Taxidermia. Györgi Pálfi.




Ficha técnica:


Título original: Taxidermia.
País: Hungria/Austria/Francia.
Año: 2006.
Duración: 91 minutos.

Dirección: Györgi Pálfi.
Guión: Zsófia Ruttkay, Györgi Pálfi.
Dirección de fotografía: Gergely Pohárnock.
Música: Amon Tobin. Albert Markos,
Edición: Réka Lemhenyi,
Dirección artística: Véronika Merlin.
Decorador del set: Peter Gantner.

Diseño de Vestuario: Julia Patkos.
Responsables de maquillaje: Michaela Haag, Hildegard  Haide.
Peluquería: László Horváth.

Productores: Péter MisKolczi, Gábor Váradi.
Compañías productoras: Fortissimo Films, Eurofil Stúdió, Amour Fou Filmproduktion, Memento Films Production, La Cinéfacture, Bemutatja, Arte France Cinema Koprodukció Jában, Magyar Mozgókép Kösalapítvány, Duna Televizió, Austrian Film Institute, Vienna Film Fund, Austrian Broadcasting Corporation, Eurimages Támogatásával.


Intérpretes:




Csaba Czene: Morosgovanyi Vendel,
Gergö Trócsányi: Balatoni Kalmán,
Marc Bishoff: Balatony Lajoska,
Adél Stanczel: Aczel Gizi,



Sinopsis:


Basada en la obra del popular escritor húngaro Lajos Parti Nagy, la película retrata 60 años de historia de la Europa Central a través de las vidas rotas de tres generaciones (abuelo, padre e hijo) durante la Primera Guerra Mundial, el Régimen Comunista y la actualidad.


Lo que se dijo:


Jordi Costa advierte  del talante del film, "un banquete de excesos, en forma de tríptico escatológico, aunque el crítico es de la opinión de que, a pesar de no ser una película para todos los gustos, consigue una extraña belleza y un inusual humanismo. Federico Marín Bellón lanza a sus lectores una extraña advertencia sobre Taxidermia, " una película casi imposible de recomendar, menos aún a una madre o a una novia joven. Sus innegables virtudes quedan ¿empañadas, subrayadas? por una caligrafía torva y estilosa a la vez." (En Filmaffinity) Es difícil de entender por qué creía el crítico  de ABC que un hombre podía soportar mejor la contemplación del hombre actuando como tal, sin acatar convención social alguna, sólo órdenes, que las mujeres, especialmente si eran madres, en pleno siglo XXI.

Crítica:


Estos días se incorpora a la programación del videoclub de ONO 'Taxidermia' de Györgi Pálfi dificilmente recomendable, no sólo por contextualizarse históricamente en situaciones de necesidades extremas de toda clase,  de soldados en un escenario bélico, en el que todas las necesidades humanas, incluida la práctica del sexo, adquieren un protagonismo que no se limita a las imágenes escatológicas y cruentas, sino al lenguaje empleado en los diálogos, tratado de tal forma que no sólo no resulta agradable sino que puede  herir muchas sensibilidades.

El realizador húngaro no busca ser placentero sino desagradable y nos muestra una sociedad pobre que se lava en bañeras multiuso que cumplen tanto esta función reparadora del cuerpo, sino la de recipiente para guisar, bañar al niño o lavar la ropa, que informa más de la ineficiencia económica del sistema  que de su composición y estratificación social. No es extraño ver en el cine norteamericano concursos en los que sus participantes comen hasta reventar y vomitan para seguir comiendo, y, es precisamente esta parte la que contempla a la segunda generación  de la familia de Morosgovanyi Vendel y el tiempo acotado para representar la evolución de la sociedad húngara, en la que ya hay información del régimen comunista (soldados, escolares uniformados, público entusiasmado, al menos en apariencia, que asiste a esta gran bouffe  descarnada, privada del encanto que aporta la burguesía al film de Marco Ferreri (1973), un film en el que cuatro amigos exquisitos se reúnen en una mansión para suicidarse comiendo).





Poco a poco la población va evolucionando  desde el abuelo primitivo que sólo pensaba en su sexo, al padre que competía en el deporte nacional que consistía en comer y vomitar hasta el infinito, cuyo descendiente, un espigado y flacucho taxidermista, sin atractivo para el sexo opuesto, vigilado  de cerca por un padre monstruoso cuyas carnes se extienden y desparraman  hasta inmovilizar su cuerpo y convertirlo en un repugnante inválido, que se dedica a engordar animales de compañía, procedera, finalmente, a la catarsis de su familia. Una verdadera monstruosidad visual, que ofrece una imagen extrañamente primitiva de un amplio periodo de la historia de Hungría. Giro final acorde con el desarrollo, verdaderamente repugnante y muy bizarro.

El contexto histórico y social se impone a las aspiraciones de un joven que adorna las paredes de su taller con posters de Michael Jackson, que acabara cosificando su cuerpo y el de su padre para disfrute de los nuevos burgueses realizando un extraño ejercicio, una alegoría difícil de descifrar.





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