Repulsión, objeto de estudio en un curso de psicoanálisis lacaniano dirigido por Manuel Asensi.
EN ÉPOCA DE CORONAVIRUS SEGUIMOS ESTUDIANDO EL ORIGEN DE NUESTRAS PERVERSIONES. EL MUNDO SIGUE Y EL CONOCIMIENTO AVANZA.
Ficha técnica:
Título original: Repulsion
País: Reino Unido
Año: 1965
Duración: 105
Dirección: Roman Polanski
Guión: Gérard Brach y Roman Polanski
Dirección de Fotografía: Gilbert Taylor
Música: Chico Hamilton
Montaje: Alastair McCintyre
Dirección artística: Seamus Flannery
Producción: Gene Gutowski
Productores asociados: Robert Sterne y Sam Waynberg
Productores ejecutivos: Michael Klinger y Tony Tenser
Compañías. Productora: Compton Films, Teklis British Productions
Intérpretes:
Catherine Deneuve : Carol,
Ian Hendry : Michael,
John Fraser : Colin,
Yvonne Furneaux : Helen,
Patrick Wymark : Landlord,
Renee Houston : Miss Balch,
Valerie Taylor : Madame Denise,
James Villiers : John,
Helen Fraser : Bridget,
Hugh Futcher : Reggie,
Monica Merlin : Mrs. Rendlesham,
Imogen Graham : Manicura,
Mike Pratt : Workman.
Más créditos en Imdb
Sinopsis:
Una joven y deprimida, de origen belga, Carol Ledoux, vive con su hermana Helen en un apartamento de Londres. Esta muchacha experimenta sentimientos contradictorios de atracción y repulsión hacia los hombres y apenas puede soportar la angustia que le produce ver pulular por casa al amante de su hermana, un hombre casado, y ver sus objetos de aseos personal en el baño. Cuando se queda sola en casa, porque la pareja se va de vacaciones, pierde la razón y se desquicia por completo.
Crítica:
Con frecuencia Roman Polansky, gran conocedor del alma humana, nos ha conmovido profundamente, pero pocas veces, como ésta, ha removido todos los fantasmas que llevamos dentro, y nos ha hecho temer y perder el sueño siendo adolescentes. Nos aterraban esas sombras que se vislumbraban por debajo del quicio de la puerta cerrada o detrás del armario y sentíamos la cercanía de Carol, asustada, aunque ella guardaba un tremendo secreto que, con la mejor gramática audiovisual, impactante y efectiva, el realizador desvela a su público con la misma maestría que Orson Welles nos hace cómplices del secreto del ciudadano Kane. Una simple mirada dirigida hacia una fotografía actúa como guía para resolver las incógnitas del espectador.
Polansky penetra en la psicología de su personaje, que privado de la protección pseudomaterna ( la hermana realiza este papel), cuando ésta la deja sola para realizar un viaje con su amante, comienza a desmoronarse mentalmente, sufriendo una serie de alucinaciones nocturnas que la desequilibrarán definitivamente y la conducen a la comisión de unos crímenes, en un caso por el simple asco que le produce el contacto carnal con un hombre verdaderamente enamorado de ella y en otro por una auténtica agresión sexual que le retrotrae al pasado.
El director, como un auténtico mago de la cinematografía, hace partícipe al espectador de lo que los propios actores (su hermana, compañeras de trabajo, novio…) desconocen: la agresión sexual sufrida en la niñez y los efectos secundarios ejercidos sobre su personalidad. ¿Cómo lo hace? En la última secuencia la cámara recorre la estancia y se detiene ante una fotografía, que ya ha mostrado en otras ocasiones, se acerca progresivamente a la foto de la niña y siguiendo la dirección de sus ojos, inyectados de odio, nos lleva a la imagen iluminada de su agresor.
En muchas ocasiones estos hechos se producen en el ámbito 'doméstico' ante el silencio cómplice o la mirada desprevenida de sus habitantes. Incluidas las personas más cercanas que conviven en el núcleo familiar, como la propia madre, por temor al patriarca o a perder su dignidad y estatus social.
Muy interesante.
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