La escalera de Jacob. Adrian Lyne. Ficha técnica y crítica
Ficha técnica:
Título original: Jacob's Ladder
País: Estados Unidos
Año: 1990
Duración: 115 minutos
Dirección: Adrian Lyne
Guión: Bruce Joel Rubin
Casting: Risa Bramon, Billy Hopkins, Heidi Levitt
Dirección de Ftografía: Jeffrey Kimball, A.S.C.
Música: Maurice Jarre
Edición: Tom Rolf, A.C.E.
Diseño de Vestuario: Ellen Mirojnick
Maquillaje: Richard Dean
Estilista de peluquería: Lyndell Quiyou
Coordinador de especialistas: Phil Neilson
Director artístico: Wray Steven Graham
Decorador del set: Kathleen Dolan
Productores: Mario Kassar, Andrew Wajna, Alan Marshall
Productores ejecutivos: Mario Kassar, Andrew Vajna
Productor asociado: Bruce Joel Rubin
Diseño de producción: Brian Morris
Compañías productoras: TriStar Pictures, StudioCanal, Carolco
Intérpretes:
Tim Robbins: Jacob,
Elizabeth Peña: Jezzie,
Danny Aiello: Louis,
Matt Craven: Michael,
Pruitt Taylor Vince: Paul,
Jason Alexander: Geary,
Patricia Kalember: Sarah,
Eriq La Salle: Frank,
Ving Rhames: George,
Brian Tarantina: Doug,
Anthony Alessandro: Rod,
Brent Hinkley: Jerry,
S. Epatha Merkerson: Elsa,
Ving Rhames
Brian Tarantina
Sinopsis:
El cartero neoyorquino Jacob Singer intenta evitar que los jirones de su vida terminen de deshilacharse. Lo acosan incesantes flashbacks de su primer matrimonio, la muerte de su hijo de la que se siente culpable, y de su periodo de servicio en Vietnam. Su nueva esposa busca un asidero hacia la lucidez, pero la línea entre la realidad y el delirio se hace cada vez más delgada.
Lo que se dijo:
El film fue muy bien acogido por la prensa, como lo prueba el hecho de que la nota media que publica Filmaffinity es de 6,8, basada en nada menos que 9,075 votos
Han quedado pocas críticas, entre ellas la de Luís Martínez, en 1990 crítico de 'El País', que la tacha de farragosa y a ratos de una brillante algarabía alucinatoria, caracterizada además por combinar géneros, mezclar discursos y poner de los nervios al espectador.
Como bien argumenta Luís Martínez, el film hace una mixtura indisociable de géneros y, aunque podríamos decantarnos por el drama o la película bélica, por su trama argumental, optamos por el terror a causa de la forma que Adrian Lyne elige para denunciar las prácticas criminales que empleó el ejército norteamericano en su lucha contra el Vietcong, en la que parecía valer todo, un hecho que ha sido desvelado por gran cantidad de cineastas norteamericanos en el libre ejercicio de su profesión. Aquí se trata de la utilización de drogas para convertir a los soldados en verdaderas bestias; cualquier paso más que demos en esta dirección haría inevitable el temido spoiler. La forma en que aborda la tragedia, la estructura a la que somete su discurso, ha sido emulada por diferentes directores, entre ellos M.Night Shyamalan en 'El sexto sentido', y de una forma menos cercana por Alejandro Amenabar en 'Los otros'. Buen trabajo de uno de los actores más comprometidos de Estados Unidos: Tim Robbins, cuando apenas tenía treinta años y una cara de niño.
Páginas consultadas: Filmaffinity.
Crítica:
Como bien argumenta Luís Martínez, el film hace una mixtura indisociable de géneros y, aunque podríamos decantarnos por el drama o la película bélica, por su trama argumental, optamos por el terror a causa de la forma que Adrian Lyne elige para denunciar las prácticas criminales que empleó el ejército norteamericano en su lucha contra el Vietcong, en la que parecía valer todo, un hecho que ha sido desvelado por gran cantidad de cineastas norteamericanos en el libre ejercicio de su profesión. Aquí se trata de la utilización de drogas para convertir a los soldados en verdaderas bestias; cualquier paso más que demos en esta dirección haría inevitable el temido spoiler. La forma en que aborda la tragedia, la estructura a la que somete su discurso, ha sido emulada por diferentes directores, entre ellos M.Night Shyamalan en 'El sexto sentido', y de una forma menos cercana por Alejandro Amenabar en 'Los otros'. Buen trabajo de uno de los actores más comprometidos de Estados Unidos: Tim Robbins, cuando apenas tenía treinta años y una cara de niño.
Páginas consultadas: Filmaffinity.
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