Dulce y amargo. Lee Kae-byeok. Ficha técnica y crítica.

 


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LA DIFERENCIA ENTRE EL SER Y EL DEBER SER, UNA REALIDAD QUE SUSTENTA EL ASALTO AL INDIVIDUO TANTO FÍSICA COMO ANÍMICAMENTE DEL DISCURRIR COTIDIANO.


Ficha de identificación:

Equipo técnico-artístico:


Título original: Sweet & Sour
País: Corea del Sur
Año: 2021
Duración: 101 minutos

Dirección: Lee Kae-byeok   [Leokki, Old Boy (2003 y 2005)}
Guion: Lee Kae-byeok, Seong Da Som, basado en la novela Initiation Love de Kurume Inui

Productores: Inu Baek, Kim Jong-dae,
Compañías productoras: Balpo Plan, KT Hitel,; distribuye  Netflix.



Elenco artístico:


Chang Ki-yong:Jang-hyuk,
Chae Soo-bin: Da-eun,
Krystal Young: Bo-youn


Sinopsis: 


'Dulce y amargo' es una reflexión sobre las relaciones y cómo estas afectan a la vida: Jang-hyuk (Yang Ki-yong) espera que su vida transcurra sin problemas entre el amor y el trabajo. Pero las dos mujeres de su vida, su novia, Da-eun (Chae oo-bin), una enfermera quemada por su trabajo, y Bo-yeong (Krystal Jung), la mujer con la que compite para sobrevivir en el trabajo, le proporcionan momentos duros y amargos.



Lo que se dice: 


El film se estrena hoy, por lo que apenas hay valoraciones cuantitativas y muy pocas reseñas. La página Imdb publica una nota media de 6,4, aunque basada en la valoración de tan solo 5 usuarios. Las reseñas también son escasas (Rotten Tomatoes no ha encontrado ninguna que referenciar), y las que hay son moderadamente optimistas. Nam Seon-woo (Cine 21)  opina que el encanto (proverbial de los actores coreanos) y la capacidad de dirección son evidentes en escenas de comedia ;Rhian Daly (NME) consideró que la película no era impresionante, no captaba el dolor del amor, como consecuencia no emociona porque no sabe transmitir emociones más profundas y conmovedoras, sino que profundia tan solo en los estragos que las relaciones laborales producen en la vida cotidiana. Algunos han llamado a estas dramedias "romances de una sociedad de fatiga".


Crítica:


Más allá de la angustia que produce en amplios sectores de la población el no poder beber una cerveza en una terraza o no poder permanecer pegados a la barra de un bar, y tener que refugiarse en casa a una hora determinada, todos sentimos que vivimos en una sociedad fatigada, cansada, en la que las condiciones de unos empleos precarios, de los que no olvidemos que deprenden nuestra supervivencia, y la lucha con los que persiguen los mismos objetivos que nosotros, no solo puede descomponer con su gran carga de destrucción el amor de una pareja, en cuya existencia, y a su manera, no a la bergmaniana, no creen los coreanos más jóvenes, y así lo desvelan en una serie tras otra, en una película tras otras, si este hecho no nos afectara podríamos dar por bueno el axioma de Fernando Savater cuando advirtió a su hijo, para el que escribió los libros de 'Ética' y Política' para Amador' de que quien pide una hamburguesa cuando forma parte del pasaje de un avión que está a punto de estrellarse es un idiota. Por mucho que un país tome la delantera y marque distancias con los demás, todos sabemos que la justicia distributiva nunca es perfecta, ni avanza todo lo aprisa que muchos querrían, entre otras cosas porque el ser humano no es monolítico  y tiene sentimientos, intereses y deseos contrapuestos.

Pero si algo dejan claros los últimos diez minutos del film que dirige Lee Kae-byeok, es que, como pronosticaba Nam Seon-woo (Cine 21), más de un espectador se verá tentado de volver a ver la película desde el principio para entender que su background no gira en torno a una historia de amor tempestuoso y profundo cuyo fin causa un gran dolor, sino que apunta a una realidad mucho más dolorosa: el atentado constante de la cotidianidad, de la lucha por la supervivencia, del dolor y el cansancio que producen las largas jornadas laborales  endurecidas por un estrés constante, los atascos para volver al hogar y disfrutar de un sueño reparador, una suma de circunstancias que no sólo acaban con las relaciones íntimas de los sujetos sometidos a estas presiones, sino con las posibilidades de supervivencia del individuo. Una gran metáfora pone el broche de oro a esta historia tan corriente, en la que el uso desplazado del lenguaje nos coloca ante el espejo y nos obliga a miramos en él descubriendo que  el tiempo  no sólo nos está destruyendo el ánimo, sino amenazando nuestra existencia. Lee Kae-byeok ha elegido la mejor forma para contarnos con una poética intensa la realidad de millones de seres humanos, que diariamente se cruzan con nosotros con sus cuerpos destrozados sin ni siquiera ser conscientes de ello; no importa demasiado si sólo hablamos de un par de zapatos nuevos o dos pares de ellos. El resultado es el mismo, y eso es lo que horroriza al protagonista, que contagia su angustia al público. Yo si me atrevo a recomendar este relato sobre algo nada ajeno a nuestra propia esencia y condiciones de supervivencia.

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