquillaje: Anonya Verna.
Maquillaje de efectos especiales: Jon McCallum.
Productores: Lloyd Kaufman y Michael Herz, Roberto Tinnell.
Productor ejecutivo: Peter George.
Productor asociado: Antonyia Verna.
Compañías: Troma Team Release
Intérpretes:
Surfistas nazis:
Barry Brenner: Adolf,
Dawin Wilsmith: Eva,
Michael Sonye: Mengele,
Joel Hile: Hook,
Los pipeliners:
Ty Thomas: Aerial,
John Villamette: Mex,
Rand Hogen: Teeth.
Surferos samuráis:
Daniel Kong: Wang,
Steve Reid: Yin,
Terry Lee:
Dawne Ellison: Enfermera de la residencia de ancianos,
Tom Shell:
Gene Michell,
Bobbie Bresse: madre de Smeg.
Washingtonianos:
Gail Neely: Mama,
Robert Harden: Leroy.
Sinopsis:
Unos vigilantes enloquecidos y de tendencias neo-nazis intentan dominar las playas de California después de los efectos devastadores de un terremoto que acaba con la vida de la mayoría de la población de la costa de los Estados Unidos. Una banda rival de surferos retan a los surfistas nazis y las playas californianas se convierten en verdaderos campos de batalla. La única persona que puede enfrentarse con éxito a los surfistas nazis es Leroy Mama, la vengadora madre de un chico que murió en manos de estos surfistas de Ultraderecha.
Crítica:
Cuando quedan pocas posibilidades siempre se puede encontrar un refugio en estas películas estrafalarias, inverosímiles y bizarras que produce La Troma, unos proyectos que demuestran que tan difícil es hilar un buen film como construir una historia que no tiene ni pies ni cabeza, pero que logra que la gente se ría durante un buen rato imaginando el tipo de pirado que está detrás de la cámara. Preñada de estereotipos, que no desprecian en absoluto, sus guionistas y directores realizan un recorrido por los iconos nazis, que parecen no desconocer, ya que incorporan a la tribu a un joven que adopta el nombre de Mengele, del que, en un momento determinado parecen verse obligados a informar a su público por si acaso, pero también se entretienen con los samuráis asiáticos y los robustos surferos caucásicos que se dirigen a las playas con sus tablas cuando tienen posibilidad de disfrutar de un oleaje bravo y excitante. Allí se encontrarán con unos nazis con tatuajes y banderas chungas que les pondrán muy difícil esta aventura.
La bravuconería, el sexo, la chulería y otras cualidades del mismo estilo, adornan a la panda de Adolf, a la que no hay quien se resista, unos tópicos que no nos extrañan, hasta que cometen el error de matar a un joven afroamericano y se han de enfrentar a una madre leona dispuesta a llevar a cabo una inmisericorde venganza. Son las cosas de La Troma que están adquiriendo cierta notoriedad desde que James Franco decidió hacer una réplica a un film dirigido y protagonizado por Tommy Wisseau y parodiar al personaje que hizo la mejor peor película del mundo, que ya es decir. No son pocos los que buscan por tiendas especializadas este tipo de cine, que no puede ser juzgado con los mismos parámetros que los demás films, unas películas de las que disfrutan muchos espectadores por los despropósitos de sus creadores. La podéis ver entera en Youtube.
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