El palacio de los espíritus. Roger Corman.



POE Y LOVECRAFT UNIDOS POR ROGER CORMAN


Ficha técnica:


Título original: The Hauted Palace.
País: Estados Unidos.
Año: 1963.
Duración: 87 minutos.

Dirección:
Guión: Charles Beaumont, basado en elpoema de Edgar Allan Poe, The Hauted Palace, y una historia de H.P.Lovecraft.
Casting:
Dirección de Fotografía: Floyd Crossy, A.S.C.
Música: Ronald Stein.
Edición: Ronald Sinclair.
Dirección artística: Daniel Haller.
Decorador del set: Harry Reif.

Diseño de Vestuario: Marjorie Corso.
Maquillaje: Ted Coodley.

Productor:Roger Corman.
Productor asociado: Ronald Sinclair.
Compañías productoras y distribuidoras: American Internacional Pictures.

Intérpretes:


Vincent Price: Charles Dexter Ward,
Debra Paget: Ann Ward,
Lon Chaney: Simon Orne,
Frank Maxwell: Dr. Willet,
Leo Gordon: Edgar Weeden,
Elisha Cook
John Dierkies: Benjamín West,
Milton Parsons
Cathie Merchant
Guy Wilkerson



Sinopsis:



Cuando un hombre llega a un pueblecito de Nueva Inglaterra a reclamar el castillo de su familia, descubre que está habitado por mutantes y que, además, se halla bajo una diabólica y ancestral maldición. En otros tiempos, su abuelo se había dedicado allí a la practica de ritos satánicos.



Crítica:

Es difícil encontrar documentación fiable y exhaustiva en torno a las adaptaciones cinematográficas de Edgar A.Poe, el primer escritor de relatos cortos, que fue más conocido mientras vivió como crítico y editor de publicaciones propias y ajenas que como escritor, la fecha de su estreno en nuestro país y la razón por la que apenas se encuentran breves comentarios sobre ellas, si los hay. Ignoramos si actúo la tijera franquista en unas historias en las que con frecuencia los hombres aterrorizan a mujeres casadas o prometidas con sus miradas lascivas, en historias actualizadas al momento de la traslación a la gran pantalla, especialmente penetrantes en la expresión habitual de deseo de Bela Lugosi; también Vicent Price se dejará arrastrar por esta pasión malsana que va más allá de la muerte en esta adaptación de 1963 de un poema del autor cáustico e incisivo, cuando su protagonista, Charles Dexter Ward,  se empeña en resucitar a su amante, cediendo a las presiones de su antepasado y le  presta su cuerpo a un espíritu que no respeta a su legal, legítima y honesta mujer, Ann Ward.


The Hauted Palace fue adaptada en 1963 partiendo de un poema del autor de la Balada de Annabelle Lee, historiado por H.P. Lovecraft, que deja su impronta en la presencia en el relato del Necronomiconun grimonio, o libro de carácter mágico, ideado por el escritor y mencionado por primera vez en el cuento 'The Hound', así como en la cita de deidades propias de su mitología, los Ctchulhu, muy vinculados a la ciencia-ficción, que renueva el horror gótico de fantasmas y que ejerció una enorme influencia en el llamado Círculo de Lovecraft, todos ellos influidos por Arthur Machen y Lord Dunsany, que extienden el temor a la existencia de todo un universo peligroso y acechador que se extiende bajo tierra o detrás de las paredes, en los sótanos de enormes mansiones que se convertían, gracias a la imaginación del creador de 'El cuervo', en la  metáfora de la cabeza del hombre, que alberga sus monstruos en lo más profundo del subconsciente.

Roger Corman, basándose en ambos maestros del horror, reconstruye esas imágenes que germinan y crecen en las mentes infantiles en las que, antes de llegar al desarrollo de un pensamiento conceptual, se generan y crecen ideas primarias como la de dotar de animación lo inanimado, resistirse a la idea de que los muertos no puedan volver a la vida (¡Revivat! ordena Joseph Curwen a su amante tan muerta como él), una idea que tomó fuerza cuando el niño presenció la muerte de su madre; el miedo a ser enterrado todavía vivo, unas imágenes que se apoyan y cobran fuerza en el célebre libro mágico, que, recitado por un ser maligno puede hacer emerger a esos monstruos lovekraftianos que anidan en el subsuelo de una especie de altar en el que la víctima propiciatoria, Ann Ward, se muestra atada a unas maderas en forma de cruz aspada, evocando la niña o mujer que se ofrecía al gigantesco King-Kong. Ante ella un pozo cerrado por una gran tapadera  deja ver una masa viscosa verde, cuya forma el espectador nunca llega a contemplar.

Caserones lúgubres, restos de castillos medievales, telarañas atravesadas por el pernicioso insecto que anima el desfile de los títulos de crédito, cementerios horribles en los que las lápidas emergen en medio de brumas espesas que les dan un aspecto demoníaco, pasadizos secretos, escondidos tras librerías que se mueven por mecanismos ocultos y que provocarán las secuencias cómicas de películas posteriores como 'El jovencito Frankenstein' de Mel Brooks (1974), son elementos que crean el marco para una historia de terror, en la que Joseph Curwen, el antepasado de Charles Dexter Ward, y sus demonios aliados, embarazaron a las jóvenes del pueblo y dieron lugar a una horrible raza de mutantes.


Si la última imagen del film es la que marca su ideología y su significado, en el film de Corman no da lugar a dudas: con demasiada frecuencia las masas mal informadas y muy manipulables salvan al monstruo, generalmente de una clase superior, que volverá a devorarlas. Un final triste y premonitorio realizado en el pasado y que se cumple casi cada día. Un film inquietante que aconsejamos a quien quiera disfrutar de un poco de miedo y de mucha visión romántica de la vida, en la que con demasiada frecuencia 'el criminal siempre gana'.

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