Ley 627. Bertrand Tavernier. Crítica



DE VIDOCQ AL FUNCIONARIO DE POLICÍA CON FORMACIÓN,  MAL PAGADO Y SIN RECURSOS.


Ficha técnica, sinopsis, lo que se dice (Ficha técnica)



Crítica:


Bertrand Tavernier nos muestra en este film la vida cotidiana de un flic, un poli francés, con estudios, que no logra salir de la mediocridad de su oficina siniestra, sus compañeros poco profesionales y unos recursos tercermundistas, que no sólo ponen en juego su vida sino que corren un altísimo riesgo de salir de sus operaciones infectados y con la lacra del VHI. El protagonista, Lulu, apenas puede cuidar de su madre moribunda que agota sus días en un hospital, mientras él patrulla calles tan miserables como las estancias de las comisarias en las que trabaja o ha trabajado, carentes de máquinas de escribir medianamente dignas, o de coches de camuflaje que no se vean obligados a abandonar, truncando una operación para que el jefe pueda disponer de él para volver a casa. Una imagen muy curiosa es la de la oficina de uno de sus jefes que parece un precedente de las habitaciones que imaginó James Wan para su saga The Connjuring, con las paredes llenas de crucifijos, eso sí, todos boca arriba, sin que se de una explicación a este hecho.

Desde que Ridley Scott hiciera un film magnífico, American Gangster, en el que el policía que representa Russell Crowe no goza de una situación mejor que la de Lulu, y debe enfrentarse a una mafia policial mas poderosa, que lo detesta porque devolvió un botín de un millón de dólares, obtenido en la detención de un delincuente importante, nos pusiera en situación de alerta sobre el cambio que se había producido en el mundo del hampa, transitando desde el negocio desde la venta clandestina de alcohol, derogada la Ley Volstead o Ley Seca, hacia una actividad de alto voltaje como la venta de droga, con frecuencia cortada con yeso y otros materiales muy nocivos para la supervivencia de los consumidores, fueran yonkis o no, se han hecho muchas películas sobre el tema. L.627 , una de ellas, lleva como título la Ley que persigue y castiga todas las infracciones relacionadas con el tráfico de drogas.

Bertrand Tavernier, hijo de un publicista y escritor de Lyon, antinazi, que publicó un diario de resistencia en tiempos de guerra, apoyado por intelectuales rebeldes, recibió una enseñanza importante de su padre: las palabras son tan importantes como las balas. Influenciado por John Ford, William Wellman, Jean Renoir..., pero también por Leon Trotsky, que gozaba de preeminencia en el movimiento francés de 1968, se integró en la Organización Comunista Internacional, donde permaneció entre 1973/1975; su cine ha quedado marcado por estas experiencias, y uno de sus hijos, también director y guionista, representa un pequeño papel en esta película, en la que se impone una pretendida visión cruda de la realidad, una militancia en el cinema verité francés, en la que más que el policía importa el hombre, sus relaciones con los soplones y las mujeres con problemas por la profesión que desempeñan, generalmente la prostitución, o la carencia de papeles que las obliga a vivir en la clandestinidad, aunque no faltan las yonkis. Philippe Sardé compone un escore musical de una discreción tal que lo convierte casi en el gran ausente, compitiendo con los ruidos ambientales creados por los ingenieros de sonido. Más de dos horas de cotidianidad, un tiempo en el que se inscribe necesariamente la rutina.



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