Love 101. Ahmet Katiksz, Deniz Yorulmazer, Umut Aral, Gonenc Uyanik. Ficha técnica y crítica.

 



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LA GLOBALIZACIÓN DE LA CULTURA


Ficha técnica:


Título original: Ask 101 (Love 101)
País: Turquía
Año: 2020
Duración: 40 minutos
Episodios: 9
Género: drama adolescente y romántico

Dirección: Ahmet Katiksz, Deniz Yorulmazer, Umut Aral, Gonenc Uyanik
Guion: Meriç Acemi
Casting: Nevra Genelioglu
Dirección de fotografía: Veadt Özdemir
Música: Mario Takoushis
Edición: Ahmet Can Cakirca, Dogus  Onur, Dogus Onur Karasu, Aylin Tinel
Dirección artística: Zeynep Kologlu

Diseño de vestuario: Nurol Akbal

Productores: Asli Erdem
Productores ejecutivos: Kerem Çatay
Compañías productoras: Ay Yapim;  distribuidoras: Netflix

Intérpretes:


Kubilay Aka: Kerem,
Mert Yazicioglu: Sinan,
Alina Boz: Eda,
Selahattin Pasali: Osman,
Pinar Deniz: Profesora Burcu,
Ipek Filiz Yazici: Isik,
Kaan Urgancioglu: Kemal,
Bade Iscil: Isik adulta,
Müfit Kayacan: Necdet,
Merve Akkaya,
...


Sinopsis:


En la Turquía de los años 90, un grupo de jóvenes rebeldes se unen y conspiran para que la profesora que siempre impide su expulsión con su voto, se enamore de un compañero recién llegado, renuncie a su compromiso matrimonial y su traslado a Trebisonda, y permanezca junto a ellos.


Lo que se dice:

El film ha sido muy bien valorado por la prensa, un hecho que se refleja en la nota media que ofrece la página española Filmaffinity, 6,2, basada en el voto de 52 lectores, una nota que Imdb eleva a 7,5, según la valoración de 8,179 usuarios.

Jonathon Wilson  (Ready Steady Cut) da en el clavo sin pretenderlo, cuando afirma que  Love 101 es un drama adolescente estandard, entendemos que quiere decir asimilable a las películas de Instituto que se realizan en Estados Unidos, lo cual rompe muchos esquemas en torno a la idea que domina el imaginario colectivo de una sociedad perfectamente homologable a la europea e incluso norteamericana, con la que comparte usos y costumbres, especialmente musicales, de sus jóvenes: curiosamente Joel Keller (Decider), aconseja directamente al público que no vea la serie, ya que sus personajes son jóvenes odiosos que se dedican a manipular a la gente para conseguir lo que quieren ¿¿¿???


Breve crítica del blog:


La serie ofrece más de lo que promete en el primer capítulo en el que se presenta a unos personajes que no son en absoluto marginados, sino procedentes de familias burguesas bien asentadas, con una única excepción que no deriva del origen social de su protagonista, Sinan, sino a la ruptura del matrimonio de sus padres que rehacen su vida por separado con diferentes parejas, y dejan abandonado a su primogénito en el seno de un hogar desestructurado con la única compañía de un abuelo viejo y enfermo y un perro que se convierte en su mejor compañero, y a los que el chico tiene que cuidar. Un relato que funciona a modo de spin off  y permite a los guionistas construir una bella metáfora sobre una estructura familiar que se asimila a la casa en la que se produce el drama, constantemente saqueada por el pater familias, que va dejando las huellas de un pasado floreciente en las paredes y las vitrinas, y acaba cayendo a pedazos sobre quienes, en el presente, evocan aquellos tiempos en los que, a pesar de todo, fueron felices.

Los rebeldes, los contestatarios proceden, como ha ocurrido históricamente hasta ahora, de la clase burguesa, son cultos, acuden a buenos colegios y son tachados por los profesores de pijos, por lo que no se les puede describir como marginados. Son ellos mismos los que se apartan del grupo, que en el fondo les tiene ganas, y sus provocaciones son  muy subidas de tono, aunque finalmente se erigen como héroes de la rebelión juvenil contra los viejos que dominan las instituciones, que no parecen tener nada que ofertarles. Por el contrario, recibirán el apoyo de los profesores más cercanos a ellos, los más atractivos y más jóvenes. Cualquiera que conozca la enseñanza sabe que esta es una constante y que las votaciones en consejos escolares no difieren demasiado de lo que estos realizadores nos presentan. Como venimos diciendo la pandemia también ofrece su coste de oportunidad: puedes mezclarte con todos en las calles, llenas de ese tipo de personajes que Max Brooks asimila a los zombis, o aprovechas la ocasión de asimilar las opciones culturales que ofrecen las plataformas de streaming y en la soledad de tu salón aceptas la capacidad de conocer el mundo a través de sus verdaderos actores. Propaganda siempre la habrá, y en todas las direcciones, pero no es posible comulgar con la opinión del soldado de Crash Landing On You, que afirma seguro que los coreanos del sur han llenado la calle de coches porque saben que iban a ir ellos, pobretones coreanos del norte.

Por otra parte tienen razón los analistas que afirman que las series turcas tienen buenos storytellers que saben generar tensión y mantener a los espectadores atentos durante varios capítulos de duración más o menos larga, en las que el gesto se impone en las relaciones amorosas a la explicitud del contacto físico, por razones que, al menos en este caso, no parecen tener un fundamento religioso ni moral.

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