Ju-On: Orígenes. Shô Miyake . Ficha técnica. Crítica.






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INSPIRADA EN HECHOS REALES



Ficha técnica:


Título original: Ju-On País: Origins
País: Japón
Año: 2020
Duración: 28 minutos
Género: Terror
Plataforma: Netflix

Dirección: Shô Miyake
Creada por Taka Ichise
Guión: escrita por  Taka Ichise, Hiroshi Takahasi;  Xerxes Pordely; personajes: Takashi Simizu
Casting: Ko Iwagami, Yoko Yamashita
Música: Kuniaki Haishima; productor: Tsuginori Keida.
Dirección de Fotografía: Hidetoshi ShinomiyaEditor: Yoshifumi Fukazawa
Decoradores del set: Yutaka Yamamoto, Yayoi Fukuda, Chizuru Kawamoto, Ayumi Tojima, Tomoko Sakanashi

Diseño de Vestuario: Nami Shinozuka
Maquillaje y peluquería: Fumi Takeshita

Productores: Taka Ichise, Mikiiko Hirata
Productores ejecutivos: Toshinori Yamaguchi, Kaata Sakamoto
Diseño de producción: Tatsuo Ozeki
Compañías: distribuidora: NBC Universal Entertainment,  asociada con Netflix, W Field ProductionNetflix Japan

Intérpretes:


Yuina Kiroshima: Haruka Honyo,
Yosiyoshi Arakawa:  Jasuo Odajima, investigador paranormal,
Ririka: Kiyomi Kawai.
Kohki Osamura: Yudai katsuragi,
Kai Inowaki: Tetsuya Fukazawa,
Yuka Tsujii: Takemi Fujii,
Seiko Iwaido: mujer de blanco,
Tokio Emoto: M
...


Sinopsis:



Miniserie de TV (2020). 6 episodios. Un experto en sucesos paranormales busca incansablemente una casa maldita donde una madre y su hijo vivieron algo horrible hace mucho tiempo. Serie basada en la saga de películas "La maldición".

Temporada: 1. 



Episodio 1. 1988. A una joven actriz le preocupan las pisadas que oye en su habitación. Intrigado, el inspector Yasuo le pide que grabe los sonidos.
Episodio 2. Las cosas cambian para Kiyomi y sus atacantes tras los incidentes de la casa abandonada. La madre de Telsuya, una medium, intenta conectar con Haruka.
Episodio 3. 1944Kiyomi ha sido madre, pero su vida ya de por sí difícil cambia a peor. Y sigue teniendo visiones de la mujer de blanco.
Episodio 4. 1995. La obsesiva búsqueda de la casa maldita lleva a Yasuo hasta 'M', un asesino de niños en prisión. Una mujer embarazada sufre la ira de su marido.
Episodio 5. 1995. Yasuo se da cuenta de que entre él y la casa hay un profundo vínculo. Tras ver a Kiyomi en una aparición, sale en su busca.
Episodio 6. Una joven pareja que espera un hijo se mudan a la casa. Para obtener respuestas Haruka, Yosuo y Michiko van al lugar...


Lo que se dijo: 


La respuesta de la prensa y el público ha sido muy variada, como reflejan las notas medias de las diferentes páginas que ofrecen datos . La española Filmaffinity da una media de 5,2, basada en 172 votos de sus lectores. Imdb eleva esta nota a 6,3, basada en las valoraciones de 1,717 usuarios. El Tomatometro de la página Rotten Tomatoes ofrece índices de aceptación más  favorable: un 78 % de la prensa, basado en tan solo 9 reseñas,  y 80% del público, pulsada la opinión de 49 usuarios.

La prensa afirma que añade más mitología maligna, pero es posible que satisfaga a muy pocos, más allá de sus fans (Benjamin Lee, The Guardian); el film está constituido por secuencias apenas dramatizadas y bien conectadas entre sí y los actores no tienen fuerza (Alex McLevi, AV Club); primeros episodios desastrosos y un final potente (Karina Adelgaar, Heaven of Horror)...No  falta quien haya disfrutado del film.

Crítica:


Tanto los diálogos como el lenguaje audiovisual, los pretendidos sustos, son un fiasco. Un film de violencia de toda clase, pero en especial la que se ejerce sobre las mujeres (de ahí  que el ectoplasma sea una mujer vestida de blanco ; 'blanco y en botella'), pero también contra algunos hombres, inducida por pasiones provocadas por el mal amor,  y los niños, un auténtico incordio para jóvenes, -y no tan jóvenes -, que no son capaces de hacer frente a las consecuencias de sus actos. El lenguaje audiovisual, el uso de de mediocres metáforas, secuencias explicativas de noticias televisivas, la introducción de lo sobrenatural, etc., es de un vulgaridad tal que, con demasiada frecuencia, da más risa que provoca temor. Un fallido remake seriado de la famosa saga de 'La maldición' que comienza con la película de Takashi Simizu (The Grudge) en 2004. A ello se añade la cosificación que induce una mirada animada por la pulsión escópica sobre las colegialas con minifalda de cuadros y calcetines hasta la rodilla, intensificada por el hecho de que una joven, Kiyomi es ya una adulta, cuya madre, dispuesta a sacar provecho de la condición femenina de ambas, difunde rumores que desencadenan la tragedia.

No solo es que los recursos que utiliza Shô Miyake están ya muy manidos y no se pueden exprimir más, sino que pierden toda efectividad por su uso desafortunado y fuera de tiempo, con alguna secuencia de gran brutalidad innecesaria y escasamente poética, e incluso cameos ridículos.  A todo ello se une la traducción al castellano por dobladores sudamericanos; si ya resulta chocante oír a japoneses expresándose en una lengua que no es la suya, resulta más chocante todavía no establecer matices entre el habla del español en diferentes países separados por un océano. A ello se añaden frecuentes expresiones bizarras del spanglish, la conocida fusión morfosintáctica y semántica del castellano y el inglés de Norteamérica, como el célebre ¿Okey? Todo ello resta credibilidad y defrauda al público de cualquier lugar del mundo, una cuestión por la que ya ha pedido disculpas Netflix. No obstante, como ocurre con cualquier film, tiene algunos aspectos interesantes, relacionados con el grave sentimiento de la venganza y la inmersión en zonas de sombras (pero sin exagerar) .Tampoco es muy brillante la forma de acercarse a los mass media y su apertura a grandes audiencias que gusta de lo paranormal.

De alguna manera la película responsabiliza a los medios de inspirar a los asesinos de toda clase a cometer los más brutales excesos contra las mujeres, un catálogo del horror mal planteado; la música tenue apenas es capaz de generar emociones o de contribuir a generar una diégesis del maltrato, al que se añaden actos terroristas, asesinatos industriales, uso de armas bacteriológicas, gases venenosos y otros excesos el hombre comete contra el hombre  que confirma la locución latina que afirma que 'homo lupus homini est' ( El hombre es un lobo para el hombre; y algunos cineastas también). Deja alguna imagen difícil de olvidar, escasamente coherente con el discurso de un hombre cuyas evocaciones proustianas  le llevan al museo de los horrores.


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