El lago azul. Crítica







Ficha técnica, sinopsis, premios, lo que se dice, cartel (Pinchad aquí



Lo mejor del remake de 'The blue Lagoon', un film dirigido por Frank Launder on un guión de John Baines, Michael Hogan, Frank Launder, basado en la novela homónima de Henri De Vere  Stacpoole y patrocinada por J.Arthur Rank, fue el cameo que hicieron de sus dos personajes protagonistas Jim A Abraham, David Zucker y Jerry Zucker, cuatro años después, de los que consiguierom una caricatura muy inteligente y oportuna.



Brook Shields y Christopher Atkins



Su réplica en 'Top Secret', a cargo de Lucy Gutteridge, en el papel de Hilary, 
y Chritophe Villier en el de Nigel



LO MEJOR DEL RELATO EL ATRACTIVO ADOLESCENTE DE BROOKE SHIELDS



Ficha técnica, sinopsis, premios, lo que se dice, cartel (Pinchad aquí)


Crítica:


El mayor atractivo del film deriva de la fuerza icónica de la chica adolescente que descubre su sensualidad, cuando su cuerpo todavía está en formación, que serçaemulada años más tarde por la 'Joven y bonita', (Marine Vatch), de François Ozon, y que comienza a experimentar sus primeros deseos  junto a un pavo  con aspecto patético de querubín, ante el que cualquier hombre de cualquier edad se siente crecido. Si leemos lo que se ha escrito en torno al film comprobaremos con facilidad que es de ésto de lo que se habla, algo que los Zucker captaron con una ironía destructiva. El cine, cuyo lenguaje está constituido por imágenes, tiene la capacidad de encumbrar o demoler a su antojo, y en este film, muy sexista, para solaz de la sociedad patriarcal, la mujer se erige en símbolo de todo lo que es deseable, y el chico inmaduro y débil en alguien que no molesta porque puede ser fácilmente apartado, sin hacer mucha sangre. Las escenas de sexo son todo menos eróticas, y parecen dirigidas a una clase de orientación sexual para adolescentes, todo gracias al 'varón' que tiene menos sex appeal que una pizarra.





A partir de ahí todo es no sólo increíble, sino además inverosímil, por mucho que Kleiser intente justificar todas las incoherencias del texto cinematográfico con artilugios para 'leer' fotografías antiguas o con los escasos conocimientos de que eran portadores los pre-adolescentes, adquiridos en su etapa vital urbanita. También es curioso que quien hizo dos años antes 'Grease', un film adelantado a su tiempo aunque con algunos lastres sexistas de la época, construya su discurso naïf con innumerables planos insertos de animales y plantas exóticos que se suponen que forman la fauna y la flora marina y terrestre de la isla paradisiaca a la que van a parar los náufragos, en la que los racimos de bananas florecen por doquier. Esa forma de remarcar con insistencia lo obvio es, no solo innecesaria, sino infantil.





También llama la atención el maniqueísmo de que hace gala en relación con la idiosincrasia de los adolescentes, quienes, desde bien pequeños, y sin que nadie los adoctrine, proceden a un reparto de roles que supone una réplica del mundo que han dejado atrás: ella se adorna y él construye el hogar y caza y pesca los alimentos. Según la costumbre cristiana se tapan las zonas pudendas del cuerpo, lo que es difícil de entender en hombres y mujeres que han crecido sin reglas, y más aún sorprende que lleven vestidos, camisas y pantalones, provistos incluso de mangas y camales, un detalle que en la película de 1949 cuidó un poco más Frank Lauden. No los prepararon para la vida, pero si para una espiritualidad opresora.que evita el pecado. Con frecuencia.  Emmeline y Richard parecen ir desnudos, pero esas imágenes se sustraen a los espectadores con filtros oportunos, largas cabelleras, velados y lejanía de las tomas, que  apenas permiten ver alguna silueta o parte del cuerpo bastante casta de quien sugiere más que se enseña. A ella le crece el pelo, él se lo corta ¿cómo y por qué? No vamos a despreciar los modelos de comportamiento que conservan los jóvenes de su infancia, pero tampoco entendemos que la longitud de los cabellos adecuada, que es una convención social, sea fácil de mantener en sus circunstancias, por lo que nos inclinamos ante el peso que han tenido en el diseño de los personajes los prejuicios sexistas  y de clase o grupo social vigentes en nuestra sociedad.




Otros hechos de vital importancia, como la primera menstruación o el embarazo están planteados de forma más verosímil a causa de la poca información que se daba a las chicas sobre estos temas tabú, y es quizá el tema que ha abordado con mayor inteligencia Kleiser, aunque duele la ignorancia en relación a la existencia de tribus primitivas que practicaban en otro tiempo y en esa isla practican en el del relato sacrificios humanos a sus dioses; que Emmeline construyera castillos en la arena para su vástago, o que, apoyándose en las fotografías de las que hemos hablado antes, celebraran un matrimonio con ¿velas? y ropa aparente. Su vida es tan falsa e hipócrita en la isla como en la ciudad de la que proceden. Recién descubierto el amor deciden 'aislarse' en el paraíso romántico, una ensoñación muy extendida en grupos urbanos, educados en el asfalto, para el que supone un delirio permanecer en un lugar en el que no se paga casa, agua ni luz, y, si se va con cuidado no le comen a uno los tiburones ni le ofrecen a algún dios los indígenas, unos vecinos, que, como recluidos en un parque temático, jamás te tropiezas con ellos si no quieres, a pesar de que la isla no alcanza ni la categoría de islote.




Randall Kleiser decide  un final feliz para sus héroes, el único posible para no decantar la balanza del otro lado, del trágico, y dejando que el espectador, que ha disfrutado de una joven Brooke Shields se vaya satisfecho  y bien content a su casa. Podéis ver la película en Youtube.

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