Horse Girl. Jeff Baena. Crítica.



UN FILM SOBRE LA CONFUSIÓN DE LAS ALUCINACIONES CON TODO TIPO DE  PERTURBACIONES MENTALES Y REALIDADES INSÓLITAS

Ficha técnica, sinopsis, lo que se dice (Pinchad aquí).


Crítica:



El film de Jeff  Baena es la mejor demostración de lo arriesgado que es levantarse de la butaca o del sofá y abandonar la sala o estancia en la que se proyecta un film porque nos aburre, no nos atrae o creemos estar perdiendo el tiempo. Horse Girl, el film dirigido por Baena, del cineasta nacido en Miami, Florida, que se formó en la Universidad de New York, trabajó primero con Robert Zemeckis como asistente de producción y más tarde como editor asistente del escritor y cineasta David O'Russell, hasta que finalmente, mientras se recuperaba de un accidente,  orientó su carrera hacia su formación como storyteller, un guionista. que dirigió su opera prima en 2014, Life after Beth ), a la que siguió The Little Hour (2014) y Joshy (2016) hasta 2020 en que presentó en Sundance el film que hoy nos ocupa: Horse Girl.

La película comienza narrada con una escritura visual prosaica, plana, sin pasión, muy indie, en la que una chica agraciada pero insignificante, que gusta de entretenimientos sencillos, cose a máquina, hace manualidades (disfraz final impactante), pero tiene un pasado oscuro para el espectador en el que le acompañan un padrastro que la quiere y la respeta, una compañera de trabajo que se considera su amiga, unos chicos con los que comparte piso, y lo más curioso, un caballo que en otros tiempos fue suyo, pero ya no le pertenece, al que cuida como si siguiera siendo suyo, violentando a los empleados de la caballeriza que interpretan sus atenciones con el animal como una intromisión en su trabajo, que la miran con recelo. Una chica ubicada en un contexto gris, de cinema verité, con el que contrasta la expresión sencilla y hasta cierto punto angelical de la joven que se percibe frágil.

Todo se desarrolla en estos términos, tanto en los aspectos. visuales como en los conceptuales, cuando empiezan a emerger ciertas señales de su pasado que se proyectan hacia el futuro y producen una profunda inquietud en el que mira, dentro y fuera de la pantalla, y las siente como una amenaza. Es especialmente significativa la secuencia en la que tiene lugar un conflicto entre Sarah (Alison Brie) y su amante reciente, Darren (John Reynolds), en un cementerio, en la que se descubre definitivamente los demonios que atormentan a la chica. La conclusión de esta historia evidencia que ha valido la pena tener paciencia, seguir el discurso de este magnífico contador de historias, capaz de realizar un relato de ciencia-ficción con un punto de vista cotidiano y plausible, lo que convierte el film en una película diferente.

Se puede ver en Netflix.

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