Madame Hyde. Serge Bozon. Ficha técnica y crítica.
LA INTERACCIÓN ENTRE LOS GENES Y EL ENTORNO, NO HAY SER VIVO QUE PUEDA EVADIRSE DE ESTOS CONDICIONAMIENTOS.
Ficha técnica:
Título original: Madame Hyde
País: Francia
Año: 2017
Duración: 95 minutos
Género: Comedia/Drama/Ciencia-ficción
Dirección: Serge Bozon (Mods, 2002; La France, 2007; Tip top, 2013)
Guión: Serge Bozon y Axelle Ropert, basado en la novela de Robert Louis Stevenson
Casting: Stéphane Batut, Mohamed Belhamar
Dirección de Fotografía: Céline Bozon
Música: Benjamin Esdraffo
Edición: François Quiqueré
Decorador del set: Axelle Le Dauphin
Diseño de Vestuario: Delphine Capossela
Maquillaje: Sandra Campisi
Productor: Philippe Martin
Diseño de producción: Laurie Colson
Compañías productoras:Coproducción Francia-Bélgica; Les Films Pelléas / Ciné+ / Frakas Productions / Cinémage 11 / Canal+ / Arte France / Haut et Court Distribution / Auvergne Rhône-Alpes Cinéma / arte France Cinéma / Région Ile-de-France / Indéfilms 5 / Soficinéma 13 / Région Auvergne-Rhône-Alpes / Centre National de la Cinématographie (CNC) / Casa Kafka Pictures / Le Tax Shelter du Gouvernem
Intérpretes:
Isabelle Huppert: Madame Céquil/Madame Hyde,
José García: Monsieur Céquil.
Romain Duris: el director,
Adda Senani: Malik,
Adda Senani: Malik,
Pierre Léon: el inspector,
Guillaume Verdier: el aprendiz,
Patricia Barzyk: La Voisine,
Jamel Barbouche: Padre de Malik,
Roxane Arnal.; la delegada
Angèle Metzger: la delegada,,
Angèle Metzger: la delegada,,
Charlotte Vêry: La profesora de francés,
...
Sinopsis:
Isabelle Huppert reinterpreta el mito de Robert Louis Stevenson, "Dr.Jekyll y el señor Hyde" a las órdenes del cineasta francés Serge Bozon. El film se enfrenta a la historia de una profesora de física en un instituto de la periferia es despreciada por sus alumnos y por los demás profesores. Durante una una noche de tormenta, mientras lleva a cabo un experimento en su laboratoio, la mujer es atravesada por un reyo y cae desmayada. Cuando se despierta, se siente diferente, impregnada de nueva energía, tan misteriosa como peligrosa.
El film que dirige Serge Bozon no despertó el interés de la prensa, e incluso la página norteamericana Imdb, más proclive a encontrar valores en cualquier film, refleja un aprobado muy justo, 5,2, basado en tan solo 963 votos. La página Filmaffinity eleva esta nota a 5,5, una media obtenida de 306 votos.
La ambigüedad e indefinición, así como la falta de compromiso de un realizador es vista como un valor por ciertos sectores críticos, que identifican cualquier posicionamiento con la demagogia, por lo que lo máximo que podemos deducir de sus escritos es si el film que analizan goza de una caligrafía chispeante (Jordi Costa, diario 'El País'); si la falta de definición se convierte en un lastre insalvable (Antonio Weinrichter, diario 'ABC'); si contiene una reflexión sobre el bien y el mal, en este caso situada en el contexto de la enseñanza (Quim Casas, diario 'El Periódico'); o la entrega de sus intérpretes, que convierte 'Madame Hyde' en uno de los mejores trabajos de Bozon, gracias al carisma de Huppert (Victor Esquirol, diario 'El Mundo')...
