El viajante. Ficha técnica







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LO PERSONAL ES POLÍTICO ¿JUSTICIA VERSUS VENGANZA?


Ficha técnica:


Título original: Forushande (The Salesman)
País: Irán. Co-producción Iran-Francia
Año: 2016 (estreno en España: 3 de marzo de 2017)
Duración: 125 minutos

Dirección: Ashgar Farhadi
Guión: Ashgar Farhadi
Dirección de fotografía: Hossein Jafarian
Música: Sattar Oraki
Montaje: Hayedeh Safiyari
Sonido: En recuerdo de Yadollah Najafi, Hossein Bashash
Mezclas: Mohamed Reza Delpak

Productores: Alexandre Mallet-Guy, Ashgar Farhadi
Compañías productoras: Memento Films presenta a Farhadi Film Production, Memento Films Production, en coproducción con Arte France Cinéma, asociada con Doha Film Institute/Arte France

Intérpretes:


Shahab Hosseini: Emad,
Taraneh Alidousti: Rana
Babak Karimi: Babak
Farid Sajjadihosseini: el hombre,
Mina Sadati: Sanam,
Maral Bani Adam: Kati,
Mehdi Koushki: Siavash.


Sinopsis:


Ante el peligro de derrumbe del edificio en el que viven de alquiler, Emed y Rana son obligados a mudarse a otro lugar. Un incidente relacionado con la inquilina anterior cambiará la vida de la joven pareja.


Premios (en Filmaffinity):



  • 2016: Premios Oscar: Mejor película de habla no inglesa 
  • 2016: Globos de Oro: Nominada a Mejor película de habla no inglesa 
  • 2016: Festival de Cannes: Mejor actor (Shahab Hosseini) y guión 
  • 2016: National Board of Review (NBR): Mejor película de habla no inglesa 
  • 2016: Critics Choice Awards: Nominada a Mejor película de habla no inglesa 
  • 2016: Festival Internacional de Valladolid - Seminci: Sección oficial 
  • 2016: Satellite Awards: Mejor película de habla no inglesa 
  • 2017: Premios BAFTA: Nominada a Mejor película en habla no inglesa 
  • 2017: Premios Guldbagge (Suecia): Mejor film extranjero

Lo  que se dice:


La crítica del film, por la que fue premiado con el segundo Óscar de su carrera (Mejor Película de habla no inglesa); el primero fue para Nader y Simin (2011), también a la Mejor Película de habla no inglesa y mejor guión. En España, Luís Martínez hace un diagnóstico de lo más favorable para el realizador iraní: "El director iraní consigue de la mano de un guión perfectamente calculado y milimetrado en cada una de sus respiraciones construir lo más parecido a una cinta de suspense desde un punto de partida quizá banal. El resultado es una pieza de una perfección casi humillante, puesto que, precisamente, de eso trata, de la humillación." *




Carlos Boyero describe a Farhadi como un hombre "consciente de la complejidad del ser humano y la mezcla de sentimientos cuando se enfrenta a situaciones límite. Esa comprensión no le impide la dureza ni la lucidez. Siempre sales tocado en su cine. Y deja poso. Te perturba lo que te ha contado, su lenguaje es de primera clase." **

Para Nando Salvá :"Lo que Asghar Farhadi intenta decir habitualmente con sus películas es, más o menos, lo que Jean Renoir dijo en La regla del juego (1939): todos tenemos nuestras razones. Para dejar eso claro, aquí vuelve a mostrar su habilidad para orquestar dilemas morales terriblemente complejos, que parten de dictados en apariencia intrascendentes pero tienen consecuencias, quizá fatales, para personas que creen estar haciendo lo correcto. (...) su idea de lo que significa ser un hombre, como la de Willy Loman en Muerte de un viajante, entra en crisis. Su creciente obsesión por encontrar al culpable hace que la película transite, de forma casi imperceptible, del terreno del drama familiar al del relato de venganza." ***

