La clase de piano. Ludovic Bernard. Ficha técnica y crítica

 




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EL GENIO NO ES MÁS QUE LA INFANCIA RECUPERADA A VOLUNTAD (Baudelaire)


Ficha técnica:


Título original: Au bout des doigts

País: Francia

Año: 2018

Duración: 107 minutos


Dirección: Ludovico Bernard

Guion (escenario, adaptación y diálogos) Johanne Bernard, Ludovic Bernard, basado en una idea original de Catherine Bernard y Ludovic Bernard

Directores de casting: Nathalie Cheron, David Baranes y Guillaume Moulin

Dirección de Fotografía: Thomas Hardmeier

Música: Harry Allouche

Decorador del set: Philippe Chiffre


Jefe de Vestuario: Marylin Fitoussi

Jefe de maquillaje: Flore Masson

Jefe de peluquería: Reynald Desbant


Productores: Mathias Rubin, Eric Juhérian

Dirección de producción: Pascal Roussel Casas

Compañías productoras: Avalon, Creative Europe Media, Mars Films, TF1 Studio, RECIFILMS, France 2 Cinema, Nexus Factory Umedia, Everest Films, Canal +, France Télévisions, CINË +, C8, LA SACEM, asociada con COFIMAGE 29, asociada con UFUND; distribuye FILMIN


Intérpretes:


Lambert Wilson: Pierre Geithner,

Kristin Scott Thomas: la condesa

Jules Benchetrit: Mathieu Malinski,

Karidja Touré: Anna,

Elsa Lepoivre (de la Comédie FranÇaise): Mathilde Geithner,

Michel Jonasz: M.Jacques,

Xavier Guelfi: Kevin,

...


Sinopsis:


Comedia dramática francesa con una destacada banda sonora que envuelve a los excelentes y premiados Lambert Wilson y Kristin Scott Thomas. Bach, Chopin e, incluso, los Pixies suenan a piano en esta elegante y comprometida película

La música es el secreto del joven Mathieu Malinski, un tema del que no se atreve a hablar en el barrio donde pasa el rato con sus colegas. Cuando uno de los pequeños hurtos que suele llevar a cabo con sus amigos le hace acabar en el calabozo, Pierre Geithner, director del Conservatorio Nacional Superior de Música, que le vio tocar en una estación, consigue sacarlo a cambio de servicios sociales. Pero Pierre tiene un plan diferente para Mathieu: ve en él el futuro gran pianista en potencia que lleva dentro y, por eso, lo inscribe en el concurso nacional de piano. Mathieu entra en un nuevo mundo cuyos códigos ignora, empieza las clases con la intransigente "Contesa" y conoce a Anna, de la que se enamora. (sinopsis en Filmaffinity).


Lo que se dice: 


El film no ha gustado a quien lo vio en el cine en vísperas de la gran pandemia, como recogen las páginas española , Filmaffinity, y norteamericana, Imdb. La primera le otorga  un 5,5, basada en 479 votos, una nota que eleva la segunda a 6,3, de acuerdo con la valoración de 1,167 usuarios.

Veamos los argumentos de los que escriben en los grandes rotativos, empezando por Javier Ocaña, del Diario 'El País', que sostiene que el film  es un engorro para el auténtico cinéfilo (¿¿¿???) que lo sabe (casi) todo y no se conmueve ante un film al que le falta un estilo propio en la puesta en escena;  en la misma línea, Francisco Marinero, del diario 'El Mundo', se limita a enunciar dos lugares comunes, -historia de realización del maestro (¿?) y superación del alumnos. Sin salirse del guion, Yago García (Cinemanía) la tacha de peliculita para aquellos que les gusten las historias de superación personal, que le hacen evocar 'La soledad del corredor de fondo'; Desirée de Fez (Fotogramas), ve dos películas, una elegante y otra demasiado subrayada (dicho así no parece gran cosa); Boyd Van Hoeij (The Hollywood Reporter) va más al grano cuando afirma que ve una película convencional con aspectos sobresalientes y un final previsible)...


Crítica:



En un alto en el camino, en un momento en que los cines están cerrados y todos aquellos a los que nos gusta ver películas y aprender de ellas recurrimos a las plataformas, comprobamos que incorporan muchos títulos ya vistos, lo que nos anima a explorar lo que se hace en otras latitudes, en potencias emergentes, que defienden con coraje aquello en lo que creen, y denuncian lo que no les gusta de sus sistemas. La vuelta de nuevo a Occidente resulta un poco desesperanzadora, y quizá explica por qué nos está azotando, como lo hace, el COVID-19. Ludovic Bernard, y no es el primero ni será el último mientras esta realidad subsista, vuelve su mirada a la banlieu francesa, obrera y humilde, pero también , y como consecuencia, desfavorecida y deprimida.

El protagonista de esta historia, Mathieu Malinski, ( no sé si su nombre sugiere algo ¿emigrante de segunda generación?) no es un chico que inicia un camino de superación, apoyado en un profesor que necesita realizarse ni superar ningún escollo artístico, es un joven dotado de gran talento que toca el piano de forma magistral, y que no puede pasar sin detenerse y tocarlo allá donde se encuentre este instrumento, usualmente en uno instalado en una estación de metro. No tiene formación académica a causa de la situación económica de su familia, miembro de un hogar monoparental en el que la madre cuida enfermos en un hospital de noche, a la que el joven debe ayudar a mantener a dos hermanos pequeños. Pero un pianista que conoce las notas , si es ayudado por los mejores profesores, puede aprender a leer partituras en un curso y competir con jóvenes arrogantes que no saben qué es partirse el pescuezo. El profesor es víctima de un drama personal, pero no ve en Matthieu un hijo (la simple sugerencia lo humilla y lo obliga a separarse de su mujer), sino que se rinde ante el talento, y que le hace pronunciar el axioma de Charles Baudeleire: "El genio no es mas que la infancia recuperada a voluntad'.

Matthieu gana el concurso al que lo presentan sus profesores (y no me parece desvelar un final previsible) sin ceñirse al ritual que la burguesía establece para este tipo de actos, una clase media a la que no le cabe más remedio que rendirse ante el talento, que ya tenía el chico de la banlieu cuando fue descubierto,y que se escondía de sus amigos del barrio, pequeños delincuentes criados en la calle, ante los que se avergonzaba de su probable desclasamiento, y que no veía en el triunfo la posibilidad de prosperar socialmente, sino de dedicarse a ejercer la profesión para la que ha nacido. Y no es de extrañar que en la Francia ilustrada, racionalista y revolucionaria, en la que algunos periodistas sufren bastante por defender sus ideas, se sigan haciendo este tipo de películas todas las veces que haga falta, para que todos entiendan que superarse no es el verbo que mejor conviene a esta historia. Un meme que circula por las redes, que muestra a modelos occidentales con diseños extravagantes, va acompañado por una leyenda que dice: "No necesitamos un virus, nos extinguimos solos". Puede que no anden demasiado desencaminados quienes han hecho este chiste.

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