La legión invencible. John Ford. Crítica







Ficha técnica, sinopsis, estado de la cuestión . (Pinchad aquí)


John Ford construye un homenaje, no exento de patriotismo, a los soldados de un regimiento emblemático, el séptimo de caballería, que con una paga rala y unos uniformes sucios y gastados fueron construyendo los Estados Unidos, derrochando por todas partes lo que algunos llaman 'simpatía fordiana', apoyada en la bonhomía aparente de un actor, John Wayne, más cercano al soldado raso que a las altas instancias del ejército y que hace gala de cierta condescendencia paternalista hacia las mujeres, (concretamente dos, la esposa y la hija del oficial al mando del destacamento alojado en el fuerte). El enemigo a abatir es el indígena, sea cual sea la tribu a la que pertenezca, aunque también las hay amigas, que viven bajo el amparo de los militares yanquis, una vez terminada la Guerra de Secesión.

En esta ocasión, Ford coloca sus focos sobre los ocupantes de un sólido fuerte militar del Séptimo de Caballería, levantado junto a las paredes de uno de los cerros-testigo del Monumental Valley, tomados tan de cerca que entre toscas construcciones militares y la roja polvareda que levantan los cascos de los caballos se muestran desacralizados, perdida toda su grandiosidad amenazante. Ford muestra con todo lujo de detalles los ritos castrenses que se llevan a cabo cada vez que un destacamento sale del fuerte para realizar una misión: las banderas de Estados Unidos y la del cuerpo los acompañan hasta la salida del territorio vallado, y vuelven a entrar en el recinto cuando éste ha sido abandonado por el grueso de los expedicionarios. Las mujeres se colocaban lazos amarillos cuando se enamoraban de un soldado acuartelado. Estas y otras anécdotas se entrelazan hasta formar un relato de lo cotidiano sin grandes proezas.

La legión invencible es un western que informa sobre el modo en el que el ejército de Estados Unidos apoyó la colonización del país en la posguerra de Secesión, enfrentándose en una batalla desigual con los primitivos habitantes de las tierras que iban perdiendo con el avance de los colonos, una guerra que los aborígenes tenían perdida de antemano, del mismo modo que los celtas europeos, dispersos, sin líderes que cohesionaran los distintos pueblos que poblaban el viejo continente que habitaban los belgas, los  aquitanos y los galos, fueron derrotados por los ejércitos romanos. Casi dos mil años después se repitió la derrota y práctica aniquilación de tribus dispersas y enfrentadas, que en el momento histórico que abarca Ford  intentaban encontrar un jefe que los guiara e impidiera que les fueran arrebatadas sus tierras ancestrales, emergiendo entre los diferentes dirigentes Toro Sentado que logró unir a la nación sioux. La última expedición de las tropas acuarteladas sale a su encuentro; al final el gran jefe indio tuvo que refugiarse en Canadá, donde estuvo cuatro años, hasta que decidió entregarse a las autoridades norteamericanas. Finalmente fue asesinado, acusado de instigar a la revolución. En la película se le nombra, se representa alguna escaramuza, pero Ford  evita el tema y se centra en la cotidianidad y los enredos sentimentales del fuerte del Séptimo de Caballería.

Bellísimos movimientos de los personajes a caballo, cercanía del Monumental Valley y su característico paisaje, nos invitan a disfrutar un rato con esta película inolvidable.






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