Ella, yo y el otro. Claude Sautet.







MUJER ENAMORADA NO ES MIOPE

Ficha técnica:


Título original: Cesar et Rosalie
País: Francia/Italia/Alemania
Año: 1972
Duración: 106 minutos

Dirección: Claude Sautet
Guión: Claude Sautet, Jean-Loup Dabadie,
Dirección de Fotografía: Jean Boffety
Música: Philippe Sardé; orquetación: Hubert Rostaing
Montaje: Jacqueline Thiedot
Decorados: Pierre Guffroy

Diseño de producción: Annalisa Nasalli-Rosa
Maquillaje: Irène Servet

Productor: Michelle de Broca
Productor ejecutivo: Willi Benninger
Diseño de producción: Pierre Guffroy
Compañías productoras: Cinema International Corporation


Intérpretes:


Yves Montand: César,
Romy Schneider: Rosalie,
Sami Frey: David,
Michelle De Broca:
Henri-Jacques Huet: Marcel,
Isabelle Hupert: Marite,
Umberto Orsini: Antoine,
Gisela Hahn: Carla,
Betty Bekers: Madeleine,
...


Sinopsis:


Rosalie (Romomy Schneider) está divorciada, tiene una hija y cree que está enamorada de Cesar (Yves Montand). Divide su tiempo entre su familia, sus obligaciones y  el hombre al que ama, pero cuando aparece David (Sami Frey) en toda su vida porque se ve incapaz de escoger entre los dos hombres. En 1972 obtuvo el Premio David di Donatello a Mejor actor extranjero (Yves Montand)


Crítica:



Claude Sautet es un cineasta francés, formado en las artes plásticas, pintura y escultura, muy influenciado, como tantos cineastas de la Nouvelle Vague, coetáneos suyos, por el cine norteamericano de John Ford, Raoul Walsh, John Casavettes, Michael Curtiz, pero también Alfred Hitchcock, al que legitimo como autor de talento Franoiç Truffaut. Alcanzó el reconocimiento internacional con 'Las cosas de la vida' (1970), que supuso además un relanzamiento de la carrera de Romi Schneider, la actriz que encarnó a la princesa por excelencia, la Emperatriz Sissi, que también trabajó para él en 'Max y los Chatarreros' y  'César et Rosalie'. Como ocurre con su predecesora 'Las cosas de la vida' en 'Ella, yo y el otro ' ( César et Rosalie), la carretera juega un papel importante como canal por el que discurren las pasiones de los hombres y en la que, con  frecuencia, como en una justa medieval se dilucidan sus problemas sentimentales, en los que juega un papel importante una mujer. En esta ocasión Ella se encuentra en el centro de un trío, en el que se desenvuelve con total seguridad, ya que conoce a la perfección las fortalezas y las debilidades de ambos: David, el joven creador bohemio y sin sueldo fijo, le proporciona el romanticismo que la hace sentirse joven e independiente; el maduro César, un rico comerciante, propietario de empresas de desguace de vehículos y comprador-vendedor de todo tipo de chatarra, garantiza su solvencia económica, le ofrece seguridad no solo económica, sino personal y social, a pesar de que ella tiene su propia casa, su guarida propia que nunca abandona. César sabe como doblegarla.

Ambos hombres, superados sus arrebatos muy agresivos que llegan a la violencia física, protagonizando secuencias de grave tensión, acaban confraternizando y protagonizando una amistad personal, que da lugar a una especie de buddy movie en la segunda parte del film. Rosalie, desaparecida durante una temporada, regresa al 'hogar' en búsqueda de la seguridad y la integridad perdida, que protege todos sus flancos. Un film que, quizá, solo puede hacer un francés, que no incluimos en el de violencia de género, porque ella también juega sus cartas en una posición privilegiada desde la que juega con los sentimientos de ambos hombres, aunque llega a sufrir en un momento de alta tensión los golpes de César ; de hecho vuelve con el hombre rico cuando éste compra una casa familiar en la playa, que el espectador ignora la razón por la que la familia había perdido, y abandona al joven bohemio. Un planteamiento que provoca una reflexión sobre las teorías de Laura Mulvey en 'Placer visual y cine narrativo' que habla de una especie de identificación travesti de las mujeres, una masculinización temporal cuando se identifican con las protagonistas femeninas que construyen los hombres en sus películas, una doctrina que choca con la de Teresa de Lauretis que afirma que esta identificación se produce en ellas como sujetos socialmente construidos, y esa identificación travesti es su efecto más notable. Linda Martín Alcoff aconseja deconstruir todos los conceptos de mujer para poder entender a las féminas en toda su complejidad.


Podéis ver la película en Filmin.

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