Green Room. Jeremy Saulnier. Televisión.




NO SIEMPRE LAS COSAS SON LO QUE PARECEN


Un film protagonizado por el fallecido  Anton Yelchin



Ficha técnica:


Ficha técnica:


Título original: Greem Room.
País: Estados Unidos.
Año: 2004.
Duración: 94 minutos.

Dirección: Jeremy Saulnier.
Guión: Jeremy Saulnier
Casting: Avy Kaufman.
Dirección de Fotografía. Sean Porter.
Edición: Julia Bloch.
Música. Score original: Brooke Blair & Will Blair.
Coordinador de especialistas: Kent Luttrell,
Director artístico: Benjamin Hayden.
Decorador del set: Jenelle Giordano.
Diseñador del set: Andrae Covington.

Diseño de Vestuario: Amanda Needham.
Jefe de Departamento de Maquillaje: Jessica Needham.
Jefe de Departamento de peluquería: Emie Otis.

Productores: Neil Kopp, Anish Saviani, Victor Moyers.
Productores ejecutivos: Gabriel Hammond, Daniel Hammond, Vincent Savino.
Co-productores: Macon Blair, Brian Johnston.
Diseño de producción; Ryan Warren Smith.
Compañías. Productoras: West End Films, Broad Green Pictures Production, Filsciencie Production.

Intérpretes:


Anton Yelchin: Pat,
Imogen Poots:
Alia Shawkat: SAmber,am,
Joe Cole: Reece,
Gallum Turner:  Tiger,
Mark Webber: Daniel,
Eric Edelstein: Big Justin,
Macon Blair: Gabe,
Kai Lennox: Clarck,
Patrick Stewart: Darcy.

Sinopsis:


Tras una larga y poco exitosa gira, una banda de Punk Rock-The Ain't Rights - es inesperadamente contratada para tocar en  un desconocido club en un perdido paraje de Orgeón. Lo que deberá haber sido solo un concierto se cnvierte en una angustiosa y claustrofóbica pesadilla al toparse el grupo  con un público repleto de Skinheads y, entre bastidores, con un horrible acto de violencia.

Intensa y brutalmente entretenida, Green Room, es una buena muestra del mejor cine del género, que se ha convertido, desde su primera proyección en un título de ulto. Atención al rol y la interpretación del veterano Peter Stewart (Stark Trek la nueva generación, X-Men).

Estos días podéis ver el film en el videoclub de ONO.

Críticas:

El film gustó mucho tanto en España como en Estados Unidos , algo que refleja el tomatometer de la página 'Rotten Tomatoes', que, tras consultar 184 medios y pulsar la opinión de 15.474 espectadores dio unos índices de aceptación del  91 % entre los críticos y del 78 % de los espectadores.; el blog está más cerca de los segundos que de los primeros.


Javier Ocaña exagera cuando sitúa este film "entre el Walter Hill de The Warriors y el John Carpenter de Asalto a la comisaría del distrito 13, dos obras maestras del cine enérgico; Green room ofrece infinitos bocados de rottweiler cinematográfico. Pero tantos, que al final duelen menos." (1)

Ante una película como ésta todos hacen análisis muy cuestionables, porque las sensaciones que cada uno percibe dependen de muchas circunstancias extradiegéticas, como la costumbre del público -espectador de ver cine del género, la mayor o menor sensibilidad o la capacidad para establecer empatía con lo que sucede en la pantalla. Por eso cuando Nando Salvá concluye apelando a los espectadores y advirtiendo que: "Dejará usted los brazos de la butaca hechos trizas", es posible que con muchos de ellos se equivoque, ya que, a pesar de reunir determinadas características para provocar el terror, como el aislamiento de los protagonistas en una zona hostil, encerrados en una habitación sin salida, no logra generar, ni de lejos, una tensión parecida a la que provoca John Borman en Deliverance (1972), a pesar de que el contexto y los personajes que se desenvuelven en el terreno en el que se desarrolla la acción, son, a priori, menos preocupantes en el film de la década de los 70.

Nando Salva hace otra comparación que tampoco compartimos: " Green Room' viene a ser una versión de 'Posesión infernal' cuyos héroes -una banda de punk rockers- son asediados no por zombis sino por neonazis. Es también un mecanismo de tortura minuciosamente diseñado para que personajes y espectadores nos retorzamos: Jeremy Saulnier plantea un escenario en el que nadie está a salvo y todo puede suceder, y en el que no hay misericordia ni garantías de justicia o final feliz ni un solo segundo para tomar aliento."(2)

Dice Desiré de Fez que , a pesar de  algo tan poco frecuente como dar cierta dimensión psicológica a personajes muy estereotipados (..), "el valor de esta pesadilla a puerta cerrada no está en su contenido, sino en la maquinaria desplegada para hacerla rugir." (3) No sé hasta qué punto estaremos de acuerdo en lo que se esconde detrás de esta afirmación.


(1) Bocados de perro salvaje, diario 'El País',  9 de junio de 2016.
(2) Green Room: tensión en estado puro. Diario 'El Periódico',
(3) Green Room. Fotogramas.

Comentario del blog.

Bajo la bandera confederada de los Estados Unidos, cuyo uso ha sido prohibido en el país por los hechos violentos que han protagonizado quienes se han envuelto en ella para justificar todo tipo de tropelías, un grupo de nazis violentos en un lugar aislado, boscoso, sin posible salida,  y en unas circunstancias en las que muere hasta el tato, (no voy a decir quien para no hacer spoiler), deberían intimidar más al espectador y es que, al fin, los monstruos se comportan como monjas de la caridad asustadas, cuyo único objetivo es borrar todas las huellas de un hecho luctuoso que se ha producido en su sórdido local de conciertos, que no se explica porque su única función es poner en marcha todo lo que se precipita cuando el grupo de hardrock  descubre, por un accidente sin importancia, la pérdida de un móvil, algo que no debiera.

El público que asiste al concierto, en contra de lo que cualquiera pudiera temer, reacciona como un manso cordero cuando los jóvenes los atacan con una canción provocativa, y se disuelven sin dificultad ni dejar rastro cuando el propietario del local se lo pide. Nada anormal. No hay sociópatas, psicópatas, ni personaje alguno que haga año a nadie por pura diversión, sino gente dura que no tiene escrúpulos en utilizar cualquier medio, incluido el asesinato, para resolver sus problemas, que, además, como buenos nazis, van acompañados de 'perros locos' como los rottweilers, que quieren a sus amos con locura (muy enternecedor el animal enfermo que busca a su dueño y su reacción cuando lo encuentra; el animal no diferencia el bien del mal, pero quiere a quien le cuida),y una banda de jóvenes que se encuentra en el lugar equivocado el día equivocado.




La forma está, como no puede ser de otra manera, al servicio de este discurso, y, a pesar de utilizar un filtrado para dar solidez a los colores que se aleja de las películas calificadas mainstream, unos encuadres aparentemente descuidados y un montaje simuladamente modesto, el equipo técnico, comenzando por la directora de casting, Avy Kaufman, y los actores que integran el reparto, no deben ser en absoluto baratos. Entre estos actores se encuentra el joven actor Anton Yelchin, fallecido recientemente a causa de un accidente nefasto, atropellado por su propio automóvil mientras abría la verja de su casa, y su compañero en Star TrekPatrick Stewart.







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