Something in the Rain. Ahn Pan-suk. Crítica.

 



Ficha técnica, sinopsis, lo que se dice (Pinchad aquí)


Crítica:



Lo cierto es que el cine coreano, en los diferentes géneros en que se expresan sus guionistas y realizadores, -autor, terror, bromance, dorodrama, y otras formas de expresión muy propias de ellos -, es un pozo sin fondo, que, una vez descubierto y tras haber caído en su trampa sólo haces que descender sin parar, ante una serie de títulos muy bien contextualizados, con buenos storytellers y actores muy peculiares, que participan en todas las caras del prisma que forman el espectáculos: música, baile, trabajo actoral, participación en programas televisivos...un trabajo tan estresante como el que denuncian en sus películas al ubicar a sus personajes en los diferentes sectores del proceso productivo. Todo ello envuelto en un celofán de poesía y romanticismo, que deja ver el trasfondo en el que estos relatos se sobreimponen. A pesar de que su crítica es, con frecuencia, más directa y feroz que en nuestro propio país, la forma de moverse y gesticular de los actores, especialmente la de Jung Hae-in en este film, emana un alto grado de frescura e inocencia, de honestidad, que los hace creíbles y atrapa a los espectadores de cualquier parte del globo, lo que se hace visible cuando cualquiera de ellos aparece en un gran y severo festival, que presume de autoría, mientras que en las calles las masas aclaman a los ídolos orientales, se llamen Hyun Bin,  Lee Min-ho, Kim Soo-hyun, Son Ye-hin o Jung Hae-in, con apariencia de adolescentes, aunque han superado ya la treintena, representando ellos los arquetipos de hombre moderno, ya sea cuidador, militar-pianista o dibujante de animé, con la vitalidad de un niño, su mayor encanto.

Something in the Rain, alias  en inglés Pretty Noona Who Buys Me Food (en español "Bajo la lluvia") no es un drama romántico al uso, es una utopía hilvanada con distopías. En lugar destacado lo que todos quisiéramos que nos hubiera pasado alguna vez (y especialmente todas; a las mujeres siempre se nos han negado estos modelos de compañero): enamorarnos de alguien (hablaremos si estos es mal amor y, sin embargo, por qué nos arrolla alguna vez en la vida),que fuera espontáneo, envolvente, pero firme en sus ideas y fuerte. Ahn Pan-suk ha  elegido dos canciones norteamericanas como leitmotiv de la pareja formada por Jin-a y Jun-hui (las transcripciones son muy variadas); para situarla a ella en su trinchera emocional ha seleccionado Stand by Your Name de Tammy Winette, una de las mejores voces del country americano, en la versión de Carla Bruni, que tras el estreno de la película consiguió más de un millón de visitas en Youtube. En la canción su autora, preocupada por las relaciones hombre-mujer, viene a decir que si quieres a tu pareja, debes sentirte orgullosa de él, porque al fin y al cabo es solo un hombre. La expresión de este sentimiento ha provocado que algunos comentaristas actuales, críticos o blogueros, duden de la postura de Tammy en relación con la defensa de valores actuales de género. Sin embargo no caen en la cuenta de que la canción que lo define a él -Jun-ui, es 'Shave the last dancy for me', (Te Drifters), que viene a significar: haz lo que quieras pero resérvame el último baile'.

Something in the Rain es un film multigenérico, si bien está dominado por una bonita historia de amor, ese sentimiento que se define como un constructo patriarcal, pero que atrapa a sus detractores y con frecuencia desemboca en una relación tóxica e incluso en los casos más extremos, en la muerte, generalmente de la mujer. Pero el análisis del contexto en que esta historia se sitúa permite conocer cómo es Corea del Sur hoy, un país que da los mejores índices en el informe Pisa, el célebre programa internacional de evaluación de estudiantes, que se halla a la cabeza de la era tecnológica y de la investigación médica y control de pandemias (los últimos datos que proceden del lugar lo confirman). Nada es perfecto, y se llame Ahn  Pan-suk o Bong Joon-ho, nos muestran cómo es y cómo viven los coreanos, llegando sin pretenderlo quizá a un cinéma-verité, eso sí con una atmósfera muy emocional, como el que perseguía la Nouvelle Vague, pero eligiendo como protagonista al ciudadano corriente y no a la alta burguesía que pasa sus veranos en la Costa Azul. El resultado es una película multigenérica que participa del dorodrama, pero también del bromance, un acrónimo que deriva de la palabra brother y que, aunque ahora se ha extendido también a las mujeres, en principio tenía un carácter masculino que contemplaba un vínculo afectivo y emocional muy intenso ( en Estados Unidos existe la Buddy Movie con un significado diferente), una relación casi de hermanos, que aquí se lleva al extremo de confundir el parentesco con la amistad. Pero también se adentra en el terreno del cine político, social y económico: precariedad del trabajo, alquileres de vivienda elevadísimos para los jóvenes trabajadores, escasa presencia de los poderes políticos, estratificación social incompatible con la revolución tecnológica, de un pueblo que ya ha abandonado las llaves y se comunica constantemente con el móvil que se convierte en una proyección de su propio cuerpo, y con la  mediocridad de los chivatos y trepas...

