Territorio Lovecraft.Temporada 1, episodio 3. Espíritu Santo. Daniel Sackheim.





Ficha técnica:


Título original: Lovecraft Country
País: Estados Unidos
Año: 2020
Género: Terror

Creador: Jordan Peele
Directores: Daniel Sackheim,
Guión: Jordan Peele: adaptación televisiva: Misha Green; basado en una novela de Matt Ruff,  'Lovecraft Country'
Casting: Kim Coleman
Dirección de Fotografía: Robert McLachlan, ASC, CSC
Música: Laura Karpman, Raphael Saadiq
Edición: Marta Evry;
Dirección artística: Mari Lappalainem, Elena Albanese; supervisión: Audra Avery, Troy Sizemore
Decoración del set: Summer Eubanks
Supervisores efectos visuales: Wes Taylor

Diseño de vestuario: Dayna Pink
Jefe de Departamento de peluquería: Brian Badie

Productores: Christina Varotsis, Dana Robin
Productores ejecutivos: Jordan Peele, Misha Green, J.J.Abrams, Ben Stephenson, Yann Demange, David Knoller, Daniel Sackheim, Bill Carraro
Diseño de producción: Kalina Ivanov
Compañías productoras: Monkeypaw Productions, Bad Robots Productions, Warner Bros Television

Intérpretes:


Jonathan Majors: Atticus Freeman,
Jurnee Smollett: Letitia 'Leti' Lewis,
Aunjanue Ellis: Hippolyta,.
Wunmi Mosaku: Ruby Baptiste,
Jamie Chung: Ji-ah,
Jada Harris: Diana,
Michael K.Williams: Montrose,
...


Sinopsis:


Durante el verano de 1955, un grupo de hombres y mujeres negros se mudaron a una casa de la zona norte de Chicago. Diez días después, tres personas desaparecieron dentro de la casa, y nunca las volvieron a ver. Ser los pioneros es peligroso...


Comentario:



El tío de Tic, George, asesinado en Ardham, confeccionaba una guía de los lugares a los que no debían ir los negros, pero Lita da un paso en falso cuando compra una casa vieja pero noble, cuya silueta emerge en un barrio blanco, en la zona norte de Chicago, que evoca tantas otras que protagonizan relatos de terror, y que evoca el lugar donde se esconde, en las zonas más bajas, en los sótanos, It (Eso, que en cada caso simboliza una cosa diferente). Sin pretenderlo, la chica, cuyo personaje comienza a tomar relevancia, se mete en una agujero oscuro, un lugar tétrico en el que doctores malignos emulaban a otros europeos de tiempos de crimen y genocidio. Su presencia en un lugar equivocado hará salir de sus madrigueras a miembros del KKKlan, cuyos tentáculos, representados por Dee en sus mapas, se extiende y penetran en áreas institucionales, invadiendo cuerpos creados para garantizar el orden, como la policía, cuya actuación está insuflando aire en la hoguera del  movimiento black matter live, que impulsa proyectos como el de Jordan Peele, que cuenta con un equipo interracial de primer orden. La potencia con la que emerge el creador de Get Out y Us favorece la adhesión de los mejores compañeros de viaje.

