La marca del demonio. Diego Cohen. Ficha técnica y crítica-






"...QUE NO ESTÁ MUERTO LO QUE YACE ETERNAMENTE, Y DADOS LOS EONES EXTRAÑOS, INCLUSO LOS MUERTOS PUEDEN MORIR." H.P.Lovecraft




Ficha técnica:


Título original: La marca del demonio
País: México
Año: 2019
Duración: 105 minutos

Dirección: Diego Cohen
Guión José Rubén Escalante Méndez
Dirección de Fotografía: Aram Díaz
Dirección de sonido: Daniel Pineda Lagos
Música: Graham Plowman
Edición: Diego Cohen y Martha Poly
Diseño de arte: Alfonso de Lope

Diseño de Vestuario: Atzin Hernández
Diseño de maquillaje: Rodolfo Menchaca

Productor: Armando Casas, Mónica Gorbea, Álvaro González Kuhn
Productor ejecutivo: Charles  Barthe, Eduardo Noriega, Adriana Ortega Arratia, Diego Cohen, Álvaro González Kuhn, Eckehardt Von Damm, Sandro Halphen,  Carla Farrell Benet, Gustavo Montaudon, Javier Salgado, Mónica Gorbea
Productor en línea: Paola M.Salguero
Diseño de producción: Ana Orellano
Compañías productoras: Corazón Films, Hakuhn, Laposta, Iabo, EFICINE Producción 189, Aspel, Ifa Céltics, Biossman, Plarre, Naturgy, Gas Natural Fenosa, Netflix



Intérpretes:


Eduardo Noriega: Tomás,
Eivaut Rischen: Karl Nüni,
Arantza Ruiz: Camila de la Cueva,
Omar Fierro: Luís Miranda,
Nicolasa Ortíz-Monasterio: Fernanda de la Cueva,
Oliver Nava: Diego,
Lumi Cavazos: Cecilia de la Cueva.


Sinopsis:


Cuando dos hermanas abren un libro antiquísimo y desatan una fuerza maligna, un cura poseído, que se enfrenta a sus propios demonios, se convierte en su propia salvación.


Lo que se dice:


La película ha sido muy mal valorada por la prensa, que apenas se ha ocupado de ella, y el público, un hecho que se pone de manifiesto en la página norteamericana que se mueve en los mismos parámetros y una valoración demoledora: 3,3, basada en 456 usuarios.

Filmaffinity recoge una sola reseña de prensa, la de Karina Adelgaard, (Heaven o Horror), que aconseja ver la película para comprobar lo mala que es.


Crítica:



La factura del film es correcta, como no podía ser de otra manera en unos momentos en los que la tecnología pone a disposición de los realizadores de productos audiovisuales grandes posibilidades, lo cual no implica que detrás de medios aceptables haya buenas ideas. El lenguaje audiovisual alambicado e innecesario choca con el minimalismo de la imagen de corte indie: travellings frontales, laterales, planos cenitales, grandes panorámicas que toman el contexto espacial desde el aire, picados, contrapicados, tomas que aportan excesiva explicitud...Una secuencia inicial, que inserta los créditos iniciales, plantea un exorcismo de manual, demasiado parecido a la set piece de 'El exorcista' de William Friedkin  (1973), que concluye de forma trágica, seguida de la primera  del núcleo central del relato que nos sitúa 30 años después. dando comienzo a una historia de posesiones infernales, precedida de la habitual clase universitaria sobre lenguas semíticas noroccidentales, el encuentro de las jóvenes protagonistas de una joya del género, un necromicon o libro de los muertos. 

Pero más allá de este hablar sin decir nada, no hay una sola idea que haga perdurable el film, del que, una vez visto, sólo quedan tres o cuatro características del género y nada que aporte información que mejore nuestro conocimiento del mundo ni merezca ser recordado. He decidido destinar parte de mi tiempo, del que ahora todos disponemos en abundancia, a entender por qué se valoraba tan mal este film, y lo cierto es que ni tan siquiera se puede decir que la película sea tan cutre que pudiera pasar a agruparse bajo la etiqueta de 'cine de culto'.



La podéis ver en Netflix.

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