¿Podrás perdonarme algún día? Marielle Heller. Crítica.
UN FILM QUE RECUERDA A LA SOCIEDAD QUE UN HOMBRE DE TALENTO CONSIGUE COBRAR POR SU TRABAJO CUANDO DECIDE ABANDONAR LA VÍA LEGAL.
Ficha técnica, sinopsis, premios, lo que se dice (Pinchad aquí).
Crítica:
Lee Israel, interpretada por una tierna Melissa McCarthy, que conserva su energía habitual, puesta ahora al servicio de una actividad creativa, jalonada de momentos de sequía de inspiración, seguidas de las consecuentes depresiones y la caída en dependencias del alcohol y las drogas, atraviesa su particular travesía del desierto, acompañada de un hombre sin techo, una especie de homeless, Jack Hock, personaje interpretado por Richard E.Grant, y su gato, y pone en primer plano el drama del escritor que fracasa cuando publica su tercer libro, y encuentra una forma de poder pagar el alquiler y otras deudas pendientes, que impiden el tratamiento de su mascota, falsificando cartas, presuntamente escritas por famosos. El éxito del proyecto radica en la calidad literaria de las cartas inventadas, el fracaso en el develamiento de ciertas debilidades que sus protagonistas mantuvieron ocultas durante el tiempo que vivieron en el más absoluto de los secretos; la necesidad de Lee Israel de dar forma poética y de profunda emotividad a sus escritos la deja al descubierto. Descubierta y rehabilitada decidió escribir la más importante de las biografías: la suya propia.
Marielle Heller narra con elegancia y naturalidad, sin estridencias ni deixis extremas, una historia inmersa en el lado oeste de Manhattan, el lado oscuro de la urbe, mohosa y literaria, que pagaba el precio de sus excesos de décadas anteriores. Un lugar que frecuentó Lee Israel que encarnaba a un tipo de neoyorquino, el intelectual de Westside, recorría sus librerías, negociaba con los libreros, les vendía sus productos literarios en forma de piezas apetecibles para sus ricos clientes coleccionistas, una actividad picaresca de supervivencia, entre otras que imponía la escasez de recursos combinada con la extensión del SIDA que sometía a la comunidad gay a una gran presión y que afectaba a Hock, con el que Lee primero compartió un periodo de su vida, y más tarde decidió compartir su historia; ambos compartían su pertenencia a movimientos queer.
El film explora la especificidad del Upper West Side y el Greenwich Village de la época, introduciendo en campo el 'Julius', una taberna que databa de 1864, uno de los bares más antiguos de Manhattan, que sobrevivió a la ley seca como speakeasy (clandestino), uno de los bares de ambiente gay más longevos de la ciudad, muy frecuentado por la comunidad desde 1950, y al que acudía la escritora. Todo ello narrado con un lenguaje académico, lineal y con una paleta de colores tan discreta como la caracterización de Melissa McCarthy, que abandona el aspecto brillante y colorista que la caracterizaba en sus trabajos precedentes, para mostrar el lado más vulnerable de una mujer con talento en momentos críticos.
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