En este capítulo los hechos históricos por todos conocidos, que derivan del esclavismo primero, y la segregación del pueblo negro después, se hacen deudores de todos los géneros que tienen una gran implantación en Estados Unidos: drama histórico, terror real y terror sobrenatural que permite la introducción en el relato de fuerzas que no son de este mundo en la lucha de los oprimidos por la superstición y la ignorancia de los representantes de la América profunda, ahora envalentonados gracias al exceso verbal que roza la locura de Trump y que está creando las condiciones para enfrentamientos violentos entre los defensores de las prácticas policiales y sectores culturales importantes de los Estados Unidos.  Es difícil de entender que masas de población que no conocen las teorías evolutivas, que van a sus iglesias y conviven en familias, piensen, gracias a cuatro consignas muy simples, que el color de la piel, o los rasgos de la cara, permiten marcar el límite entre hombres y animales, una creencia basada en el desconocimiento más profundo que les hace difícil de asimilar que los países asiáticos, que no tienen estos problemas de comprensión de la realidad, les estén superando por la izquierda y por la derecha, como está poniendo en evidencia Netflix al dar voz a las segundas generaciones de migrantes y a los diferentes pueblos asiáticos. Ese clima de violencia es el que traslada quien, aunque no lo haya sentido en su piel , si lo ha percibido en su conciencia, el director Daniel Sackheim, cuando traslada a la ficción la violencia que se desata en Lita cuando frente a su casa se materializa la ferocidad de sus vecinos que pasa de amedrentar a los miembros de su recién adquirido mansión, convertida en hotel para los suyos, con calor y ruido, provocados desde el exterior mediante la manipulación de la caldera para elevar la temperatura de su casa de manera insoportable en verano, hacer sonar los cláxones alrededor de la vivienda y, al fin, quemar una cruz ante su puerta, técnicas de acoso que usaron los norteamericanos en Vietnam combinadas con la máxima amenaza del kkklan. 

Todo el mundo conoce la tragedia de los afroamericanos, secuestrados en sus países por los negreros, vendidos como esclavos, segregados y machacados física y psíquicamente, y ahora reprimidos en el Mediterráneo, la gran tumba de los de su raza, pero todos conocen también los esfuerzos que han hecho los afroamericanos para sobresalir en todos los campos de la cultura, no sólo del deporte, consiguiendo llevar a uno de los suyos a la Casa Blanca. Pero, además, este desconocimiento de todo lo que muchos piensan que ha sido creado por un ente superior no solo se da en Norteamérica; comunicadores teóricamente progresistas de nuestro país, ubicado en el viejo continente, hablan de que ningún animal utiliza sus extremidades para mejorar su vida, porque ignoran qué es lo que hace al hombre hombre. De ahí se da el salto al racismo con facilidad, sin llegar a comprender que cineastas como Jordan Peele se colocan en la cabecera de los de su oficio en el siglo XX por su enorme talento, gozando de la colaboración de compañeros ilustres como J.J.Abrams para sacar adelante esta miniserie de ocho capítulos cuyos objetivos nos mantienen a la expectativa. No es un gran innovador como lo fueron en su tiempo George Lucas o Steven Spielberg, pero ha sabido recibir su legado, aplicarlo a los temas que le interesa defender, y partiendo, como muchos de las teorías izquierdistas de H.G.Wells y su famosa novela 'La máquina del tiempo', que planteaba la lucha de clases y dividía el mundo en una zona oscura y subterránea, habitada por unos monstruoso, los morlocks, descendientes de proletarios, enterrados con las máquinas, que alimentaban a los que vivían en la superficie, los Eloi, cada vez más debilitados a causa de su ociosidad, un constructo que vemos en la película más vanguardista de Lucas, THX 1138. Peele combina este bacground con su conocimiento de la ideología de H.P.Lovecraft, un gran innovador del cuento de terror, que aporta una mitología propia, los mitos de Cthulhu, que representan una realidad aterradora que se esconde bajo el mundo cotidiano y acecha a la humanidad desde las tinieblas, mostrando la contradicción de quienes se sienten profundamente religiosos, pero participan de estos horrores, una denuncia que le costó cara a Alejandro Amenábar cuando osó hacer su película 'Regresión'. El cineasta español más valorado en Estados Unidos, donde, no sólo se financiaron alguna de sus películas, sino que se hicieron remakes de otras, debió pisar un charco que supuso un serio obstáculo en su carrera.

Habrá que seguir el relato hasta el final y ver dónde nos quiere llevar Jordan Peele, que goza de toda nuestra admiración. Podéis ver la serie en Netflix. 

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