Según Jordi Costa: "Lo que cuenta Farhadi es universal (una relación infectada hasta la destrucción por un hecho azaroso, que libera miedos y violencias larvadas), pero también funciona como disección de un lugar y momento muy concretos: ¿se podría entender del todo esta película sin la modulación iraní de los conflictos de género, clase y censura? La ósmosis entre representación y vida que une a Douglas Sirk, John Cassavetes, Ingmar Bergman y Pedro Almodóvar encuentra aquí oportuna descendencia..." ****

Crítica:


Se han dicho muchas cosas del cine de Ashgar Farhadi y todas son ciertas, especialmente que el viaje que realiza a través de sus películas demuestra que existen ciertas esencias que caracterizan al ser humano que son, por tanto, universales, aunque no falte quien haya protestado, por lo 'bajini', cuando han visto la última película del director dos veces oscarizado, 'Todos lo saben', ubicada en un pueblo castellano, transitando hacia nuestros lares desde su suelo natal en Irán, en el que retrata a su pueblo inmerso generalmente en dramas y grandes tragedias que se producen en el ámbito privado del hogar, generalmente constituido por una pareja, que a lo sumo tiene a su cargo un niño, -tampoco falta aquí un pequeño actor -, y un ascendiente dependiente, y nos muestra una familia extensa, muy habitual en el cine de su país, pero también en el nuestro. Un núcleo que se hace visible en eventos como bodas y bautizos, épocas estivales y fiestas de los pueblos en las que padres y madres, tíos y tías, hermanos, primos y algún allegado más se reúnen en torno a una mesa.





Para  componer su relato va de lo particular a lo más general y definitorio de un pueblo y una sociedad determinada. Su mirada es tan intensa e incisiva que nos hace olvidar la cabeza cubierta de las mujeres, (sólo las más mayores llevan túnicas y mantos hasta los pies con los que se cubren cada vez que se cruzan con un hombre, a pesar de llevar el shador debajo), así como los signos externos de la clase social a la que pertenecen los individuos, cuya pertenencia a un grupo determinado se hace más patente en los comportamientos de los individuos y sus profesiones, asimilables a las de occidente, que en otras diferencias a las que no desciende; su foco suele centrarse en una clase media depauperada, como la nuestra. Emed es profesor de Instituto y actor y Rana es actriz, pero dudo que alguien se escandalice si se dice que quien se dedica a la enseñanza, la literatura, la pintura, la música o el teatro, se convierte en un pluriempleado por la actitud de unas masas que sólo están dispuestas a idolatrar a quienes por caminos diferentes al esfuerzo (no se puede generalizar) llegan a alcanzar la gloria. Pero la contribución de las gentes no se limita a esta discriminación que establece diferencias entre quien es una 'mierda' o se ha convertido en un 'dios' (distinción que realiza Cecilia  Roth en Martín Hache de Adolfo Aristarain 1991), sino que impone a la totalidad de la población sus ideas y creencias, especialmente en los regímenes totalitarios y las transiciones hacia democracias imperfectas que los suceden.

Esta pareja de actores tiene que abandonar su casa que ha empezado a resquebrajarse, como su vida, y trasladarse a una casa modesta,  propiedad de un compañero de teatro en la que vivía una prostituta. La primera noche, por un descuido de Rana, entra un hombre y la viola en el cuarto de baño, y es entonces cuando cae encima del matrimonio todo el peso de los prejuicios de una sociedad supersticiosa, ignorante y que no cree en la justicia, sino en algo que creen parejo a ella y mucho más eficiente: la venganza. Por otra parte, piensan que acudir a la justicia sólo puede hacer daño, ya que, después de confesar ante una serie de personas ajenas a ellos una violación sólo pueden esperar que se extienda la maledicencia y que el nombre de la mujer vaya de boca en boca. Pero los funcionarios son hombres y mujeres cuya misión es hacer cumplir la ley de forma parcial, y aquí Farhadi se torna grande en su reflexión, aplicando en un hecho concreto lo que Henry Verneuil expuso de forma teórico-discursiva en su film I como Icare (1979).

