Las horas. Stephen Daldry. Ficha técnica y crítica.




El copyright de las imágenes pertenece a sus autores
y/o las compañías productoras y distribuidoras



Ficha técnica:


Título original: The Hours
País: Estados Unidos
Año: 2002
Duración: 114 minutos

Dirección: Stephen Daldry
Guión: David Hare, basado en la novela de Michael Cunningham
Casting: Patsy Pollock, Daniel Swee
Dirección de Fotografía: Seamus McGarvey
Música: Philip Glass
Edición: Peter Boyle
Dirección artística: Nick Palmer,
Decoración del set: Philippa Hart

Diseño de Vestuario: Ann Roth

Productores: Robert Fox,Scott Rudin
Productor ejecutivo: Mark Huffman
Diseño de producción: María Djurkovic
Compañías Productoras: Paramount Pictures, Miramax


Intérpretes:


Nicole Kidman: Virginia Woolf,
Julianne Moore: Laura Brown,
Meryl Streep: Clarissa Vaughan,
Stephen Dillane: Leonard Woolf,
Miranda Richardson: Vanessa Bell,
George Loftus: Quentin Bell,
Charley Ramm: Julian Bell,
Toni Colette: Kitty,
Ed Harris: Richard Brown,
Claire Danes: Julia Vaughn.

Sinopsis:



Historia de tres mujeres de épocas diferentes que tratan de encontrarle un sentido a la vida. A principios de los años 20, Virginia Woolf, en un elegante barrio de Londres, lucha contra su locura mientras empieza a escribir su primera gran novela: "Mrs. Dalloway". En los años 50, en Los Ángeles, a Laura Brown, una mujer casada y con hijos, la lectura de "Mrs. Dalloway" le resulta tan reveladora que empieza a considerar la posibilidad de cambiar radicalmente su vida. En Nueva York, Clarissa Vaughan, una versión actual de "Mrs. Dalloway", está enamorada de su amigo Richard, un brillante poeta enfermo de SIDA.


Lo que se dice:

El film fue muy bien recibido por la prensa, según reflejan las notas medias de páginas como Filmaffinity que le otorga un 7,2, basado en 34, 514 votos, una media que la norteamericana Imdb eleva ligeramente 1 7,5, basándose en la valoración de 121,382 usuarios. El Tomatometro de la página Rotten Tomatoes ofrece u índice de valoración de la prensa del 80 %, consultadas 193 reseñas, y del 83% del público, pulsada la opinión de 85,911 usuarios.


Crítica:


Stephen Daldry, realizador de obras tan importantes como Billy Elliot o The Reader, abordó en el año 2002 un tema comprometido en 'Las horas', y, aunque parezca mentira, 18 años después del estreno de esta película, se ha producido una clara involución que llega de las manos de Presidentes de Gobierno, encabezados, ni más ni menos, que por el premier del país que ha sido, hasta el momento, considerado el Imperio de la época contemporánea que nace con la revolución industrial, mientras se producen, en España, intentos de criminalizar a otros gobernantes por haber permitido, en el contexto de lo que todavía era una epidemia, la celebración de la cita mundial de las mujeres que forma parte del calendario de las Naciones Unidas, un 8 de marzo que pasará a la historia por los ataques recibidos, sin que los que buscan incluso consecuencias penales haya advertido que el movimiento feminista fue iniciado por las únicas que podían encabezarlo por su estatus social y su formación académica, las mujeres burguesas, y lejos de marcarse un tanto la actual clase dominante realiza movimientos que revelan hasta qué punto están retrocediendo los sectores más conservadores de los pueblos a mentalidades propias de tiempos feudales, precisamente cuando iniciamos la marcha hacia la era más avanzada industrialmente, saludada como la del conocimiento que favorece la comunicación entre los habitantes de todo el planeta.

El film gira en torno a un escritor, Richard Browun (Ed Harris), enfermo de SIDA, sindrome de reciente aparición cuando se hizo el film, que afectaba especialmente a los homosexuales y que va a recibir el premio Carrouthers a la obra poética de toda su vida; este galardón le llega cuando ya no tiene motivos para vivir, cuando está muy degradado físicamente y piensa que se le otorga precisamente por esta razón. En torno a él giran tres mujeres que han marcado su vida: Virginia Wolf, su madre Laura Brown y su amiga y ex-amante Clarissa Vaughan. A lo largo del relato se irá desvelando la relación entre todos estos personajes.

