Están vivos! John Carpenter. Ha llegado la hora de la verdad.

 







El copyright de las imágenes pertenece a sus autores

y/o las compañías productoras y distribuidoras 
 Se utilizan para favorecer el reconocimiento del film


CUANDO LOS DISCURSOS DISTÓPICOS DEL GÉNERO DE CIENCIA-FICCIÓN SON CAPACES DE PREDECIR UNOS HECHOS QUE SE ASIMILAN BASTANTE A LA REALIDAD QUE PERCIBIMOS.



Ficha técnica:


Título original:   They Live.
País: Estados Unidos.
Año: 1988.
Duración: 95 minutos.

Dirección: John Carpenter .
Guión: Frank Armitage, basado en unapequeña historia, 'Las 8 de la mañana' (Eight O'Clock in the Morning) de Ray Nelson
Dirección de Fotografía: Gary B. Kibbe. Color by de Luxe.Panavisión.
Música: Alan Howarth y John Carpenter.
Edición: Gib Jaffe, FrankE.Jiménez.
Directores artísticos: William J.Durrell, Jr., Daniel Lomino.
Decorador del set:Marvin March.
Coordinador efectos especiales: Roy Arbogast.
Coordinadorespecialistas: Jeff Imada.

Supervisor vestuario: Robert Bush, John Young.
Maquillaje:Frank Carrisosa,
Estilista de peluquería: Elle Elliott.

Productor: Larry Franco.
Productores ejecutivos: Shep Gordon, Andre Blay.
Productor asociado: SandyKing.
Compañía:  Alive Films.

Interpretes: 


Roddy Piper: Nada,
Keith David: Frank,
Meg Foster: Holly,
John Lawrence:Bearded Man,
Peter Jason: Gilbert,
George "Buck" Floer:Vagabundo,
Raymond St.Jacques: Predicador en la calle.


Sinopsis: 


Un trabajador encuentra casualmente unas gafas que permiten ver a las personas tal y como son. Gracias a ellas descubrirá que importantes personajes de la vida política y social son en realidad extraterrestres. Durante su particular cruzada podrá observar cómo estos alienígenas han ido sembrando el mundo de mensajes subliminales con los que pretenden convertir a los hombres en una raza de esclavos.

Siempre me inquieta, me sorprende y me fascina el recuerdo de esas gafas que, cuando te las colocas,  te permiten ver la verdadera naturaleza de las personas que te rodean y distinguir con claridad a los depredadores. La mirada crítica de Carpenter recuerda  los famosos montajes de Josep Renaud, American way of life. especialmente aquel en que desde una atalaya de miseria unos hombres observan la metrópoli mundial  de los negocios. Hoy esta distopía alcanza límites inimaginables cuando escribí este post en 2017. Todos sabemos que la primera crisis global, la provocada por Lehman Brothers sumió a la población en una depresión también global,  agravada por la primera pandemia global que convierte las miserias económicas en una nadería, si las comparamos con el agigantamiento del monstruo de la Parca que cubre todo el horizonte y que ha dividido a la población mundial entre quienes, temerosos cumplen la ley, y quienes caminan perdidos y desquiciados como los zombis, amenazando su propia vida y la de los demás; curiosamente ambos bandos se aglutinan, en líneas generales, en diferentes ideología que tienen su reflejo en las mascarillas que protegen las vías respiratorias. Ha llegado el momento de ver Están vivos! (They Live) que no solo nos ayudará a  asombrarnos entreteniéndonos, que buena falta nos hace, sino que quizá nos ordene un poco las ideas.


Crítica:

'Están vivos' es una divertida parodia de las crisis económicas, la desaparición de las clases medias, el empobrecimiento de las masas trabajadoras que, tras perder su puesto de trabajo no solo en pequeñas y medianas empresas, sino en grandes factorías de automóviles en estados como Detroit, ahora en una profunda depresión quasi definitiva, acaban reducidos a la condición de hombres sin techo, acampados en un miserable habitat, cubierto de residuos urbanos, que se aproxima a los lugares en que se desarrolla la vida de 'los hombres rata' a los que rinde un homenaje a Johnny Depp  en The Brave(1997). Nada, (Roddy Piper), aparece por primera vez, cargado con todo su bagaje, consistente en una manta con qué cubrirse y las herramientas necesarias para su trabajo,  en una estación herrumbosa y medio en ruinas, en cuyas paredes aparecen graffitis, una forma de arte urbano propia, en principio del que no tiene hogar, ácrata y contestataria, pero ante todo, y que nadie lo olvide, clandestina y arriesgada, por mucho que, con frecuencia aparezcan manifestaciones de esta forma de expresión en paredes de instituciones oficiales o salas de exposiciones.

