Los Hermanos Villoughby. Crítica.
CRÍTICA EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS
BICHO CREADO POR MAR CORDELLAT ALMELA
LOS NIÑOS VILLOUGHBY TENÍAN DETERMINACIÓN, IMAGINACIÓN Y ESPERANZA: ¿Y SI NOS ORFANÁSEMOS?
Ficha técnica, sinopsis, lo que se dice (Pinchad aquí)
Del análisis de los datos que se reflejan en las estadísticas de mi blog, con un número importante de entradas procedentes de Hong-Kong (4437, de momento durante esta semana), se pone de relieve que, no solo los gigantes asiáticos están sustituyendo a los Estados Unidos en la creación de un imperio mundial, que comenzó cuando silenciosamente se convirtieron en el 'centro manufacturero mundial', del mismo modo que los germanos invadieron el imperio romano desde dentro, desde abajo, entrando en las filas de su ejército como mercenarios; sólo tuvieron que esperar sentados a que las élites se destrozaran entre sí, algo que también se da ahora, mediante el lanzamiento de fake news que enloquecen a capas cada vez más amplias de la población que cree que está bien informada gracias a mensajes que incluyen unas cuantas palabras. La elección por la mayoría de su pueblo de Trump, gentes que gritaban 'America first', de Bolsonaro, o de Boris Johnson (no así de Angela Merkel, más atenta a lo que sucede a su alrededor), es un síntoma nada despreciable. Una plataforma poderosísima como Netflix, junto con otras tan potentes como ella, (Disney, HBO, Universal, Google, Facebook, Instagram...) que funcionan como grandes estados con una economía fuerte y saneada (Netflix ha concedido una subvención de un millón de dólares para ayudar a la cultura española, uno de cuyos productos, la serie 'La Casa de Papel', es de los más exitosos de la compañía).
Dicho esto, comprobamos que Netflix está siendo, en los días más duros que ha conocido la humanidad, una plataforma que favorece el intercambio cultural entre cualquier rincón de nuestro mundo, desde Canadá hasta Seul, y desde Australia a Sudáfrica o Países Nórdicos. Entre estos lanzamientos destacables, que favorecen la interculturalidad, se encuentra 'Los Hermanos Villoughby', una película de animación canadiense, realizada lejos de Disney y Pixar, hasta ahora las factorías más relevantes, producida por Netflix y Bron Animation, asociada con Creative Wealth Media, y dirigida por Kris Pearn, Cory Evans, ROB Lodermeier. Un buen trabajo de animación y entretenimiento, no sólo por el desarrollo conceptual de unos personajes muy peculiares, que no responden al mismo arquetipo dentro de su propio universo, caracterizados por un paradigma físico muy diferenciado (personajes delgados con cabeza de cerilla, gruesos imposibles, gemelas cabezonas que rinden homenaje a Barnabas Collins, el protagonista de 'Sombras Tenebrosas' de Tim Burton, (2012), que habita en un castillo semejante al de la familia Villoughby, si bien éste ha sido circundado por una especulación inmobiliaria, que ya denunciaron en 'Up, una aventura de altura', (Pete Docter y Bob Peterson, 2009)...A un diseño atractivo, que destaca por el color fucsia de los cabellos, (no los típico ojos azules de la raza aria), de los miembros de una familia de nobles antepasados, se añade una buena edición que dota a la narración de un ritmo óptimo, sin tiempos-valle, ni espacios perdidos, sino caracterizado por el dominio del timing de sus autores que no da espacio al aburrimiento.
El background, el subtexto de un relato poco habitual en el contexto de un cine de animación, que muchos espectadores, desconocedores de su calidad, prefieren ignorar y dejarlo arrinconado para niños, acompañados de sus padres, que deben soportar estos cuentos infantiles,es inusual en este género que ha alcanzado gran calidad en los últimos tiempos. Hacen mal ciertos adultos en abstenerse del disfrute que las nuevas tecnologías ofrecen, cuyo desconocimiento exhiben con la altivez y la autocomplacencia propia de quien prefiere no adentrarse en nuevos lenguajes y permanecer pegados al clasicismo propio de producciones muy asentadas y que han alcanzado su solidez con el paso del tiempo, porque de esa manera ignoran la idea que algunos niños tienen de su padres, tan intensa que algunos de ellos deciden 'orfanarse', un neologismo no carente de mal yogur, y grandes dosis de acidez y causticidad, que no siempre los menores osan denunciar en voz alta, y que, en este caso, se da en el seno de una familia de rancio abolengo. Más que un macguffin se puede hablar de una excusa que justifica las aventuras de cuatro niños muy especiales que Kris Pearn, Cory Evans y Rob Lodermeier deciden mantener con todas sus consecuencias, incluida la 'tragedia-según-se-mire' que se produce a los pies de una singular montaña suiza, que muchos pueden identificar con la que eternizó Thomas Man en su famosa novela 'La Montaña Mágica', que ha puesto el contexto a múltiples relatos cinematográficos . Esta decisión aparta el cuento de los canadienses de los clásicos de Disney, en los que los abuelos y las nanys (niñeras en español) se introducen como figuras interpuestas entre los padres y sus hijos, evitando de este modo el conflicto generacional. Aquí no hay colchón que amortigüe el enfrentamiento y el abandono de los niños se muestra descarnado, unos pequeños que también sienten atracción por los dulces, aunque nada parecido a la de los que acuden a la fábrica de Charlie.
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