El péndulo de la muerte. crítica.
Ficha técnica, sinopsis, cartel y trailer (Pincha aquí)
Crítica:
En cuanto aparecen las primeras imágenes sabemos que nos encontramos frente a un film de Roger Corman, al que denuncian su estilo de texturas pictóricas, y sus castillos junto a un mar embravecido, cuya paz altera la llegada de un intruso que amenaza con desvelar los terribles secretos que encierran tras sus sólidos muros estas construcciones . Si en 'El Palacio de los espíritus' es la hija de Charles Dexter Ward, (Vincent Price) la que se persona en casa de un padre que la desprecia porque la culpa de la muerte de su madre y amada esposa, ensimismado en su dolor que se traduce en una mansión característica del estilo gótico, habitada por personajes de rancio abolengo en la que se impone la decadencia que provoca la depresión y el desinterés por la vida, que favorece la expansión de los arácnidos que van tejiendo sus telas de araña que se extienden por todas las estancias, excepto la de su ilustre ocupante que , sin embargo, no está libre de polvo, un elemento que caracteriza a la nobleza, ajena a la asepsia de la nueva y vulgar clase ascendente: la burguesía, en este film es el hermano de la esposa de Nicholas, fallecida de forma extraña, el que quiere aclarar las circunstancias en que murió, e ingresa en un espacio que los criados procuran mantener en un estado habitable, con la excepción de los espacios vedados. especialmente los sótano.
Nicholas, el protagonista de 'El péndulo de la muerte', un mecanismo que aparece en muchos relatos de Edgar A.Poe, es descendiente directo de un siniestro y cruel miembros del Tribunal de la Inquisición española, que, si bien no se ubica explícitamente en el tiempo ni en el espacio, puede ser localizada por la indumentaria de sus personajes (cuellos escarolados, sayos, calzas, largos vestidos de seda...), y por los lugares en los que actuó el Tribunal de la Sangre. Una historia rocambolesca que parece repetirse por azar y hacer salir lo peor de un individuo, que, siendo niño conoció el horror en la persona más importante para un chico de su edad: su madre. El relato va evolucionando entre mecanismos, aparatos de tortura, trajes de seda, lujosas batas, en ¿? (Países Bajos, Flandes), en los que un inquisidor llamado Medina sembró el terror.
De nuevo Edgar A.Poe saca a pasear a sus monstruos, y en el sótano del castillos, una metáfora de lo más profundo de nuestra psique, se encuentra la cámara de tortura, detrás de cuyas paredes se encuentra la prueba de un hecho que atormentaba al escritor: la posibilidad de ser enterrado muerto, un temor que sustentan algunos hombres y mujeres en la actualidad, y que ocupará un lugar central en esta historia. Una aproximación a la muerte que preside los relatos cortos del escritor.
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