Magical Girl. Carlos Vermut. Crítica


¿DE QUÉ NOS HABLA VERMUT? LA AMBIGÜEDAD ES EL TERRITORIO DE LA OPORTUNIDAD


Ficha técnica, distinciones, sinopsis, críticas, comentario (Pinchad aquí)


Crítica:


El film comienza con una profesión de fe relativista, expuesta por el Profesor de matemáticas, Damian, que jugará un papel de primer orden, muy oscuro (él es el que construye el puzzle al que le falta alguna pieza, que otros actores de esta tragedia desprecian con temeridad ), y que, al igual que Bárbara, o a causa de Bárbara, arruina su vida :  " Si Federico García Lorca no hubiese nacido y no hubiese escrito ni un solo verso, dos más dos seguirían siendo cuatro; si Napoleón  hubiese invadido España hace más de doscientos años y ahora estuviéramos aquí dando esta clase en francés,  dos más dos seguirían siendo cuatro. Quiero que entendáis que la única verdad absoluta, lo único que seguirá siendo igual es que dos más dos son cuatro." ¿A dónde nos quiere llevar Vermut con este planteamiento tan radical en relación con todos aquellos aspectos que condicionan la vida de los hombres? 

Vermut construye un discurso sobre qué significa el ser español con parámetros arcaicos, sirviéndose de una gran metáfora para definir la esencia española: la fiesta nacional, el enfrentamiento del hombre y el toro, del instinto y la técnica, la pasión y la razón, ahondando en las raíces sirviéndose de la copla (La niña de fuego) y la religión, que le lleva a dividir el film en tres partes precedidas de un título que orienta al espectador, cada uno de los cuales apela a las tentaciones, los enemigos del alma que forman parte de los fundamentos de la doctrina católica: el mundo, el demonio y la carne. El hombre recibirá el castigo merecido por el abandono de la idea de Dios y su aproximación al secularismo, a la moral que marcan las modas o las ideas de la gente sin fe, sin principios éticos y sin Dios; los protagonistas de esta historia eligen el camino equivocado, olvidando que solo con la fe  y enfrentándose a las tentaciones del cuerpo de forma combativa se podrá derrotar al demonio. El conflicto surge cuando, por azar, Pedro, un profesor de literatura parado, descubre el diario de su hija, Alicia, enferma terminal de leucemia, y el padre, un profesor de literatura parado, desea que su hija disfrute de placeres del mundo antes de abandonarlo para siempre : fumar un cigarro, beber un gin-tónic y poseer un traje de 'Magical Girl' y una vara mágica de la misma marca exclusiva, fabricada en Japón; no llega a enterarse de que la pequeña sólo quería despedirse de él y contarle sus temores.

A pesar de que la historia se ubica en la crisis que estamos padeciendo, que se hace explícita en la ruina de los pequeños establecimientos y en el paro de ciertos sectores, que afecta al propio protagonista, este hecho apenas tiene peso en la historia, porque el traje que desencadena toda la tragedia y la varita que lo acompañan vale 27.000 euros, una cifra que lo hace inaccesible para una familia media en crisis o en épocas de expansión, una anécdota que tiene mayor valor  ético y moral que económico. Pedro busca el dinero donde ésta y se encontrará con Bárbara, un extraña mujer, que oculta un pasado tenebroso, como muestran las cicatrices que atraviesan su cuerpo. A partir de este momento la historia se torna todavía más retorcida, sórdida y sucia, e introducirá al espectador, a través de su imagen especular, representada en la pantalla por dos profesores maduros ( uno de matemáticas y otro de literatura) en el territorio pecaminoso de la carne, desatándose todas las pasiones y mostrando el lado más tenebroso, mísero, ruin y mezquino de la carne. Vermut nos quiere poner delante de un abismo, pero ¿Cuál?

Cierto que el padre de la niña enferma, que ha perdido su empleo, no duda en delinquir para satisfacer a su hija; que Bárbara esconde algo tremendo, de lo que no se habla, sino a través de imágenes (cuerpo atravesado por cicatrices entre el pecho y el bajo vientre, consumo de pastillas que le mete su marido, el psiquiatra, en la boca...), que Damián, el profesor de matemáticas ha estado diez años en la cárcel. La razón no se hace explícita, permanece, como dice Luís Martínez en la otra parte de la hoja. El mensaje llega nítido: los peores pecados del hombre son los de la carne. Ahí queda apuntado. El director ni da detalles ni muestra imágenes que orienten al espectador, pero la estructura del film es muy significativa.

La abundancia de nombres vascos en el equipo podría hacer pensar que se ha realizado en esta comunidad autónoma, pero desde los propios créditos, la categoría de los patrocinadores, la copla española, que se ha elegido para crear el clima del film, y la simbología del toreo, nos demuestra que es una de las películas más españolas que se ha hecho en los últimos tiempos. ¿Nos ha gustado? Nos hubiera gustado más que nos contara, con todos los tropos que le hubieran apetecido, de qué nos está hablando. ¿De la esencia de los españoles? ¿de la pérdida de la moral y las costumbres? ¿De las carencias elementales que obligan a un hombre culto a vender sus libros? ¿De todo ésto junto o del abandono de Dios?




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