En una película en la que el género, cine polar francés, se impone a la autoría, el cineasta francés nos recuerda la investigación que se llevó a cabo en la Universidad de Yale entre 1960 y 1963, a cargo del profesor Stanley Milgram "sobre la capacidad de obediencia del hombre y su sometimiento a la autoridad, mediante un sistema de educación inductiva que usa el castigo como metodología de enseñanza. El hombre, inducido, aplica códigos de castigo irritantes e idiotas simplemente porque ha recibido una orden, pero, a su vez, sufre un intenso conflicto emocional y sólo rompiendo con la autoridad puede alcanzar de nuevo el equilibrio. Si se acepta el principio de autoridad, el sujeto se desentiende de cualquier responsabilidad. Sólo si desaparece la coherencia del sistema jerárquico y hay desacuerdo entre los que ejercen la autoridad, se debilita la obediencia, Esta explicitación de cómo funcionan los tiranos, que abundan incluso en las sociedades demócratas, permite entender qué pasó primero y cual es el desenlace de la historia, que se repite cada vez que se reparten las responsabilidades de tal manera que nadie es consciente del acto final." *****

Farhadi hace con su película lo mismo que en el siglo XIX hizo Eugéne Delacroix en 'La libertad guiando al pueblo' con el cuadro de Théodore Géricault  'La balsa de la Medusa': darle la vuelta para cambiar la desesperación por la esperanza. El iraní pone a los victimarios frente al violador, y, cuando éstos ven de cerca su cara, su familia, sus razones, tan humanas como las de todos los hombres, que ha cometido un delito atroz, son incapaces de infringirle un castigo. Es evidente que todo el entramado de la justicia lo hubiera tratado peor, desde su detención hasta el ingreso en la cárcel y el cumplimiento de la condena, pero al erigirse el marido en ángel exterminador debe asumir todas estas funciones que realizan diferentes tipos de funcionarios en la ejecución del castigo de aquellos a quienes se ha declarado culpables. Quien crea que se ha hecho spoiler puede estar equivocado, ya que hasta que no haya visto el film quizá no comprenda que, en el caso de Fahardi el autor, su formación, su instrucción, su manera de penar y ver el mundo, se ha impuesto a lo que en Occidente hubiera sido un auténtico thriller.

Ashgar Farhadi con su mirada limpia y honesta y su contribución a reconstruir los nexos que existen entre todos los hombres se ha ganado un lugar en la historia del cine universal. En 'El viajante' el declive del sueño americano, que Emad y Rana  representan en el teatro, cuyos escenarios y tramoyas abren y cierran el film, se transforma en el fin de la esperanza de la pareja, que representan los papeles principales de la obra de Arthur Miller, 'Muerte de un viajante', que ha perdido definitivamente la inocencia, aunque no hayan caído en la tentación de dar un paso irremediable; sorprende el título del film, tanto en España, 'El viajante', que quizá pretenda crear una connotación con la obra de Miller, como en Sudamérica, 'El cliente', que no acabamos de entender. Mas en todo caso lo que es irrefutable es que Farhadi nos ha dejado tocados a todos.


* Paul Verhoeven  y el instinto del caos. Diario 'El Mundo', 21 de mayo de 2016
** Farhadi y Verhoeven cierran con dos películas turbadoras. Diario El País, 22 de mayo de 2016
*** El viajante. Cinemanía. 13 de febrero de 2017
**** El viajante, para quien busca la verdad a la representación. Fotogramas,  8 de febrero de 2017
***** I, como Icaro. cinelodeon.com, 1 de febrero de 2011
Se pueden leer más críticas en Filmaffinity

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