Devil Inside. Ficha técnica.








Con esta leyenda se abre el relato de 'Devil Inside': "El Vaticano no autoriza la grabación de los exorcismos de la Iglesia Católica Romana. El Vaticano no respalda esta película, ni ha colaborado en su realización."


Ficha técnica:


Título original: The Devil Inside
País: Estados Unidos
Año: 2012
Duración: 83 minutos

Dirección: William Brent Bell
Guión: William Brent Bell, Matthew Peterman
Casting: Kelly Wagner & Dominika Posseren
Dirección de Fotografía: Gonzalo Amat, A.E.C.
Música: Brett Detar, Ben Romans
Edición: Timothy Mirkovich, William Brent Bell
Decorador del set: Marius Bardasan
Dirección artística: Iulian Mustard
Coordinador de especialistas Ciprian Dumitrascu

Vestuario: Terri Prescott
Responsable de maquillaje y efectos especiales: Leigh Hudgens

Productores: Matthew Peterman & Morris Paulson
Productores ejecutivos: Lorenzo di Bonaventura, Steven Schneider, Mark Vahradian, Erik Howsam
Diseño de producción: Tony Demille
Compañías productoras: Insurge Pictures, Prototype Production


Intérpretes:


Fernanda Andrade: Isabella Rossi,
Simon Quaterman: Padre Ben Rawlings,
Evan Helmuth: Padre David Keane
Ionut Grama: Michael Schaefer,
Suzan Crowley: Maria Rossi,
Bonnie Morgan: Rosa Sorlini,

Sinopsis:



30 de octubre de 1989, emergencias recibió una llamada de Maria Rossi, confirmando tres brutales asesinatos. Los tribunales dictaminaron que estaba loca, pero había algo más. Veinte años después, la búsqueda de respuestas por su hija Isabella conduce a un exorcismo realizado por dos deshonestos curas, revelando que su madre estaba poseída por cuatro demonios. Ahora Isabella ha de enfrentarse al mal en estado puro o renunciar a su alma. Descubre por qué Devil Inside es la película a la que la crítica  ha definido como fascinante y aterradora.


Lo que se dice:


La película que dirige William Brent Bell, con un guión propio elaborado junto con  Matthew Peterman fue vapuleada por la prensa, no sólo por la pobreza argumental, el tema manido o la actuación exaltada de sus actores, sino por una opción de género poco acertada. David Edelstein (New York Magazine)  habla de prescindible falso documental con un final lamentable; Wesley Morris (Boston Globe) la describe como un buen recordatorio de lo poco que hace falta para hacer gritar (no sabemos si de miedo o de risa) a un patio de butacas abarrotado; Manohla Darguis (The New York Times) la considera un triste ejemplo de dónde invierten su dinero grandes compañías como la Paramount. Pero también hay alguna reseña positiva como la de Joe Leydon (Variety) que ha sido atrapado por el suspense del film o Manuel Piñón de Cinemanía que cree que el director combina todos los elementos con inteligencia.


Crítica:


El film busca en todo momento crear la ficción de realidad mediante la elección del género, un falso documental, la combinación de texturas que incluyen imágenes procedentes de diferentes medios de captación y soportes (vídeos, programas de noticias que encabezan directores célebres, veladuras para representar el pasado, fotografías...), y para reforzar la diégesis introduce un texto que relaciona la historia que se representa en la gran pantalla y la realidad pretendidamente real, -"El Vaticano no autoriza la grabación de los exorcismos de la Iglesia Católica Romana. El Vaticano no respalda esta película, ni ha colaborado en su realización" -, concluyendo el relato con una dirección de una página web en la que el espectador puede seguir las últimas noticias sobre Maria Rossi.

Antes ya habíamos visto en un formato parecido películas como ' El proyecto de la Bruja de Blair' (1999) o Rec (2007) que aparecieron como propuestas innovadoras de la construcción de imágenes, realizadas con escasos medios, que añadían al efecto sorpresa una mayor inteligencia en el control de los tiempos que se traducían en sobresaltos y sustos más efectivos. Una fórmula nueva que se adapta mal al subgénero de los exorcismos que conviven peor con  la ciencia y la tecnología a través de cuyas nuevas máquinas e ingenios se traslada al publico esta terrorífica historia, confundiendo el tratamiento antiguo de enfermedades como el trastorno bipolar o la esquizofrenia que en la actualidad están bien controladas, con la posesión infernal, haciendo ésta poco creíble. El final rompe con cualquier tipo de propuesta diabólica o sobrenatural y deja estupefacto al espectador.

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