'Madame Hyde' es, sin duda alguna, la obra de un cineasta que ha pisado las aulas, y se ha colocado enfrente de un grupo de alumnos hostil como el que protagoniza su película, mientras su protagonista, Madame Céquil, es una de tantas profesoras, aunque el síndrome del quemado alcanza también a los hombres incluso cuando apenas comienza su tránsito por un Instituto de enseñanza secundaria situado en una Banlieue, en la que jóvenes absentistas se reúnen en una zona que llaman la 'Cite des 2000', en la que rapean o trapean y 'venden' ensoñaciones de libertad a los que se rinden y acuden a las clases; la profesora que interpreta Isabelle Huppert no goza de más amor y calidez que el que le proporcione su marido, 'amo de casa'. Quien, como la que escribe, ha dedicado su vida a este duro oficio, que es a la vez una fuente de recompensas para quien envejece mientras sus alumnos siempre tienen la misma edad, lo que, paradójicamente, tiene un efecto rejuvenecedor en el enseñante, entiende la ironía de una profesional de la enseñanza que, agotada por la incomprensión, y afectada por el 'síndrome del quemado', sin llegar a convertirse en una tea ardiente, esconde en su interior cierto deseo de revancha, que Bozon lleva a su extremo en una metáfora bastante interesante. 'Para resolver un problema hay que tomar un desvío', llega a afirmar Madame Céquil, ya convertida en Madame Hyde, una mujer de fuego. Literal.
Planteada esta premisa, la profesora se plantea un cuestión a la que se recurre con frecuencia en las metaficciones cinematográficas: la interacción del tema que se aborda con el contexto, que, en el marco de la materia que imparte esta mujer se reduce a la relación entre los genes y el entorno, planteando una ecuación muy sencilla, que cualquier espectador, por poco avisado que esté, comprende: ¿Tendríamos la misma estatura en diferentes contextos con los mismos genes? ¿Que elemento predomina, los genes o el entorno? Una buena pregunta retórica que desconcierta a los jóvenes, como ciertos escritos desorientan a los lectores, y que ella misma se responde, cuando está a punto de ver cómo se arruina su vida, ya que ha permitido que sea su lado oscuro el que se imponga: 'Hay una interacción entre ambos. No son independientes'. Reconozco que me ha hecho gracia el planteamiento visual que ha desarrollado Serge Bozon, que da algunas pinceladas sobre un método educativo que se experimentó en España y que mucho hicieron fracasar desde dentro y desde fuera de la educación, el constructivimo, que estimula a estos alumnos tan difíciles a colaborar en torno a un proyecto; el éxito de su práctica docente no mejora la empatía de sus compañeros que, encabezados por el director, dan la impresión de burlarse de ella condecorándola y haciéndola líder de un coordinador de proyectos que es una pura quimera y contribuirá a desatar la tragedia.
La imagen que cierra el film es bastante elocuente, pero también desesperanzadora y triste, una secuencia que desequilibra la balanza y empuja a un film que se ha interpretado como una comedia, y que, efectivamente, es lo suficientemente bizarra como para mover a los espectadores a la hilaridad, por unos derroteros bastante diferentes. Me parece muy interesante un trabajo que busca un camino alternativo al fructífero género francés que convierte la enseñanza en objeto de reflexión y análisis, con un enfoque muy diferente al cine más convencional, siempre atractivo, porque está demostrado a estas alturas de la evolución del discurso cinematográfico que los villanos, los rebeldes y la violencia tienen un rendimiento notable y siempre son bien acogidos por los espectadores.
Páginas visitadas Imdb y Filmaffinity
Lo que se dijo:
El film que dirige Serge Bozon no despertó el interés de la prensa, e incluso la página norteamericana Imdb, más proclive a encontrar valores en cualquier film, refleja un aprobado muy justo, 5,2, basado en tan solo 963 votos. La página Filmaffinity eleva esta nota a 5,5, una media obtenida de 306 votos.
