Guerreros de antaño. Crítica.




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¡CIERRA LA BOCA Y ABRE LAS PIERNAS!



Ficha técnica, sinopsis,  lo que se dijo, cartel (Pinchad aquí):



La brutal admonición que reciben las mujeres maoríes cuando forman una pareja. que constituye el tagline de este post, representa mejor que nada la situación de sumisión ante el maltrato físico y psicológico que soportan a lo largo de sus vidas las mujeres que pertenecen a este pueblo. Desde que abandonó  su comunidad Beth Heke entró en un mundo de violencia, alcohol y excesos que provocaba frecuentes altercados que con frecuencia acababan mal, teniendo que soportar que sus hijos fueran cayendo uno a uno en la delincuencia a temprana edad y que las niñas no estuvieran seguras en su propia casa.

Este film, la opera prima de Lee Tamahori, supuso una plataforma de lanzamiento del neozelandes ; le abrió las puertas del cine norteamericano, en el que ha dejado su impronta, tanto en la pequeña pantalla, participando en series de éxito como 'Los Soprano' (1999), sagas como la del Agente 007, con 'Muere otro día' (2002) o películas de éxito como 'Estado de emergencia' (2005) o 'Next' (2007), 'El doble del diablo' (2011), 'The Patriarch (2016) o Emperor (2019). Tras unos agresivos, duros e impactantes créditos comienza el relato de la vida desorganizada de una familia, la madre perteneciente a la élite maorí, el padre descendiente de esclavos, en la que a la dureza de las condiciones de vida de estos colectivos se une la rudeza de los hombres que miden las pintas de cerveza por litros. Perdida la conciencia, es la familia la que sufre los desmanes del desahogo del pater familias en una sociedad sólidamente patriarcal, en la que las mujeres son compañeras de copas, complementos sexuales y receptáculos de los puños de sus maridos, que tras propinarles una tremenda paliza las obligan a mantener relaciones sexuales con ellos.

Es un film claramente de denuncia de la violencia de género, en la que familias enteras sufren todo el peso del triángulo de la violencia que denuncia Galtung: la estructural, la cultural y la directa, hasta que la única alternativa al abandono del hogar es el féretro y la sepultura. Los hijos son víctimas de los mismos insultos y amenazas y acaban por marcharse del hogar e integrarse en pandillas que se imponen a los que ingresan en el grupo a base de golpes, aunque su violencia tiene una ventaja respecto a la que estos jóvenes, casi niños, sufren en el hogar: es ajena. Superado el duro trámite pasan  a ser uno más entre sus iguales. Una película dura pero muy recomendable.

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