High Society. Byun Hyuk. Ficha técnica y crítica.





ART IS SHIT! ( # ¡EL ARTE ES UNA MIERDA!)


Ficha técnica:


Título original: Sanryusahwe
Título inglés: High Society
País: Corea del Sur
Año: 2020
Duración: 120 minutos
Drama

Dirección: Byun Hyuk
Guión: Byun Hyuk
Dirección de Fotografía: Park Se-seung
Música: Jan Young-KyuEdición:  Kim Seo-hui


Productor: Kim Chui-yong
Compañías productoras: Lotte Entertainment, Hive Media Corp, Netflix; distribución: Netflix.



Sinopsis:

Byun Hyuk nos cuenta la historia de una comisaria de arte, aspirante a directora de una importante galería, y su marido, un profesor universitario de economía en la Universidad Nacional de Seúl con aspiraciones políticas que intentan abrirse camino hacia la alta sociedad. El cineasta nos ofrece una mirada de la clase social que domina la pirámide, filtrada a través del deseo, el amor y la creatividad de sus protagonistas. Tae Joon, profesor de Universidad aspira a un asiento en la Asamblea Nacional; ambos caerán en las redes de las mafias y saldrán airosos gracias a su capacidad intelectual para desmontar chantajes.

Intérpretes: 



  • Park Hae Il : Jang Tae Joon,
  • Soo Ae : Soo Yeon, 
  • Lee Jin Wook : Shin Ji Ho, 
  • Yoon Je Moon : Han Yong Seok, 
  • Ra Mi Ran : Lee Hwa-ran, 
  • Jang So Yeon : Jo Young Sun, 
  • Kim Kang Woo : Baek Gwang Hyun,
  •  Kim Kyu Sun : Eun-ji, asistente de Jang, 
  • Han Joo Yung

Lo que se dice:


El cine coreano se abre camino con fuerza en la sociedad occidental, como se observa en las páginas que dan este tipo de información. En España, Filmaffinity ofrece una nota media de 5,7, basada en la participación, muy baja, de tan solo 42 usuarios, una circunstancia que puede estar condicionada por quienes, habituados a levantar muros (ahora echarán de menos el cine blockbuster y mainstream norteamericano) se enfrentan abierta e inútilmente al desarrollo de grandes plataformas, cuyo desarrollo ha potenciado la primera pandemia global. Malos tiempos para los ensimismados que siguen mirando las flores de los márgenes. Ninguno de estos usuarios ha osado dar su opinión. El sitio nortemericano, Imdb, por razones bien diferentes (nadie tiene la culpa de que Donald Trump sea su Presidente, excepto los que lo han votado y protagonizan documentales como Tiger King o las sectas terraplanistas, que empiezan a extenderse por nuestro país). La participación de los lectores de Imdb, 541, deja una nota media de 5,4, inferior a la calificación española. La estadounidense Rotten Tomatoes no recoge reseñas de prensa y sólo da un índice de aceptación del público del 33%, pulsada la opinión de tan solo 7 usuarios.


Crítica:



Ante el reducido horario de los cines, al que se une el hecho de que la mayor parte de las películas en cartelera ya las hemos visto, y el que tengamos que aguantar dos horas guardando distancias con nuestros acompañante, aunque sean convivientes, y sin abandonar la mascarilla, e incluso en la quietud nos desquiciemos, las plataformas 'han hecho su agosto' (nunca mejor dicho). Entre todas ellas ofrecen buen cine, y, además Netflix ha decidido una política muy interesante: ofrecer cine olvidando prejuicios eurocéntricos, y haciendo acopio de buen gusto ofrecer un gran repertorio de cine coreano. En High Society, selecciona un film de  Byun Hyuk, un realizador de 54 años, que no ha evitado el cine erótico de buen gusto y mejor realización (La letra escarlata, 2000, y Cinco sentidos de Eros, 2004). Teníamos 'mono' de cine de esta zona del mundo, que ya ha conquistado a la Academia de Cine Norteamericana, como ha demostrado la última edición de los Premios Oscar, cuyas estatuillas más relevante cayeron en manos de Bong Joon-ho.

En el film que presentamos dirige su mirada analítica y muy incisiva sobre la clase alta coreana liberal-capitalista, que funciona como una mafia en cualquier actividad del país, ya sean empresas privadas, públicas, partidos políticos, institución religiosas o fundaciones artísticas. Soo Yeon (o Yeon Su, según la transcripción) es una joven ambiciosa que aspira a dirigir uno de los centros en los que se organizan exposiciones millonarias y no duda en marginar y poner zancadillas a quienes ve como opositoras; su marido Tang Yeon es un profesor carismático que quiere entrar en política para promocionar bancos éticos. Uno y otro entenderán lo difícil que es progresa en un país en el que todo el mundo quiere más, todos se sienten agraviados, todos quieren lo que tienen los demás, incluida la mujer. Ella quiere triunfar, hacerse famosa y dirigir el centro, pero debe pagar un alto precio, y los ricos siempre encuentran la forma de chantajear a los trepas que quieren competir con ellos por el poder, confundiendo algo que tenían muy clarito los viejos romanos: el poder no es lo mismo que la autoridad.

Pero hay algo que estos ricos ignoran, no así Hitler y Goebbels que persiguieron a judíos e intelectuales, expertos en cualquier materia: la inteligencia sí puede doblegar al poder. La pareja, con la ayuda de un artista cuyas materias primas son las personas a las que introduce en un mundo virtual, geométrico y con un impacto visual alucinante, lanza a las élites, concentradas en una sala, protagonistas de una performance, y las convierte en peones encima de un tablero de ajedrez con un discurso demoledor: no son los chantajistas los que reprimen a los hombres libres. Son ellos mismos los que se condicionan, hasta que se dan cuenta de que son dueños de sus propios deseos, de lo que  ya no están dispuestos a avergonzarse, sino a sentirse orgullosos. El arte es una mierda, reza un hastag que contienen la invitación, pero el arte como lo conciben unas élites en las que es difícil deslindar en qué campo de los que dominan son más horrendos sus abusos y crímenes.

Sin demasiada exhibición de violencia física, en el film reina el chantaje emocional, ilustrado con imágenes de mujeres sodomizadas por los jefes, que acabarán constituyendo la materia prima de la primera exposición que dirija  Yeon Su, unos cuadros de Shima Minami que el espectador puede interpretar por lo que ha visto antes, y que se adentrarán sin rubor en las relaciones de todo tipo, binarias o no binarias. Byun Hyunk no hace un film glamuroso, un feel good movie americana, aunque formalmente se inspire en el cine que se hace en la Meca, con el propósito de apatar a un público humilde y fomentar una dócil experiencia vicaria, sino que viene a demostrar el lema latino de que litterarum radices amarae sunt, fructus iucundiores (las raices de las letras son amargas, sus frutos más agradables).

No nos podemos dormir tranquilos pensando que estos pueblos comen perros, porque no he visto una sola película en mi país con un crítica tan ácida y tan bella de su clase dirigente.

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