La ambigüedad e indefinición, así como la falta de compromiso de un realizador es vista como un valor por ciertos sectores críticos, que identifican cualquier posicionamiento con la demagogia, por lo que lo máximo que podemos deducir de sus escritos es si el film que analizan goza de una caligrafía chispeante (Jordi Costa, diario 'El País'); si la falta de definición se convierte en un lastre insalvable (Antonio Weinrichter, diario 'ABC'); si contiene una reflexión sobre el bien y el mal, en este caso situada en el contexto de la enseñanza (Quim Casas, diario 'El Periódico'); o la entrega de sus intérpretes, que convierte 'Madame Hyde' en uno de los mejores trabajos de Bozon, gracias al carisma de Huppert (Victor Esquirol, diario 'El Mundo')...
Crítica:
'Madame Hyde' es, sin duda alguna, la obra de un cineasta que ha pisado las aulas, y se ha colocado enfrente de un grupo de alumnos hostil como el que protagoniza su película, mientras su protagonista, Madame Céquil, es una de tantas profesoras, aunque el síndrome del quemado alcanza también a los hombres incluso cuando apenas comienza su tránsito por un Instituto de enseñanza secundaria situado en una Banlieue, en la que jóvenes absentistas se reúnen en una zona que llaman la 'Cite des 2000', en la que rapean o trapean y 'venden' ensoñaciones de libertad a los que se rinden y acuden a las clases; la profesora que interpreta Isabelle Huppert no goza de más amor y calidez que el que le proporcione su marido, 'amo de casa'. Quien, como la que escribe, ha dedicado su vida a este duro oficio, que es a la vez una fuente de recompensas para quien envejece mientras sus alumnos siempre tienen la misma edad, lo que, paradójicamente, tiene un efecto rejuvenecedor en el enseñante, entiende la ironía de una profesional de la enseñanza que, agotada por la incomprensión, y afectada por el 'síndrome del quemado', sin llegar a convertirse en una tea ardiente, esconde en su interior cierto deseo de revancha, que Bozon lleva a su extremo en una metáfora bastante interesante. 'Para resolver un problema hay que tomar un desvío', llega a afirmar Madame Céquil, ya convertida en Madame Hyde, una mujer de fuego. Literal.
Planteada esta premisa, la profesora se plantea un cuestión a la que se recurre con frecuencia en las metaficciones cinematográficas: la interacción del tema que se aborda con el contexto, que, en el marco de la materia que imparte esta mujer se reduce a la relación entre los genes y el entorno, planteando una ecuación muy sencilla, que cualquier espectador, por poco avisado que esté, comprende: ¿Tendríamos la misma estatura en diferentes contextos con los mismos genes? ¿Que elemento predomina, los genes o el entorno? Una buena pregunta retórica que desconcierta a los jóvenes, como ciertos escritos desorientan a los lectores, y que ella misma se responde, cuando está a punto de ver cómo se arruina su vida, ya que ha permitido que sea su lado oscuro el que se imponga: 'Hay una interacción entre ambos. No son independientes'. Reconozco que me ha hecho gracia el planteamiento visual que ha desarrollado Serge Bozon, que da algunas pinceladas sobre un método educativo que se experimentó en España y que mucho hicieron fracasar desde dentro y desde fuera de la educación, el constructivimo, que estimula a estos alumnos tan difíciles a colaborar en torno a un proyecto; el éxito de su práctica docente no mejora la empatía de sus compañeros que, encabezados por el director, dan la impresión de burlarse de ella condecorándola y haciéndola líder de un coordinador de proyectos que es una pura quimera y contribuirá a desatar la tragedia.
La imagen que cierra el film es bastante elocuente, pero también desesperanzadora y triste, una secuencia que desequilibra la balanza y empuja a un film que se ha interpretado como una comedia, y que, efectivamente, es lo suficientemente bizarra como para mover a los espectadores a la hilaridad, por unos derroteros bastante diferentes. Me parece muy interesante un trabajo que busca un camino alternativo al fructífero género francés que convierte la enseñanza en objeto de reflexión y análisis, con un enfoque muy diferente al cine más convencional, siempre atractivo, porque está demostrado a estas alturas de la evolución del discurso cinematográfico que los villanos, los rebeldes y la violencia tienen un rendimiento notable y siempre son bien acogidos por los espectadores.
Páginas visitadas Imdb y Filmaffinity
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