La chica de la niebla. Donato Carrisi. Ficha técnica y crítica











Ficha técnica:


Título original: La Ragazza nella Nebbia
País: Italia
Año: 2017
Duración: 123 minutos

Guión y dirección: Donato Carrisi
Casting: Valeria Miranda, U.I.C.D.
Dirección de Fotografía: Federico  Masiero
Música: Vito Lo Re
Edición: Massimo Quaglia
Escenografía: Tonino Zera

Diseño de Vestuario:Patrizia Chericone

Productores: Maurizio Totti, Alessandro Usai
Productor asociado (Studio Canal: Rachel Okine
Organización General: Antonio: Tacchia
Director de producción: Andrea Grazzani
Compañías productoras: Studio Canal, DeAPlaneta, Medusa (Mediaset Group) & Coloradofilm (A Rainbow Company), con la participación de IDM Südtirol-Alto Adige, en colaboración con Sky Cinema, Gavila


Intérpretes:


Toni Servillo: Agente Vogel,
Alessio Boni: Profesor Loris Martini,
Lorenzo Richelmy: Agente Borghi,
Galatea Ranzi: Stella Honer,
Michela Cescon: Agente Mayer,
Lucrezia Guidone: Clea,
Daniela Piazza: María Kastner,
Thierry Toscan: Bruno Kastner,: Anna Lou Kastner,
Antonio Gerardi: Abogado, Levi,
Jean Reno: Psiquiatra Augusto Flores,
...


Sinopsis: 


Una joven de 16 años ha desaparecido en un pequeño pueblo de montaña rodeado de nieve y niebla: Avechot. Todo cambia cuando las cámaras y los medios de comunicación se apoderan de todo.


  • 4 nominaciones al Premio David de Donatello, y Premio al Mejor Director en 2017.




Lo que se dice:




El film ha sido relativamente bien recibido por la prensa y el público, una realidad que se refleja en las medias que proporcionan las páginas de cine. La española Filmaffinity refleja un 6, una valoración  obtenida de 666 votos; una media que, como es habitual, Imdb eleva a 6,8, tras realizar una muestra más amplia: 3,298 usuarios; el Tomatometer ofrece un índice de aceptación del público del 67 %, basada en tan solo 26 usuarios; no hay datos de prensa.

La prensa ofrece argumentos : film interesante dejando al público la valoracióon del desenlace (Javier Ocaña, diario 'El País); emulación de la novela británica del género en la que todos parecen tener algo que esconder (Francisco Marinero, diario 'El Mundo'); Quim Casas es de una opinión parecida a la de Javier Ocaña y, en cierta medida, menos precia un film al que acusa de ser más disciplinado que creativo, con giros cogidos por los pelos (diario 'El Mundo'); demuestra control absoluto del género (Santiago Alverú, Cinemanía); efectista y a ratos absorbente artilugio de misterio ... (Antonio Trashorras, Fotogramas)

Crítica:


EL PECADO DEL DIABLO ES LA VANIDAD


Los serial killers han gozado siempre de un público adicto de formación media o universitaria, a causa del perfil de unos protagonistas que actúan sin motivo aparente, siguiendo una serie de reglas fijas,- víctimas siempre entre 14 o 16 años, pelirrojas, con pecas...-, que el espectador intenta descubrir, e incluso competir con quien realiza este ejercicio en la diégesis;  el asesino lleva una vida normal, mezclado con sus vecinos y realizando actividades que le permiten un perfecto encaje social. Reconstruir el puzzle es siempre complicado,y exige la entrada en juego de las mentes más privilegiadas, capaces de descifrar las razones que mueven a estos personajes a desafiar a la sociedad en su conjunto. Donato Carrisi, un escritor guionista y periodista italiano, célebre por haber creado una pareja literaria de investigadores, el sacerdote Marcus y la fotógrafa Sandra, acostumbrado a contemplar las reacciones de profesionales que pueden tener acceso a una información sensible, contextualiza su historia en un pequeño pueblo de montaña, al que solo se puede acceder y por lo tanto escapar por una carretera que muere en la localidad; esta situación les hace caer en un débil sentimiento de tranquilidad, en un sortilegio, que ha arraigado en los habitantes de este enclave geográfico, que se sienten a salvo de la incertidumbre, sin percatarse de que el mal ha residido siempre entre ellos, una situación que explica lo inexplicable la primera vez que lo ves: quienes no oyen nada extraño cuando alguien grita, se asoman a las ventanas cuando el Inspector Volge hace sonar sus palmas. La aparente calma se enturbia con la presencia en este pequeño núcleo de una secta religiosa intolerante, que está en contra del aborto, la homosexualidad o cualquier otra tendencia en contra de  la gente que lucha por pequeñas cuotas de libertad

