Mi nombre es clítoris. Daphné Leblond





NO VIAJES A LO LARGO Y ANCHO EN BUSCA DE LA VERDAD, PUEDE QUE LA ENCUENTRES ENTRE TUS PIERNAS . Proverbio croata




Ficha técnica:



Título original: My Name Is Clitoris
País: Bélgica/Francia
Año: 2019
Duración: 80 minutos

Dirección Daphné Leblond
Guión: Lisa Billuart-Monet
Dirección de Fotografía: Lisa Billuart-Monet
Música: Thibaud Lalanne
Montaje: Pierre Dozin
Edición: Lidy Wisshaudt-Clauel

Compañías productoras: Be For Film, Belgian Cinema Made in Wallonia Brussells, Iota Production, en co-producción con Pivonca, Woo TV.Net.Tel, Belfius, con la ayuda de Centre du Cinema et de l'Audiovisuel de la Federation Wallonie-Bruxelles et du Serice Public Francophone Bruxellois et du TaxShelter du Gouvernement Fédéral de Belgique Casa Kafka Pictures


Sinopsis:



En la era del Satisfayer, Filmin en exclusiva programa este documental sobre jóvenes mujeres que dialogan entre ellas sobre su propia sexualidad y el invisibilazado deseo femenino. Hablando con libertad, valentía y humor, comparten historias y experiencias con la esperanza de poder desmontar prejuicios y construir un futuro donde todas podamos obtener una educación sexual libre de tabúes y limitaciones.


Crítica:


El filme que dirige Daphné Leblond es más provocativo en el título que en el contenido que anuncia.En la era llamada del Satisfayer resulta como mínimo curioso escuchar a unas chicas hablando, encima de unas camas, (una puesta en escena muy sugestiva), poniendo énfasis en la representación y en la conversión de centro de su charla del sexo que las convierte en uno de los tres vértices del género (mujer, hombre y no binario), una actitud que levanta un muro entre el feminismo clásico y de clase y el feminismo posmoderno o, si se quiere, líquido.

Las chicas lamentan las etiquetas con las que generalmente se las define y que derivan en prototipos y etiquetas que todo enseñante sabe que usan tanto las alumnas como los alumnos, según su comportamiento respecto al sexo: zorra asquerosa, frígida, facilona, puta, pero también prudente, coño estirado...; tambien hablan de las primeras sensaciones preadolescentes cuando cualquier cosa roza sus zonas erógenas;de  las preguntas más frecuentes que se hacen entre ellas:¿Por qué a las chicas les gustan lo chicos malos? ¿Por qué los chicos tienen erecciones? ¿Las engañan?

Algunas de ellas confiesan que se han iniciado a edad temprana, -14 años -, y tras conocer el sexo con penetración, que muchas experimentan como doloroso, en ocasiones a causa de un problema de vaginismo, se han arrepentido, ya que posteriormente han conocido las relaciones lésbicas que les han producido mayor placer, especialmente por la contemplación del cuerpo femenino.

Así pues, no hay nada nuevo respecto a la revolución hippy, la del verano del amor, que ya defendió el 'abajo los sostenes', el amor lésbico, el rechazo de la penetración y de la idea de la virginidad, e incluso dieron un paso adelante al predicar la castración de los hombres. El film ofrece una imagen naïf y delicada de unas jóvenes que creen que han descubierto las Américas y charlan en torno a ideas que ya tienen un largo recorrido.

Concluye con datos estadísticos que informan de que una adolescente de cada cuatro no sabe que tiene clítoris, que a una de cada tres le cuesta llegar al orgasmo, o que el 60% de las mujeres y el 90% de los hombres se masturba. Apunta a hechos conocidos, por la frecuencia con la que se convierte en centro de interés periodístico, como la iniciación en el sexo de los más jóvenes a través del cine pornográfico, especialmente heterocéntrico, ya que las cintas de mujeres son difíciles de conseguir sin pagar, y también sobre el temor a ser designadas con el nombre de burette, que designa a inmigrantes norteafricanas que se rebelan contra los aspectos más turbios de su origen  y abrazan las características de la vida occidental.

Este apodo revela aspectos xenófobos de la idiosincrasia francesa que designa a mujeres que se rebelaban contra las restricciones sexuales del mundo árabe y las obligaciones impuestas por los hombres musulmanes a las mujeres de su propia familia. Una circunstancia que, paradójicamente, las convierte en deseables para los jóvenes galos que en su expresión rapera y la propia del hip-hop las designan con expresiones tan machistas como chicas que "están como un tren, pero tienen escaso cerebro."

El documental nos muestra, pues, a unas muchachas que parecen muy espabiladas, pero que han sido sujeto pasivo de grandes frustraciones por falta de información, derivadas de su iniciación temprana en el sexo, su desorientación acerca de su identidad sexual (unas más que otras), su sobrepeso, o el temor de ser calificadas con una etiqueta que consideran injusta y discriminatoria como la de burette. Ignoro el objetivo del film, pero me temo que lo único que ha conseguido es incrementar la autocomplacencia de las participantes en la elaboración del mensaje y sus destinatarias.

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