Adelina Virginia Stephen por imposiciones de la época debió usar el nombre de su marido, el judío Leonard Wolf, para poder escribir. Éste cuidó de ella, afectada por un síndrome bipolar , al parecer inducido por los abusos sexuales que padeció por parte de sus hermanastros George y Gerald Duckworth, que agravaron la situación de una mente depresiva y la apartaron de los añorados círculos intelectuales de Londres; acabó su vida recluida en Rodmell, condado de Sussex, donde habían creado una editorial, Hogarth Press, que combatía la exclusividad sexual. Ambos pertenecían al grupo de Bloomsbury, del que formaban parte entre otros intelectuales del momento, entre ellos Bertrand Rusell o J.M.KeynesVirginia Wolf fue una escritora y feminista destacada, muy influenciada literariamente por Marcel Proust James Lloyce. Su primera obra, que gozó de la consideración de la crítica, fue La Señora Dalloway, que sirve de excusa a esta película, que se basa en una novela homónima de Michael Cunnigham; en ella la escritora narra la vida de una mujer en un solo día y en ese día concentra toda su vida; La Señora Dalloway es una mujer convencional, relegada al ámbito doméstico, que va a organizar una fiesta, y que en un encuentro casual con un ex-amante se plantea toda su existencia.
.
La madre de Richard, mujer también depresiva y agobiada, es una atenta lectora de Mrs. Dalloway, que le influye en su vida anodina marcada por la rutina y el hastío y por su atracción por una vecina, muy superficial que considera que una no puede considerarse mujer hasta que no tiene hijos, hecho que le preocupa más que el tumor que le han detectado en el útero. Tiene tendencias suicidas, que presiente su pequeño hijo, e incapaz de realizarlas opta por el abandono de su familia, después de dar a luz a su hija; elige la vida frente a la muerte que siente en su transcurrir rutinario . Este hecho marcará al hijo, atraído por una madre que puede prescindir de él y de la que conserva una fotografía, vestida de novia, que le acompaña en los últimos momentos de su vida. ¿Complejo de Edipo ?

El último personaje que cierra el círculo es Clarissa Vaughan, a la que Richard llama siempre Mrs. Dalloway, cuya primer aparición en pantalla viene acompañada de una frase de la novela: "La Señora Dalloway dijo que ella misma compraría las flores". Efectivamente, como la protagonista de la obra literaria, va a organizar una fiesta para Richard, y la mujer que regenta la floristería es la propia Eilen Atkins, responsable de adaptaciones literarias de Virginia Wolf. Richard Brown le echa en cara su frivolidad y su necesidad de organizar fiestas para encubrir su vacío. Efectivamente Clarissa, en su nerviosismo que esconde su insatisfacción, organiza reuniones con mezclas explosivas, en las que incluye amantes y ex-amantes, como le advierte su compañera; pero Richard llega más lejos cuando le confiesa que él continúa viviendo por ella, pero que, cuando muera tendrá que enfrentarse consigo misma. Aunque se desvela por él, se engaña, se autocomplace en su pretendida bondad, pero en el fondo le repele el contacto físico con una persona a la que le preocupan las horas que vendrán después de la fiesta y que sabe que no podrá soportar. Le da una lección final y se tira por la ventana en su presencia.

Todo gira en torno a Virginia Wolf y su novela, en la que ella piensa que alguien debe morir para que los demás aprendan a amar la vida por contraste. Cuando decide salvar a su protagonista, responde a la pregunta de su marido indirectamente: debe morir el poeta, el artista. En el film hay dos sacrificios: el suyo (que abre y cierra el film) y el de Richard, que se ha cansado de arrastrar su triste cuerpo para satisfacer el ego de Clarissa. Todos los personajes de la película son homosexuales o bisexuales, lo que les produce cierta desazón y una represión de sus sentimientos ante una sociedad conservadora. Únicamente Clarissa, que vive en New York en la época actual, y que goza de un nivel de vida elevado, al contrario que Richard, se desenvuelve con libertad e independencia. Su hija acepta sin ambages su situación. Por una razón u otra todos llevan 'encima' la obra de Virginia Wolf. Una de las principales víctimas, Richard Brown, el niño abandonado por la mujer que quería vivir su vida en libertad y que debió asumir este sacrificio y sus consecuencias, sólo quería ser escritor y no pasar a la historia por padecer una enfermedad tan emblemática en el momento en que se filmó la historia. El libro es un fetiche de su madre y Clarissa la protagonista de la historia, la mujer de la que él ha tenido que hacer de 'madre', porque lo ha asociado a su juventud perdida y a su tempus fugit personal. La hija de Clarissa es la única que se compadecerá de Laura Browun y dará un abrazo afectivo al 'monstruo', la 'mala' de la historia, pero a la que su hijo quiso tanto que murió con una foto suya en las manos.Cada historia está perfectamente ambientada, y en ocasiones se conectan en secuencias alternas muy rápidas, que casi se podrían decir que forman un sólo plano, como cuando una mano coge un ramo de flores y otra coloca otro en una mesa, sin interrupción del racord.


___________________


En la introducción a este post que prácticamente inauguró el blog, he dicho que la actual burguesía reniega de las mujeres  de su clase que hicieron avanzar a las féminas en diferentes oleadas que combatieron el sistema patriarcal y consiguieron votar (sufragistas), liberarse del corsé que les imponía el hombre, trabajar, fumar, elegir su orientación sexual, e incluso alguna de ellas, como Mary Wolstonecraft, la mujer de Shelley y la  madre de Mary Shelley, llevar una vida promiscua que escandalizó a la gente de su época . Pero los burgueses de hoy, que estudian  inglés, matemáticas, economía e informática, con fines pragmáticos, han olvidado esta historia y consideran a las feministas sus enemigas, por mucho que nacieran en su seno. Pero como dice el aserto,  atribuido a Napoleón Bonaparte por unos y al filósofo español Jorge Agustín Nicolás de Santayana por otros "quien desconoce su historia está obligado a repetirla". Las mujeres que retrata Stephen Daldry tienen ya poco que ver con las jóvenes de la cuarta ola, que, ahora, en medio de la pandemia y el conflicto permanecen muy calladas, cuando daban la impresión hasta hace muy poco de que se iban a comer el mundo y de que todo empezó hace dos años. Un visionado de este film no les vendría nada mal.

Comentarios

Entradas populares