Jiun-a trabaja en una empresa de producción y venta de café con muchas pequeñas franquicias, y ella es una jefecilla; Jun-hui es un creador de videojuegos, formado en Estados Unidos, que trabaja en el mismo edificio de oficinas, aunque la amistad de ambos tiene su origen en la infancia. La íntima amiga de  Jiun es su propia hermana, y todo el grupo, incluidos los padres de la chica se consideran miembros de una familia extensa, pero con matices, como se verá cuando toque demostrar la 'sinceridad' del cariño que se tienen entre sí. Jiun tiene 35 años y Jun se acerca a la treintena; en este extremo nos encontramos con el primer obstáculo insalvable de una sociedad que se ha modernizado pero que vive presa de las creencias y tradiciones de sus mayores, dejando caer todo el peso de sus prejuicios sobre una mujer a la que se considera vieja, se la somete a un edadismo feroz, e incluso se abusa de ella en la empresa, (la llaman la Señorita Pandereta' porque todos la tocan). La primera mitad del film se centra en ella y el mundo casposo de muchos empresarios y sus mandos intermedios, (no sólo en esta película), que abusan de unas jóvenes subalternas, las obligan a ir a fiestas de trabajo en las que el alcohol parece justificarlo todo, e incluso las ningunean después profesionalmente. El estrés que provocan estas situaciones los induce a beber en demasía, un hecho que se hace visible en cualquier película coreana.

Jiun-a es hija de un ingeniero jubilado y una mujer con aires de grandeza que organiza con sus amigas citas a ciegas para casar a sus hijos con los de otras familias con prestigio, pasando por encima de sus sentimientos. El relato se torna muy duro en la segunda parte cuando se entra de lleno en la representación del desempoderamiento, la pérdida de estatus de los ciudadanos por muchas y diferentes causas: la edad, la jubilación, que anula al individuo que pasa a ser un pensionista inútil y una carga para la sociedad, la soltería, o el ser hijo de una familia rota, vivir en el seno de una familia monoparental en la que no hay padre (choca la libertad del hombre o la mujer para romper su pareja y formar una nueva con el deseo de los hijos de tener padre y madre, como ocurre con Jun-hui y su hermana, que se verán menospreciados por este hecho cuando la madre de Jiun se entere de la relación que une al joven con su hija, acogiéndose a la excusa de que ambos son hermanos). Cuando, obligada por la madre, la protagonista acude a una de estas citas a ciegas mira la hora en un reloj Rosemont, otro signo de estatus. El joven no deja de ser un loser que ha perdido a su madre y ha sido abandonado por su padre, a pesar de que en su rostro brille siempre una sonrisa permanente, la sonrisa del resiliente, que muchos ahora quieren negar. No basta con romper una relación, hay que huir allí donde el hombre sea y se note libre. En aquel momento todavía Estados Unidos era el lugar; más tarde lo será una isla pequeña. Una buena metáfora.

Una historia de amor que se enmarca en la lucha contra los abusos sexuales que se siguen cometiendo en todos los países del mundo, por mucho que algunas mujeres hayan roto el techo de cristal, y una utopía, la de encontrarte en el camino con un hombre con cara de niño que no sabe qué hacer para que su compañera se sienta bien. En un momento determinado le dice Jiun a su 'novio' (así se llaman entre ellos): "Me enfado porque he sido incapaz de no enfadarte". Luego descubre que  él tampoco ha podido olvidarse de olvidarla. No me importa incidir que estas películas funcionan como una utopía que sienta bien cuando estás cansado del mundo distópico que nos ha tocado vivir y que reflejan estupendamente títulos como 'Soy leyenda' de Francis Lawrence que crean  universos en los que pululan personajes como los que Max Brooks* define como 'aquellos que se mueven y actúan con aturdimiento, como un zombi'. Will Smith pierde hasta a su fiel perro. Podéis ver 'Something in the Rain' en Netflix.





*Max Brooks.Guía de supervivencia.

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