Malditos vecinos. Nicholas Stoller. Ficha técnica y crítica.

 


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Ficha técnica:

Título original: Bad Neighbours

País: Estados Unidos

Año: 2014

Duración: 96 minutos


Dirección: Nicholas Stoller

Guion: Andrew J.Cohen, Brendan O'Brien

Casting: Francine Maisler, CSA, Kathy Driscoll-Mohler, Melissa Kostenbauder

Dirección de Fotografía: Brandon Trost

Música: Michael Andrews

Editor: Zene Baker

Dirección artística: Gary Warshaw

Decoración del set: Sophie Neudorfer


Diseño de Vestuario: Leesa Evans

Jefe de departamento de maquillaje: Peter Robb-King

Estilista de peluquería: Matt Danon


Productor: Joseth Rogen, Evan Goldberg, James Weaver

Productores ejecutivos:  Kahane, Joe Drake, Brian Bell, Andrew Jay Cohen, Brendan O'Brien

Diseño de producción: Julie Berghoff

Compañías productoras: Point Grey & Good Universe Prodution, Universal Pictures, 


Intérpretes:


Seth Rogen: Mac Radner,

Rose Byrne: Kelly Radner,

Christopher Mintz-Please: Soonie,

Dave Franco: Pete,

Ike Barinholtz: Jimmy,

Carla Gallo: Paula,

Craig Roberts: Assjuice,

Jerrod Carmichael: Garf,

Lisa Kudrow: Decana Carol Gladstone,

...


Sinopsis:


Una pareja con una recién nacida ve cómo el barrio se convierte en una fiesta  continua con la llegada de una hermandad; la lucha no ha hecho más que comenzar.


Lo que se dice:

'Malditos vecinos' es un verdadero blockbuster de presupuesto modesto, 18 000 000$, en tono de comedia que no pretende ser otra cosa, y que, a pesar de haber conseguido mayor audiencia que muchas otras películas, como pone en evidencia el gran número de espectadores que han querido dejar su opinión en las diferentes páginas que emiten su veredicto en forma de nota media numérica (14 780 en la española Filmaffinity, que se traduce en un ajustadísimo 5,1, que la norteamericana, -debe ser por patriotismo- eleva a 6,3, un promedio de las valoraciones de 288 897 usuarios).

Las críticas no son destructivas y hablan de film divertido al principio que avanza de manera constante y ágil, una gran victoria para los neófitos guionistas Andrew J.Cohen y Brendan O'Brien (John DeFore, The Hollywood Reporter); película sucia, desagradable y descuidada que se acaba limpiando hasta resultar encantadora (Henry Barnes, The Guardian); premisa prometedora que se arruina por su fe en lo grosero (Anthony Lane, The New Yorker); divertidamente estúpida (Andrew Barker, Variety); d´´ebil desarrollo de los personajes que generan un relato fácilmente olvidable (Olly Richards, Empire); comedia de brocha gorda y pulso fino, boca sucia y corazón limpio (Antonio Trashorras, Fotogramas); 


Breve crítica:


El cine norteamericano ha hecho una serie de análisis premonitorios, quizá sin pretenderlo, en todos los géneros, incluida la comedia de situación. La única diferencia que existe entre el matrimonio Radner, formado por Mac (seth Rogen) y Kelly (Rose Byrne) y sus vecinos es que esta pareja ha contraído matrimonio y ha tenido una hija. Su ánimo y su idiosincrasia es pareja a la de los insoportables miembros de una hermandad universitaria, famosa por sus escándalos y frecuente en tantas películas que el tema del estudiante ruidoso, guarro, fumado y beodo, ha hecho fortuna hasta constituirse en género, el de las hermandades, cómico e incluso de terror. Ya habían transcurrido seis años desde la caída de la bolsa por el fiasco de Lehman Brothers y se estaba generando ese prototipo de joven que quiere vivir el presente, sin darse cuenta que el río de la ida fluye sin parar y que antes de que uno se percate ya no es tan joven; hoy se habla de libertad en medio de una pandemia que amenaza con convertirse en endémica por los excesos de algunos sectores de la población. Algún periodista de mente privilegiada, como Iñaki Gabilondo, advierten de que además no se argumentan los lemas que se lanzan, y acaban por no significar nada. Algo de esto ocurre con la película; tras 96 minutos de fiestorro, de lamentaciones y peleas, hasta los mismos protagonistas se preguntan por qué siguen con una reyerta tan sin sentido, a la que no saben poner freno, una evidencia más de que nuestra sociedad está en decadencia, y los norteamericanos tienen cada vez más difícil recuperar el predominio mundial perdido.

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