Lady Halcon. Crítica.





CONDENADOS A ESTAR SIEMPRE JUNTOS Y PERMANENTEMENTE SEPARADOS


Ficha técnica,  sinopsis,  lo que se dijo, cartel y fotografías (Pinchad aquí)


Crítica:


Richard Donner hace gala de una poética muy particular, que le permite dejar volar su imaginación, ya sea bajando a los infiernos en películas como 'La Profecía', recurriendo a sus fantasías infantiles en películas inolvidables como Los Goonies, u osando adaptar, por primera vez en la historia del cine, el cómic de  Superman a la gran pantalla, un héroe actual que, como los clásicos, tenía un punto débil, un talón de Aquiles, que no era el amor, sino la criptonita. Tampoco se olvidó del género masculino por excelencia, el de acción, para el que realizó cuatro entregas de Arma Letal (Lethal Weapon). En 1985 decidió contar una historia de amor romántico, ese que una vez se ha despertado dura hasta la muerte, por mucho que haya brujas que hagan hechizos contra los amantes (no quiero establecer relaciones con situaciones actuales, porque podríamos salir todos muy perjudicados). En este caso el malote, el villano es un obispo que se prenda de la bella Isabeau, interpretada por Michelle Pfeiffer, hija del Conde de Anjou, que está enamorada del bello Navarre, representado por un actor de gran fuerza icónica, el  neerlandés Rutger Hauer, que nos impactó en el papel de replicante de Blade Runner.





Una historia de las de siempre, que se adapta a la morfología del cuento de Vladimir Propp, y en la que todos los elementos confluyen con el objetivo de enredar a un público con ganas de involucrarse en el denostado 'amor romántico' que hace estragos en la vida real, en seria competencia con los amores tóxicos, que quizá cree una dependencia, insana, si, pero duradera también. Richard Donner opta por el primero, aunque los coloca en una situación en la que es difícil que se cansen uno del otro porque ni siquiera pueden tener el contacto físico necesario para que se cansen pronto de su relación, manteniendo sus pasiones en  el limbo de las relaciones platónicas. Durante el día el hombre siente el contacto de las garras del halcón en sus dedos; durante la noche ella recobra su figura humana pero debe huir de su amante transformado en un loco depredador. El final no es muy coherente con algunas premisas que se establecen en el desarrollo de la trama, pero es bonito y alentador.




Un film que gusta a la gente, lo pasa bien y por dos horas se identifica con una pareja rica, guapa, romántica, que protagonizan una historia bien contada, en la que los plebeyos están representados como pobres rufianes que viven como pueden en una sociedad que les niega todas las oportunidades, y como  consecuencia están dotados de la picardía del que carece de todo. Un relato que nos conecta con nuestra infancia en la que se nos hacía soñar con príncipes y princesas, piratas, espadachines, brujas,,,, jóvenes privilegiados que se amaban locamente y se tenían que enfrentar a viejos que se sentían atraídos por bellas las jovencitas, o brujas maliciosas que se dedicaban también a boicotear tan tierno amor (Recordemos el espejo de la madrastra de Blancanieves). Pero, como tenemos un poco de mala pata, recordamos a nuestros lectores que, con el tiempo y un poco de suerte, todos nos convertiremos en viejos y viejas, magos y brujas, ( aquí no parece importar mucho el género) que parecen tener como cometido fastidiar a los más jóvenes, o ancianos bondadosos que se dedican a curar a las damas de sus males de amores. Todo dependerá de nuestro curriculum vital. O no.




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