John Carpenter construye un discurso altamente inflamado y muy contestatario, apoyándose en la ficción de que los especuladores, los inversores que se enriquecen a costa de la mayor parte de la población mundial son alienígenas que proceden de Andrómeda y que lanzan desde un único punto señales televisivas que introducen el glamour en la vida de los pobres a través de la televisión, que les hacen creer que su situación es transitoria. Nada llega a New York huyendo de su ciudad de origen, Denver, en la que han quebrado la mayor parte de las empresas y han arrastrado en su caída 11 bancos, y lo encuentra en una obra en la que conoce a Frank (Keith David), con el que establece una estrecha amistad. Ambos están unidos por su pasado glorioso como élite de los trabajadores y su cuerpo musculoso y ciclado, a pesar de que el blanco todavía cree en el sueño americano, mientras el afroamericano, despedido de Detroit, donde ha quedado su familia, hace tiempo que ha perdido las esperanzas. La estrecha amistad que se establece entre ambos, que culmina en una tremenda paliza, en la que Nada se ha empeñado en que Frank conozca las verdaderas causas de su hundimiento convierten este film en una buddy movie, en la que la única amistad entrañable, verdadera y sólida se establece entre ambos hombres, mientras la mujer que ha enamorado a NadaHolly, interpretada por una mujer de ojos inquietantes por su claridad transparente, se muestra finalmente como un ser poco de fiar.

El enfrentamiento se produce entre humanos e inversores-alienígenas, que han convertido a la Tierra en un tercer mundo a explotar, un planeta que están dispuestos a agotar y luego colonizar otro; una metáfora inteligente y fascinante sobe la ceguera de los hombres que, hundidos en la miseria, se aglutinan en sillones ruinosos bajo las estrellas para ver una televisión que les propone un modelo de vida al que nunca van a acceder, entre otras razones, porque Carpenter no está por contar un cuento de príncipes y princesas con un happy end. Junto a estos dos hombres, un predicador ciego que aglutina a su alrededor no sólo a sus colaboradores más íntimos, sino a comunistas que se solidarizan con ellos, entre otras razones porque el poder los aglutina. Este grupo ha confeccionado unas gafas que permiten al que las usa diferenciar perfectamente a los humanos de los alienígenas, con apariencia de esqueletos enjoyados, cubiertos de pieles, que habitan mansiones lujosas. Estas lentes les permite leer el subtexto de los anuncios, que tras promesas de un mundo playero, de fiestas y diversiones, esconde imperativos esclavizantes: obedeced, casaos y reproducíos, no penséis, consumid, comprad, no despertéis, no cuestionéis la autoridad, mirad la televisión no uséis la imaginación, dormid... Cualquiera que vaya por la vida con los ojos bien abiertos vera que esta situación se aproxima mucho más a la realidad, a pesar de la vocación de discurso de ciencia-ficción, que otras con pretensiones más realistas.

Nada despierta del sueño que lo tenía adormecido y, tras ver la realidad a través de estas gafas está dispuesto a dar su vida por los demás. Seducido y alucinado con su acceso por primea vez a la comprensión de los hechos que convierten a la vida en una verdadera 'hija de puta', está dispuesto a despertar a su compañero, en principio más prosaico, de la forma más violenta, aunque para ello tenga que romperle la cabeza. Consciente del proceso que se ha operado en su conciencia, el niño que se crío en una familia desestructurada, le anuncia a su amigo Frank que se les ha acabado la bicoca a quienes viven a costa de la desesperación e incluso la muerte de los demás a manos de las fuerzas del orden que dirigen, porque les va a hacer pagar por sus excesos un hombre que ha dejado de ser el niño maltratado por su padre. No se le puede negar a Carpenter el talento que ha derrochado en un film de teóricos alienígenas que funcionan como las clases dominantes terrícolas y que saldan sus cuentas con las masas hudiéndolas en una miseria, una falta de humanidad de la que muy pocos son conscientes, mientras la mayoría vive de experiencias vicarias de los ricos del globo. La forma de acceder al conocimiento y adquirir conciencia por medio de unas gafas que permite, a quien se las pone distinguir el negro del blanco y la manipulación de que son objeto es, sin duda, una forma muy original de plantear la alienación de los pueblos, ya no por la iglesias, sino por el magnetismo que ejerce sobre ellos el poder, terrenal o espiritual.


Comentarios

Entradas populares