Toda una vida dedicada al arte. Jose Pedro Cubells









JOSÉ PEDRO CUBELLS VILLENA: TRAZOS DE LA TIERRA

Toda una vida dedicada al arte. Jose Pedro Cubells Villena nace en 1941 en el Grao de Valencia, y a los 9 años se matricula en Artes y Oficios en las asignaturas de Escultura (modelado) y Dibujo; con posterioridad obtiene el título de Técnico en el Arte Mayor de la Seda, expedido por el Colegio de Valencia. Licenciado en Bellas Artes en la Escuela Superior de San Carlos de Valencia en las especialidades de Escultura y Grabado y Estampación. En 1964 es pensionado por la Diputación de Valencia de escultura. Desde los comienzos de su larga carrera en pro de su independencia creativa, quien se autodefine como un pintor libre, sin ataduras, mantuvo contactos con otros artistas que formaron grupos de una sensibilidad afín, entre ellos el creado por el finado Rafael Solbes y su compañero Manolo Valdés, que impulsaron el Equipo Crónica, y otras reivindicaciones que cuajaron en el movimiento 284 dies d’art, coordinado por Mateu; a lo largo de su  vida creativa ha sido galardonado con múltiples premios de diferentes instituciones.



Su primer destino como Profesor de Dibujo lo obtiene en 1966 en Mieres. Cumplido su tránsito por la vida laboral, deja su cátedra de Instituto, y actualmente goza del merecido jubileo, que le permite dedicarse a la pasión de su vida. Detrás ha quedado diseminada por la provincia de Valencia parte de su obra realizada en bronce, de la que es una muestra significativa la escultura de Ausias March, ubicada en la Hemeroteca de Valencia, situada en la Plaza de Maguncia. Jose Pedro ha realizado también obras con otros materiales como el mármol, el hierro y el aluminio, la madera, la cerámica y la porcelana cuya elegancia le valió una mención en una revista francesa especializada, así como su dominio del grabado y la estampación,  algunas de cuyas obras se exponen en distintas poblaciones de la Comunidad Valenciana. Un trabajo en el que dejó su impronta su formación de Técnico en el Arte Mayor de la Seda, una actividad que hizo florecer Valencia en el siglo XVI con la exportación de la seda granadina, que impulsó el gremio de velluters, que dio lugar al barrio en el que se concentraron sus telares.




De nuevo el  valenciano expone su obra de gran colorido y modernidad, ahora en la Sala de Exposiciones del Ayuntamiento de la Avenida en Requena con la misma energía de su juventud, asumiendo otra vez el riesgo que se materializa en la ruptura con la convención, de que en otras ocasiones hemos hablado. Una pintura del gesto, que se expresa en cuadros de gran formato (2,50 x 1,20), que estará expuesta en la citada sala desde el 13 de diciembre de 2019 al 4 de enero de 2020, en la que el visitante podrá comprobar la fuerza de expresión increíblemente joven del pintor del Grao,  que se erige en paradigma del ejercicio libre de quien busca, ante todo, su independencia creativa, y que se manifiesta en su gesto enérgico y sorprendente, caracterizado por una abstracción de la forma y una explosión del color.


Hijo de otros tiempos en los que el hombre debía abrirse camino con su solo esfuerzo, Jose Pedro cultivó su background, su fuerza interior, de forma inconsciente, automática, a través de sensaciones que él no eligió, sino que lo eligieron a él, con el concurso de la naturaleza y la cultura, materializadas a través del miedo que sintió de niño, cuando, siguiendo la costumbre, acompañaba a su padre al campo de noche, a la hora que las instituciones de la época le asignaban el turno de riego, unas aguas  que su progenitor conducía por cada una de las tablas del bancal, lo que impedía a un niño de cinco años permanecer a su lado, una situación que despertaba el miedo infantil, un temor que intentaba controlar domeñando la tierra y retorciéndola, guiado por el propósito de conjurar sus fantasmas realizando pequeñas figuritas de barro, unas piezas que a la mañana siguiente contemplaba fascinado, o el impulso necesario para hacer compatible su pasión con el deseo de formar una familia y mantenerla mediante actividades no lejanas a la  que ha dominado toda su vida y que lo acompañará mientras le resten fuerzas. Un contacto con la naturaleza y las duras condiciones que ésta impone a los hombres que enriquecen su imaginario y que son difícilmente traducibles a las palabras, que han marcado las diferentes etapas de las creaciones de un hombre hecho a sí mismo, que él asocia con determinados impactos  que han condicionado las diferentes etapas de su trabajo representadas en la talla de piedra, de madera,  y desde hace cinco años en estos óleos de gran formato que se muestran en la exposición de Requena.




Una buena oportunidad para entrar en contacto con un artista que trabaja a caballo del siglo XX y XXI, al que la era tecnológica le ha llegado tarde, pero que fía su legado a la experiencia, el tránsito por diferentes etapas históricas y el contacto con los movimientos pictóricos y escultóricos que se han ido sucediendo en su Valencia natal,  que ha dado grandes artistas que han contribuido a la construcción de un imaginario visual universal.


                                         

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