Perros de paja. Sam Pekinpah. Crítica








LO QUE PUEDE OCURRIR CUANDO SE ABRE LA CAJA DE PANDORA


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Crítica:


El rescate de un título como Perros de Paja (Straw dogs) está en la línea de provocar entre nuestros lectores la controversia y la reflexión racional y respetuosa, lo cual exige ciertas dosis de provocación al debate por parte  de quien escribe. Es tradicional el rechazo de cualquiera de los llamados -ismos (feminismo. ecologismo, racismo, y en los últimos tiempos, incluso el sindicalismo) por amplios sectores del pensamiento conservador, que no pierden ocasión para ridiculizar y ningunear a los defensores de  los afectados  por cualquiera  de estos u otros motivos. El film de Peckinpah aborda al menos dos  o  tres  de estos planteamientos ideológicos, defendidos por sectores minoritarios de la población: la defensa de la integridad y dignidad de las mujeres, aun a pesar de muchas de ellas mismas, de  los deficientes mentales, los recién llegados a la localidad, o los que mantienen una postura  militante contra la violencia, como es el caso del profesor de matemáticas David Summer.

Peckinpah divide la película en dos partes, tanto discursiva como formalmente: la primera en la que el racional y cultivado profesor de matemáticas sufre todo tipo de violencia psicológica, e incluso física, a sus espaldas y en el interior del hogar (muerte de su gato y violación de su mujer). Los ataques comienzan con la llegada a la población, cuyo centro lo preside la torre de la Iglesia de Saint Buryan Church, que tiene adosado un pequeño cementerio en el que juegan los niños, y cuyo inquilino más ilustre es Francis Hutchens, muerto en 1812; su lápida, filmada  con un fuerte contrapicado  deja ver en segundo plano a los pequeños que forman un conjunto hostil con los adultos. Amy participa de la mentalidad colectiva, y no evita ninguna situación que ponga a prueba la 'hombría', el 'machotismo' del marido, al que degrada verbalmente llamándolo 'tigre', y provocando situaciones de riesgo paseándose desnuda delante de las ventanas para  provocar a los hombres violentos del pueblo, con alguno de los cuales tuvo un affaire años atrás. Amy suma a su atractivo natural, su procedencia de una familia más rica que veraneaba en la pequeña localidad, y que liberaba el oscuro objeto del deseo de unos jóvenes 'paletos', domeñados por el placer de la escoptofilia y el voyeurismo que ella misma cultivaba con descaro. Las pasiones que levantaba le daban seguridad ante un marido culto y entregado a su trabajo

En la segunda parte, el 'grupo salvaje' cruza una línea roja, la de un hombre que ha huido de la violencia de las calles de Nueva York, pero no piensa tolerar que ésta se instale en su hogar.  Tan pronto como el riesgo se desplaza desde el marido hasta su propia persona, Amy, aislada del grupo (hasta cierto punto, pues siente atracción por Charlie) comienza a funcionar como lo que es: un perro de paja, como todos los que rodean la casa. Su poder reside en  el número, el de David en la razón, que ha hecho ganar muchas batallas a los que se han servido de ella. La situación privilegiada  se  la  da  el estar parapetado en una casa, con  muchos recursos caseros y cotidianos que pueden transformarse en mortales. La violencia que se desata es primaria y sólo tiene una salida viable: la eliminación total del hombre por el hombre. La única condición, antes de que los  delincuentes  maten  al juez, es entregarles para su linchamiento a Harry Niles, el  deficiente mental, que, acobardado por la agresividad de la banda de Tom, mata por accidente a una joven del grupo. David pone su vida por delante, la 'valiente' Amy está dispuesta a entregarlo al primer requerimiento. Al no ser atendidas sus súplicas se niega a toda colaboración con su marido, hasta el último segundo, en el que ya no tiene otra salida. Toda su bravuconería se ha esfumado.

Harry Niles y David Summer, uno cuerdo  y otro deficiente han aprendido una cosa: no tienen hogar en este mundo.No sé hasta qué  punto el espectador es consciente de la existencia de estos 'perros de paja' que pierden todo su valor cuando se quedan sin  camada, pero que hasta ese momento han violado a mujeres, amedrantado a deficientes, denigrado a  extranjeros. Sólo algo redime en parte a Amy y Charlie : el amor o atracción que sienten uno por otro, aunque la mujer de verbo fácil y actitud provocadora del conflicto queda absolutamente traumatizada cuando es ella la que debe usar un arma en beneficio  de un bien mayor, cuando debe elegir entre un delincuente y  su marido. Duda mucho y debe ser animada por David. ¿Es éste el mudo que queremos? ¿Qué nos pretende decir Peckinpah con esta película tan controvertida?  ¿ El fin justifica siempre los medios, o debía haber entregado a Niles como exigía Amy? ¿Por qué es controvertida? Creo que todos tenemos una respuesta.

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