Donato Rissi, ciertamente, escribe un relato en el que, no todos, pero sí unos cuantos parecen sospechosos, al estilo de 'Se ha escrito un crimen', creado por Peter S-Fisher, cuya protagonista, una escritora de novelas de misterio, Jessica Beatrice Fletche, interpretada por Angela Lansbury, un personaje inspirado por Miss Marple, creado por Agatha Christie, nos muestra a unas mujeres que, en principio consideran sospechosos a todos. El vínculo que se establece entre los tres posibles candidatos al papel de criminal es un aspecto de su carácter que los tres poseen: la vanidad, por lo que cada uno de ellos, desbancado el joven que filma todo lo que ve, son firmes candidatos para el público. Vogle, el inspector, sabe desde el primer momento que el asesino está entre ellos y que la única forma de evitarse problemas con los vecinos es encontrar un posible sospechoso y montar un circo mediático, que limpie errores del pasado, le proporcione popularidad y lo haga inviolable ante los que reclaman justicia a cualquier precio; el profesor de literatura de la localidad que insiste ante sus alumnos en el funcionamiento de la sociedad y que como escritor no se sitúa al margen sino en el centro, un hombre que bebe de trabajos anteriores y los imita, advirtiendo que el mal mueve la historia, que el villano interesa más que el héroe y que si en el pasado los hombres se movían por grandes pasiones, como el odio, ahora los invita a actuar el dinero. Por último, el psiquiatra, un hombre a punto de jubilarse, decora su despacho con unos peces de río, siempre los mismos, unos trofeos que llenan su despacho. Los tres compiten acercándose al precipicio para demostrar su inteligencia provocando a los otros dos y dejando demasiados rastros, de los que piensan salir indemnes.A su alrededor pululan aprendices de brujo que buscan la fama, ya sea filmando todo lo que se mueve, para llegado cualquier momento oportuno tener una baza con la que participar y salir beneficiados, o acusar sin pruebas a uno de los señalados, con la esperanza de asumir altas cuotas de pantalla.

Donato Carrisi hace un análisis muy actual de cómo funciona el circo mediático que se pone en marcha cada vez que se produce la desaparición de una adolescente en el que participan las cadenas televisivas más importantes de cualquier país, que buscan un individuo ambiguo, del que todos sospechen, que no atiende a un planteamiento psicológico, sino puramente social: conseguir cuotas de popularidad con procedimientos espurios,- con independencia de que el elegido sea un delincuente o un hombre inocente-. El triunfo del verdadero asesino es vencer a todos y seguir con su vida cotidiana. El cineasta italiano juega fundamentalmente con el espectador al que manipula a su gusto proporcionándole datos que lo condicionan, pero también será éste, al final, el único conocedor de quien entre los implicados los ha engañado más y mejor . Porque ¿Qué gracia tiene ser el más listo, si no puedes demostrárselo a nadie?

Lo más demoledor de esta historia es que la chica es como un juguete, -podía haber sido otra cualquiera -. El objetivo del profesor no era ella, sino el Inspector Volge, el montador de espectáculo mediáticos, cuyo ¿errores? costaban al estado millones de euros, y que tenía un gran debilidad: era un recién llegado al pueblo, que necesitaba con rapidez un sospechoso para poner nombre a sus propios miedos, y nada mejor que un foráneo.La afición del psiquiatra de coleccionar siempre el mismo pez tampoco estaba exenta de vanidad: había que ser más listo que los demás para ganar la batalla. En definitiva, la víctima sólo parecía importar a la madre , -el padre escondía pequeños, o grandes, según se mire, pecadillos -, que pedía a la policía que no acorralaran al asesino para que no dejara de llevar comida a su niña. Quienes creían que el mal siempre viene de fuera, una idea que se extiende como la pólvora, no deben olvidar que quizá viva entre ellos, un background que se corresponde con un temor muy extendido en sociedades cerradas, aisladas por la orografía o el paisaje boscoso, que se esconde detrás del lema que hicieron famoso algunos personajes famosos relacionados con  Rat-Pac, que decía algo así como 'Lo que pasa en Las Vegas, queda en 'Las Vegas'. Qué temor hacía a las gentes del lugar recluirse en sus casas, y salir a las puertas y balcones ante unas simples palmadas.Si no todos eran culpables, al menos eran responsables en mayor o menor medida.

Se han dicho muchas cosas, que no compartimos, desde posturas canónicas, no sólo respetuosas con las convenciones, sino molestas con cualquier desviación del clasicismo. Hoy el mundo ha cambiado, todos sabemos el papel que juega la televisión en el linchamiento de la prensa y la masa de linchadores alentados por las noticias, incluido un chaval irresponsable que lo graba todo con su móvil, o quienes quieren cuotas de pantalla a cualquier costa; ahora ya no se lucha por odio, o por poder, dice Martini, sino por algo tan  prosaico y poco poético como el dinero, el desconcierto se produce cuando alguien compite por el triunfo intelectual sobre el contrario, buscando satisfacer su vanidad. En este sentido el film me ha parecido actual, sin publicidad de las nuevas tecnologías, sino mostrando sus posibilidades, y ha metido el dedo, retorciéndolo después,en muchas llagas.

Durante 22 horas se puede ver en el videoclub de ONO, una oportunidad de ver un film que más tarde resultará imposible. Yo os la recomiendo. También la podéis encontrar entera en Youtube.


Consultadas las páginas Filmaffinity, Imdb y Rotten Tomatoes.

Trailer español en Youtube.



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